Corrientes del Pensamiento Económico.

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“Quien domina el mar domina el comercio, quien domina el comercio domina la riqueza del mundo y por ende el propio mundo”

(Sir Walter Raleigh, 1552-1618)

“Es necesario restablecer o crear todas las industrias; incluso las de lujo, organizar a los productores y a los comerciantes es corporaciones, desarrollar a las colonias y atarlas comercialmente a Francia”

(Jean Baptiste Colbert, 1619-1683)

“No es la abundancia de oro y plata o la cantidad de perlas y diamantes lo que hace a los estados ricos y opulentos, es la consecución de los bienes necesarios para la vida”

(Antonio de Montchrestien, 1575-1621)

Los capitalistas comerciales se vuelven más poderosos al incorporar nuevos mercados y les empieza a molestar que los Señores Feudales establezcan sus propias reglas en cada feudo y con esto se empieza a propiciar la unificación de los mercados, esto da origen a los verdaderos estados modernos que se organizan en forma de monarquías[2].

En esta época aparece la Francia de Luis XI, la España de los Reyes Católicos, la Inglaterra de Enrique VIII y la monarquía del rey, esto derivado de los cambios que se hicieron gracias a los avances obtenidos en materia de economía.

Los mercantilistas pensaban que la riqueza provenía del intercambio, mediante el cual algunas naciones eran favorecidas y otras no. No habían comprendido aún, como más tarde lo hicieron los pensadores clásicos, que la fuente de la riqueza era el trabajo, tales trabajos fueron estudiados a profundidad por grandes pensadores como lo fue Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx.

La hazaña suprema de Smith y de Ricardo consistió en poner orden en el estado todavía caótico de la investigación económica. A ese orden se le ha dado el nombre de sistema clásico. (Eric Roll, 1974)

Adam Smith, conocido como el padre de la economía, muestra a lo largo de su obra una marcada visión liberal que surge como respuesta a las condiciones históricas de finales del siglo XVIII, donde se atacó el sistema mercantilista a través de la doctrina del laissez - faire[3], por medio de argumentos en favor de una economía regulada por leyes naturales que le permitían conducirse "por la acción de una mano invisible" hacia su óptimo desarrollo. Smith se plantea el pensamiento de la historia de la sociedad iluminado por la economía, él es un moralista imbuido por los ideales de la severidad insensible. Concede gran importancia a la justicia. El héroe de Smith es la ética y no la avaricia, escribe acerca de la sabiduría y la virtud analizando aspectos positivos del autodominio, la benevolencia, la prudencia y la justicia.

En términos economicos este autor desarrolla conceptos básicos como son los de la division de trabajo y la mano invisible del mercado. Sin embargo, las raíces de su análisis son departiendo de la ética. Se interesa por la moral como corrección y por la virtud como excelencia. La sociedad es como un espejo y debemos observarla con un desdoblamiento de la personalidad para poder ser espectadores imparciales. Se puede afirmar que el enfoque de Smith se centra en que la economia sirve a la moral. La naturaleza dual de las personas se manifiestan en que somos egoistas y cooperativos. Smith se interesa por el desarrollo de las virtudes internas (en beneficio del individuo) y externas (en beneficio de la sociedad).

Aditivo a esto, David Ricardo en el siglo XIX formula la teoría de la ventaja comparativa. Para Ricardo un país exportará los bienes en cuya producción sea relativamente mator la productividad de sus trabajadores. Las diferencias en productividad de los trabajadores determinan la ventaja comparativa.

Un país puede producir más efcientemente todos sus bienes pero aun asi puede beneficiarse del comercio especializandose en la produccion de los bienes que puede producir con un coste relativamente menor. El comercio no es un juego de suma cero, sino que todos los que participan ganan.

(Maite Barea Mateo, Margarita Billón Curras , 2010)

Ricardo dedica una atención especial a la teoría del valor pues concideró que el valor de cambio de las mercancías venía determinado por la cantidad de trabajo necesaria para su producción. Con respecto al salario el consideró que vendría por el número de horas destinadas a la producción de los bienes de subsistencia , que permitiera mantener al trabajador y a su familia. Habla en sus teorias acerca de la “renta de la tierra”; pues en esta epoca los propietarios de las tierras no explotaban sus tierras, sino que las arrendaban, la noción que mantiene es que la renta de la tierra es debida a la dieferente fertilidad de la misma y a la ley de los rendimientos decrecientes y en el mismo contexto esta tambien “el comercio internacional” en esta destaca la teoria de la ventaja comparativa en la que defiende la producción del propio país y evitaban el comercio en el exterior.

Por otra parte, Carlos Marx le puso a su obra maestra de la economía, El capital, el subtítulo de Crítica de la economía política. El primer tomo apareció, como para cumplir la profecía de Lassalle, tres años más tarde, en 1867. Con este subtítulo Marx coloca a su obra fuera del marco de la economía convencional, considerando que ésta está terminada definitivamente: sólo resta criticarla. (Rosa Luxemburg)

Al iniciar su análisis, Marx busca situar el contexto histórico en el cual surge la llamada teoría ricardiana de la renta. Para ello realiza dos análisis: establece las diferencias entre los planteamientos y conclusiones de Ricardo; y luego analiza detenidamente los supuestos de los cuales parte.

Marx ofreció básicamente una teoría de alineación arraigada a la estructura social. Es la estructura social la que rompe las interconexiones naturales que caracterizan la naturaleza humana en un sentido ideal. Aquí es importante el sistema de dos clases: aunque los trabajadores usan las herramientas y actúen sobre la naturaleza, las interrelaciones están rotas.

Adelantemos que la crítica principal hecha a la escuela de economía política clásica que nace propiamente con los fisiócratas y concluye con Marx la realiza la escuela austríaca que plantea, particularmente para Marx, el problema de la transformación del valor en precio (Ulises Campbell Manjarrez, 2009)

De cualquier manera, las posturas anteriores se amplían en cuanto uno se pregunta si los “bienes y servicios” son valiosos por simple