¿Por qué existe algo y no más bien la nada?

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En la metafísica moderna, nos encontremos respuestas al interrogante supremo mucho más completas, la racionalista y la empírica. En el racionalismo se habla de que la razón se nos es dada, siendo esta la fuente del conocimiento, por lo que primero se piensa y luego se es. En el empirismo la experiencia es la fuente de conocimiento debido a que, no hay nada en el intelecto que no haya pasado por los sentidos; y es que hasta en la metafísica hay conceptos que la ciencia no puede defender, en el intelecto hay ideas que proceden de las impresiones sensibles. De estas dos posiciones nace el criticismo de Kant. Kant en su postura reúne tres aspectos: La sensibilidad que incluye a las categorías a priori, el intelecto que incluye las formas puras, y la razón que incluye ideas unificadoras. La sensibilidad y el intelecto es el fenómeno (la cosa para mi) y la razón es el noúmeno (la cosa en sí), que es el yo-alma, el mundo y Dios.

Para Kant, el sujeto le da forma al objeto (que se presenta en un espacio tiempo también creados por el sujeto), por lo que lo conoce. El sujeto es cognoscente y tiene la capacidad de construir la realidad a partir de sí. Si hay algo es porque hay un sujeto que lo forma, por lo que Kant ya no necesita recurrir a Dios para dar respuesta a la metafísica. Una de las críticas más grandes que Kant recibió fue la de Nietzsche, afirmando que en Dios había muerto.

Nietzsche empieza a explicar la faceta verdadera del sujeto, quien cuenta con una voluntad de poder. Esta voluntad de poder debe conquistar todo, siendo la verdad aquello que conquista, y estas conquistas deben aumentar y conservarse. Al final, solo vive quien impone su voluntad de poder ya que puede haber muchas interpretaciones de una verdad, pero la interpretación de la verdad impuesta será la que prevalezca.

Entonces, ¿por qué existe algo y no más bien la nada? Para poder dar respuesta a esta interrogante primero debemos saber qué es ser algo y qué es ser nada, ambos conceptos que los diferentes filósofos que se analizaron en el transcurso del ensayo trataron de definir. Ya con esto claro, podemos concluir que es imposible el surgimiento del ser a partir del no ser. Desde el momento en que intentemos definir que es la nada, le estaremos dando forma, por lo que lo estaríamos convirtiendo en algo. Por lo tanto, al preguntarnos por qué hay algo, al mismo tiempo, estamos confirmando la imposibilidad de la nada. Hay algo porque es imposible la nada. Y ¿Cuál es la razón de que ese algo exista? Con este ensayo logramos confirmar que las formas de responder a esta pregunta son casi infinitas.