ADAM SMITH – LIBRO II – CAPÍTULOS 1 Y 3
Enviado por mondoro • 26 de Julio de 2018 • 1.602 Palabras (7 Páginas) • 419 Visitas
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Este producto se divide en dos partes:
- Reemplazo de un capital: tanto para renovar los mantenimientos y materiales, como la obra concluida que se ha sacado de algún fondo. Ésta nunca se emplea a manos improductivas, solo paga salarios de manos productivas (siempre buscando ser resarcida con ganancia).
- Renta para el propietario del capital como ganancia correspondiente a su fondo. Se puede mantener indiferentemente manos productivas o improductivas.
Aun habiendo dicho esto, podemos decir que las manos improductivas viven de una renta, que proviene de alguna otra renta ya sea de la tierra o en calidad de ganancia de algún fondo, que luego de haber reemplazado el capital y mantenido las manos productivas, deja algún sobrante para mantener manos improductivas (saliendo de su fondo para pasar a consumo inmediato). Lo mismo sucede con el pago de atributos o contribuciones para sostener a otra clase más honorífica pero igual de improductiva.
Smith menciona una diferencia en este tema entre países ricos y países pobres: en los primeros se invierte más en reemplazar capital, es decir, los fondos destinados a mantener trabajo productivo son mayores. Smith además plantea ejemplos sobre ciudades laboriosas europeas (las más ricas) con ventajas sobre las demás y comenta que juntar capitales por razón de empleo de sus fondos fomenta la industria; esto genera una especie de ciclo, ya que la gente que no tiene otro modo de mantenerse que trabajando hace disminuir la ociosidad (que genera por ejemplo, la renta de la tierra). Como resumen “En donde predomina el capital, predomina la industria; en donde prevalece la renta predomina la ociosidad”.
Lo que sigue del capítulo Smith lo dedica a explicar cuáles son las características de las personas y los países, que pueden aumentar su fondo y si uno pudiera resumir esto en una oración sería en la siguiente: Los capitales crecen con la frugalidad (parsimonia ‘moderación de los gastos’ y sobriedad) y disminuyen con la prodigalidad y disipación. Aunque diga que lo que el pródigo disipa queda dentro del país, lo que dice Smith es que igualmente causa una disminución del producto ya que lo que cae en manos no productivas, se hubiera distribuido por manos productivas éstas hubieran producido valor sobre materias quedando igualmente el dinero en el país habría así dos valores en vez de uno.
La riqueza real de un país es su producto anual o la cantidad de metales preciosos que en él circulan y por lo tanto el pródigo es “enemigo público” de la riqueza nacional. Aunque Smith continúa, más adelante, diciendo que las grandes naciones nunca van a empobrecerse por la mala conducta de algunos privados pero si lo puede hacer la prodigalidad y disipación pública (del gobierno).
Las manos improductivas del gobierno (que por otro lado son indispensables por la gran utilidad que rinden al Estado) sólo deberían mantenerse con una parte del ahorro del pueblo. Hay veces que ésta consume más de lo que la frugalidad y buena conducta de la gente puede sostener. El autor menciona ejemplos de momentos de guerra en países en el cual se destinaba mucho capital a manos improductivas, siendo inimaginable lo que podría haber crecido si lo destinaban a manos productivas.
Smith sostiene que el producto anual no puede aumentar su valor por otro medio que no sea aumentar la cantidad de trabajadores productivos o que los trabajadores actuales aumenten su productividad (a través de capitales o fondos destinados a mantenerlos). También asegura que en un país donde se invierta versus otro en donde no, el primero al cabo de los años será más rico. Y si nos preguntamos ¿por qué es bueno ser más rico? Porque los países que hace tiempo son ricos (donde el gobierno ha actuado con buena conducta), la clase baja posee mejor nivel de vida (que en los países donde no) y ésta tiene acceso a bienes que en un principio no era pensado para ellos. Por ejemplo: casa propia, buenos vestidos, adornos, etc.
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