“CRIMEA: DISPUTAS GEOPOLÍTICAS Y CULTURALES ENTRE UCRANIA - RUSIA Y LOS INTERESES DE LOS ESTADOS UNIDOS”.

...

Este pueblo, pasó a estar bajo la protección del imperio Otomano en el siglo XV, y desde entonces ya es posible encontrar los primeros intentos de lo que hoy es Rusia por posicionarse en esta región. Estuvo bajo la egida del Imperio Otomano hasta el siglo XVIII cuando fueron derrotados por el Imperio Ruso. (Pereltsvaig, 2013)

Rápidamente, el Imperio Ruso se anexo este territorio, y desde ahí se ha dado una lucha constante en Crimea por tratar de mantenerse como una región libre, pero que constantemente ha sido sometida a presión por distintas potencias esto por muy diversos factores. Una de la que más ha insistido en la región de Crimea es Rusia; de ahí que la relación entre ambas regiones desde un inicio se puede catalogar como convulsa.

- El origen de los conflictos, breve repaso de los conflictos anteriores.

Como ya se ha descrito la relación entre Rusia y la región de Crimea desde un inicio ha sido conflictiva, no obstante hay un antecedente que va a marcar en gran medida el desarrollo histórico entre estos dos lugares; este proceso es la Guerra de Crimea entre 1853-1856. Ver (Vidal, 2014).

La Guerra de Crimea puede ser descrito como un conflicto bélico entre Rusia y Francia, propiciada por causas étnico-religiosas, esto porque ambos países trataban de posicionarse de lugares sagrados para la religión cristiana, dividida en ortodoxos y católicos.

En realidad la Guerra de Crimea entre 1853-1856 tiene un trasfondo geopolítico, dado que se buscaba asegurar por parte de Rusia acceso al mar Negro y facilitar su avance como imperio hacia el mar Mediterráneo y por su parte, las potencias europeas (Francia y Gran Bretaña) buscaba reducir el potencial ruso limitando su expansión y el acceso al mar.

Es así como desde estos primeros enfrentamientos, ya se puede dilucidar las características que marcan los conflictos de carácter geopolítico que se presentan en esta región.

- Descripción del choque directo entre Estados Unidos y la URSS por Crimea.

Sin lugar a duda el proceso que marca de manera más fuerte las características actuales del conflicto en Crimea y su posterior anexión a la Federación Rusa, es el proceso de Guerra Fría y sus consecuencias.

Como se describió anteriormente, lo que hoy corresponde al territorio de Crimea, durante mucho tiempo pasó bajo la egida de la antigua URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), esto hasta el desenlace de la II Guerra Mundial.

Después de la II Guerra Mundial, específicamente en 1954 (Requena, 2014, pág. 2) y después de que el líder político Ruso José Stalin realizara varias deportaciones de Tártaros ligados con la Alemania Nazi, su sucesor Nikita Kruschef le cede la península de Crimea a la actual Ucrania, que para antes de 1992 formaba parte de la antigua Unión Soviética (URSS).

Para el final de la Guerra Fría, y con la desintegración de la URSS, la ahora independiente Ucrania queda bajo la posesión de Crimea, momento en que lo que hoy conocemos como Federación Rusa trata nuevamente de posicionarse sobre este territorio, ahora con la intensión de evitar el avance de su enemigo geopolítico, Estados Unidos; en la lucha por la hegemonía mundial. Esta será la tendencia que marca las características actuales del conflicto en Crimea, que involucra a Estados Unidos y a la Federación Rusa, en una disputa por posicionarse en esta región.

Este último proceso descrito, ayuda a entender las características actuales del conflicto en Ucrania, específicamente en la región de la península de Crimea, dado que al ser una región que durante muchos años perteneció a la antigua Unión Soviética, provoca que una gran cantidad de sus habitantes aún hoy se sientan identificados como rusos. De esta forma, sale a relucir nuevamente una característica de esta parte del planeta que antes ya fue destacada, su carácter multiétnico que dota de características muy particulares a los procesos actuales que tiene lugar en la región.

Hasta este punto ya se ha descrito la relación directa entre Rusia y Crimea, no obstante no se ha puntualizado sobre el momento en que Estados Unidos, país antagónico a la URSS durante la Guerra Fría entra en disputa directa con Rusia por Crimea. Entorno a esto en particular se puede resaltar:

“Desde un punto de vista ideológico, el fin de la Guerra Fría marcó el triunfo del capitalismo, la entronización de la democracia occidental y la derrota del socialismo real. En ausencia de una alternativa viable, la democracia occidental fue así proclamada como la norma universal de organización y convivencia política, y el mercado como el mecanismo indisputado de agregación social y el principio supremo de coordinación productiva en países de todas las latitudes. Una euforia generalizada invadió todo el mundo como consecuencia, junto con la firme creencia de que los triunfos simultáneos del capitalismo y la democracia eran acontecimientos inextricablemente ligados entre sí.” (Palacios, 2011, pág. 233)

Desde una perspectiva geopolítica se puede aseverar, y así lo ha marcado el desarrollo histórico posterior a la Guerra Fría, que lo que se llamó el final de la Guerra Fría trajo la confrontación de las superpotencias, y el surgimiento de nuevos poderes regionales.

Es en este contexto en el que se puede enmarcar el proceso de disputa entre Estados Unidos y la Federación Rusa por posicionarse en Crimea.

- Puntualizar en los comunes denominadores en el interés de distintos países a lo largo de la historia en esta región.

Detrás del interés de la ocupación de este espacio por parte de las potencias, no es sino, una muestra más de la importancia geopolítica de esta parte del planeta, que dependiendo de la posición que se tenga como potencia, puede servir para contener o más bien como punta de lanza para extenderse a otras regiones.

Así lo expone Mackinder en (Carou, 2010), donde señala que, existe una tensión constante, una lucha por el poder entre dos potencias a lo largo de la historia, esta lucha ha cambiado de protagonistas dependiendo de la época. La última de estas tensiones la ha marcado Estados Unidos y Rusia, ya desde el final de la II Guerra Mundial.

“[…] la base de la interpretación de la historia europea, consideraba que el Estado que ocupase la “región pivote” (Pivot Area) —o, el “corazón continental” (Heartland), según la versión de 1919— dentro de Eurasia podría ejercer una influencia decisiva sobre la vida política del mundo entero.” (Carou,