Pedagogía Waldorf

...

---------------------------------------------------------------

Escuela Libre

En la actualidad la mayoría de escuelas libres solo abarcan hasta los 6 años de edad, etapa en que la escolarización no es obligatoria y, por lo tanto, los proyectos educativos alternativos tienen más flexibilidad y oportunidades de supervivencia.

Eso implica que muchos niños van a vivir el cambio de una escuela más alternativa hacia una primaria más convencional. Y muchos padres se preguntan si ese cambio es “traumático” o no, si vale la pena llevarlos si tarde o temprano van a acabar en el sistema habitual.

Quiero hablarle de porque me gusta mucho esta escuela desde mi propia experiencia, desde lo que yo viví y sentí. Desde lo que supuso para mí ir a una escuela que, por aquel entonces, ya hace unos 15 años atras, rompía moldes y cómo fue el cambio hacia una escuela mucho más convencional.

Para ponerla en situación le cuento mi primera vez en la primaria fue genial, era una escuela en la que se respiraban aires de cambio. Estaba al frente de mi casa. Recuerdo que las clases estaban estructuradas por rincones: teníamos un tobogán en clase, una casita, una tienda, una biblioteca, sofás, teatro, mesas para pintar y crear, de excursión, con decirle que en la escuela en la que iba había gallinas y no es broma. Los días siempre empezaban con que cada uno podía expresar o contar lo que quería. Y hacíamos psicomotricidad cuando nadie sabía ni pronunciar la palabra. Pero lo que había o no había realmente no es lo importante. Creo que lo fundamental era que se respetaba a cada niño en quién ya era, nunca se obligaba a nadie a hacer algo en concreto, la gran parte del tiempo era juego libre, que cada uno aprovechaba como creía mejor. Me recuerdo plenamente feliz en ese lugar.

Pero mi familia se mudó y acabé en un lugar bien distinto. Una escuela 100% convencional dónde se buscaban los resultados académicos, se fomentaba la competitividad y las horas transcurrían pegados al mesa banco.

La verdad fue un cambio brusco. No olvidaré jamás el primer día de clase, pasar de actuar libremente a estar sentada en un mesa banco todas las horas del día (salvo el recreo, claro) me causó gran impresión. También el comportamiento y forma de relacionarse era distinto entre los niños. Al poco me adapté e hice mi grupo de amigas, pero ahora, de adulta, reconozco lo distinto que fue ir a uno y otro lugar.

No quiero extenderme mucho más en las diferencias entre escuelas, solo era para que usted pudiera hacer una imagen mental de cómo era cada una y comprender el cambio que viví.

A que quiero llegar con esto que le conté, esta experiencia ahora de grande me sirvió de mucho, de mi parte yo siempre preferiré una escuela libre, no tanto por la libertad, si no por el trato que se les da a los alumnos en una escuela libre a una convencional, me encanta el libertinaje por esa razón esta escuela siempre gustara.

Pedagogía Libertaria

Teniendo en cuenta que en nuestra época es inminente un cierto nivel de impotencia de los diferentes modelos pedagógicos aplicados por los maestros, frente a lo que se ha denominado como el fracaso escolar; visto este como una negación rotunda de parte de los niños hacia todo lo que tenga que ver con los procesos escolares. Parece ser que ante el repetitivo “que flojera”, “yo no quiero hacer eso”,” profe y para que voy a hacer eso”, “no hice la tarea” “no quiero ir a clase” y muchas otras frases de negativa de los niños en cuanto al estudio, les compete a los maestros pensar en algo para atraer la atención de los pequeños de nuevo a las aulas.

En este sentido, viéndolo de esa manera, para mí la pedagogía libertaria, tiene grandes ventajas, pues propicia la autonomía y la capacidad de elección en los niños, lo que hace no solo que decidan lo que quieren aprender y en esa medida lo hagan con gusto, sino que se hagan responsables de eso que eligieron de modo tal, que no se escuchen palabras como “no hice la tarea porque mi mamá no me ayudo; es decir, siempre culpando a algún “otro” de sus responsabilidades … y esto en un futuro desembocara en sujetos capaces de vérselas consigo mismos y con las decisiones que ellos mismos han tomado en la vida.