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LA SORTIJA ENCANTADA.

Enviado por   •  8 de Marzo de 2018  •  2.082 Palabras (9 Páginas)  •  254 Visitas

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Por el momento no está, además el amor que dices tenerle no es suficiente para el hombre que yo quiero para ella.

- Póngame a prueba y le demostraré que soy digno para su hija.

Como el rey se negaba a aceptarlo, pensó en algo que no pudiera cumplir, entonces le dijo: - Recupera tu ojo, y cuando puedas ver perfectamente, vienes y hablamos.

José Felipe en compañía de sus amigas las aves, quienes lo habían llevado hasta ahí, regresaron tristemente, diciéndole que lo sentían mucho por no haberles resultado como lo esperaban y poder verlo feliz; así el príncipe regresó triste más no vencido a su castillo en el bosque, solo pensando en cómo podría recuperar completamente la vista, algo por lo que nunca se había preocupado ni mucho menos sentirse avergonzado, pero ahora tenía una razón muy fuerte y especial, ya que de ello dependía la aceptación no solo de los padres sino también el amor de su amada.

Así pasaron un par de días sin desistir a lo que verdaderamente anhelaba conseguir, hasta que cierta noche pensando en la prueba que le había pedido el rey, cansado, quedó profundamente dormido. No se sabe con certeza si fue un sueño o como lo cuenta él, que se le presentó un pajarillo con hermoso plumaje revoloteando sobre su rostro que le dijo que se levantara pronto y que caminara hacia un río que estaba algo alejado pero tenía que llegar pronto, porque esa mañana como todas, la princesa acostumbraba irse a bañar. El príncipe se levantó lo más rápido que pudo, apenas comenzaba a amanecer y apresurado corrió hacia el río, llegó y se sentó un tanto oculto y alejado a unos metros, bajo la copa de un árbol, más no veía nada. Pasó un poco de tiempo y se sorprendió cuando vio llegar a tres palomas, una le parecía diferente a las demás, le parecía la más hermosa, pero su sorpresa incrementó aún más cuando al caer algo al suelo, veía como se convertían en tres mujeres, una más hermosa que las otras dos, no había duda, era la princesa de la que estaba profundamente enamorado, y las otras dos sus damas. Sin darse cuenta mientras ellas se bañaban y jugueteaban, el príncipe se acercó más para ver lo que habían tirado al suelo, y vio como tres anillos estaban acomodados, le llamó la atención uno en especial, obviamente diferente a los demás, por lo que supuso que esa sería la sortija de la princesa, la tomo y enseguida corrió a esconderse.

Cuando ellas salieron del río se sacudieron el agua, se secaron y tomando las dos primeras sus anillos, se volvieron palomas. Yirénizy al no encontrar el suyo, comenzó a preguntar: - ¿Quién tomó mi sortija?, ¿quién la tiene?

José Felipe salió a su encuentro, diciéndole: - Hola hermosa niña, ¿será que es esto lo que estás buscando? mostrándole sobre la palma de su mano el anillo. Al principio como era de esperarse, ella se sorprendió, pero por alguna razón inexplicable enseguida pudo confiar en él, y casi tomándolo de la mano la princesa recuperó su anillo, intercambiaron algunas palabras amigables, antes de separase cada quien por su lado, el príncipe solicitó a la la princesa le concediera el honor de volver a encontrarse, para ello la princesa puso como condición que aceptaba, pero que él tenía que marcharse antes, según ella para que no la viera como se convertía de mujer a paloma, es así como acordaron que a la mañana siguiente se encontrarían en el mismo lugar.

Después de algunos encuentros, Yirénizy le dice al príncipe que tenía una confesión que hacerle y le cuenta lo del encanto del anillo; José Felipe por su parte le dice que él tiene dos confesiones por hacerle: – Lo de la sortija ya lo sabía, hermosa, solo quise respetar tu decisión, de cuándo quisieras contármelo.

- ¿Y cómo lo supiste? - Ah, pues unos pajarillos me lo contaron.

- ¿Y qué es lo segundo que me quieres confesar?

- Que te amo intensamente, y que si tú me aceptaras ahora mismo me caso contigo.

Los dos se miraron profundamente y con un amor mutuo, sobrando las palabras para poder describir esta linda historia de amor que acababa de surgir, al fin, un amor correspondido por parte de ella hacia él.

Acordaron dar la noticia a los padres de ella, él por su parte le explicó su situación, desde su nacimiento hasta ese día que lo consideraba como uno de los más felices de toda su vida, también se prometieron que los anillos de boda serían, de ella a él, la sortija que por muchos años andaba trayendo, por ser muy especial; José Felipe dijo, que regresaría al palacio donde había nacido y habían sido por mucho tiempo inmensamente felices sus padres, para recuperar lo más preciado que aún quedaba de su madre, el anillo de matrimonio, el cuál el día de su boda pertenecería ahora al gran amor de su vida.

Los dos se fueron al palacio a hablar con el rey, donde José Felipe le pidió la mano de Yirénizy. El rey se mostró muy disgustado y la reina mucho más, pero viendo que los dos estaban inmensamente enamorados, no les quedó más que aceptar, y así acordaron el día de la boda.

Después de todos los preparativos dignos para éste par de enamorados, al fin llegó la fecha que con tanta ilusión esperaba la pareja. En la ceremonia y como lo habían planeado, se entregaron las sortijas como promesa de su amor. Él hizo entrega del anillo que alguna vez perteneció a su madre y ella al poner su argolla en el dedo del príncipe, tremenda sorpresa se llevaron todos los presentes, porque en ese preciso instante recuperó su ojo, y se percataron al ver las dos argollas, que era el par que pertenecieron a los padres de José Felipe, anillo que el entonces Rey, padre del príncipe había perdido poco antes en que éste naciera.

El hechizo del príncipe es roto al recuperar el anillo de su padre y así Yirénizy y José Felipe vivieron muy felices como alguna vez lo fueron sus padres.

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