“Argentina, la patria regalada a los de afuera”

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Las influencias extranjeras proporcionaron una fuerza que el mercado interno argentino no podía conseguir por sí solo, pero fue a un gran costo. Ahora el país era ampliamente dependiente de sus compradores y obtenía de ellos un trato completamente desigual.

En la familia y su relacion con Mario Bonomi, Leandro comenzaba a sentir la presion de su padre para darle un nieto. Mas que por el pedido en si, lo que lo atormentaba era ver que su padre, sangre de su sangre, estaba obteniendo lo que él no podía otrogarle en los hijos de otra persona, y esa persona era ni más ni menos que Mario, su gran amigo y compañero. En este momento, la figura que parecía ejercer un peso positivo en la vida de la familia y el gran almacen comienza a volverse una piedra en el camino.

De a poco se iba generando un desapego inconsiente entre el padre y el hijo Graeff. Pedro parecía haber perdido su paciencia y elegía a un extraño por encima de su propio descendiente. Casi convencido de que él no podría cumplir con el mandato que le habia otorgado en Buenos Aires, comenzó sin pensar demasiado en las consecuencias, a creer que podia encontrar las respuestas a sus pedidos en otro joven; fuerte, capaz de cumplir con sus deseos, perpetuar su imagen y asegurar su legado. De esta manera, comienza a ver a través de Mario sus deseos cumplidos. Al igual que lo hacía Argentina con Gran Bretaña, la solución para enfrentar la crisis que se vivía en el momento parecia estar en el exterior.

Leandro, veia en Mario a un amigo fiel, siempre dispuesto a ayudarlo. Pero tambien ve en él a un competidor. Un ser capaz de humillarlo, de quitarle el amor de su padre; una persona que genera en él una suerte de desprecio o quizás celos, no solo por la facilidad para tener hijos sino tambien porque ve en él un ser trabajador, potente, fuerte, viril, algo que Leandro no veía en si mismo. Una envidia y deseo de competencia se manifiesta con mayor claridad en una de las frases dichas por Leandro: “El la tendrá más grande, pero a la pulseada la gané yo”

Como sucede con los países extranjeros que mantenían comercios con Argentina, Mario debía dar uso a sus virtudes para ayudar a cumplir el deseo de progreso de alguien que por sí solo no podía conseguirlo.

Estas ayudas traerían diferentes resultados en ambos casos. El plan de Leandro, llevado a cabo por Mario y Laura arrojó un resultado positivo en cuanto a su idea primordial; ella quedó embarazada para poder dar el nieto tan añorado por Pedro Graeff.

Otra de las coincidencias entre la novela y el contexto histórico del país es cuando Pedro Graeff muere sin llegar a conocer a su nieto; sin poder ver con sus ojos el fruto del esfuerzo y sacrificio de Leandro, cuya impotencia desembocará en un tragico final: el incendio al almacen, que representa una autodestrucción generada a partir de la decepción de ver truncados sus esfuerzos para cumplir con el mandato impuesto. La misma realidad se percibe en Argentina. Los aportes de las potencias económicas mundiales, en especial Gran Bretaña, originaron un gobierno del mercado de la Republica a su antojo, sin demasiado interés de beneficiarlo. Es así como los británicos comenzaron a ejercer su dominio y a tomar posiciones en el plano político y social. Argentina perdía el control económico que la había caracterizado durante los últimos años y pasaba a depender del comercio internacional.

Es aquí donde se da una serie de golpes de estado cívico militares que no tuvieron piedad en destruir todo lo que se había hecho en años previos, durante el mandato de Yrigoyen. Así comienza a gestarse un clima de inestabilidad política. La llamada década infame había llegado de la mano de una crisis económica y social apoyada por las potencias extranjeras que fortalecían el poder de esta revolución.

[4] “Le preguntó quiénes eran los sagaces intelectuales... Y Müller le dijo que eran los abogados de los consorcios extranjeros; esos son los que conducen las tramas de este país, los que hablan y seducen, los que llenan las seseras huecas de nuestros gobernantes”.

Ya sobre el final de la novela, ocurre un último hecho que requiere especial atención: el nacimiento del hijo de Laura y la asignación de Bonomi como socio de María Graeff al mando del gran almacén de la familia. Estos dos sucesos se manifiestan como ejemplo de lo que vendría posteriormente en el país: la clase trabajadora comenzaba a tomar poder, y emergía en medio de un clima muy hostil, al igual que el hijo de Laura. Esta nueva clase que empezaba a migrar a Buenos Aires tal como lo hizo Laura Espinoza con su hijo en busca de nuevas oportunidades y dando lugar así al nacimiento de una nueva esperanza: el peronismo.

Como derivados de las influencias extranjeras, en ambos casos, queda de manifiesto que hay un aporte positivo inicial, pero que con el paso del tiempo se termina volviendo un punto desestabilizador. Los aportes externos suelen representar casi una necesidad en las economías y en las sociedades; pero se debe tener en cuenta que es un grave error perder de vista los intereses y controles de los medios autóctonos.

BIBLIOGRAFIA

Feinman, José Pablo. “El mandato”. Grupo Editorial Norma. Buenos Aires, Argentina. 2000.

Ferrer, Aldo. “El capitalismo argentino”. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, Argentina. 1998.

Rapoport, Mario. “Historia económica, política y social de la Argentina, 1880-2000”. Ed. Macchi. Buenos Aires, Argentina. 2000.

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