De la Misoginia a la Misandria
Enviado por Jillian • 26 de Mayo de 2018 • 3.628 Palabras (15 Páginas) • 319 Visitas
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Tenemos hetairas para nuestro placer, concubinas para servirnos y esposas para el cuidado de nuestra descendencia. (DEMOSTENES, Contra Neera, 59, 122)
Integrado a todos los argumentos y sucesos históricos mencionados se encuentra la opinión de uno de los filósofos más importantes de toda la historia humana Aristóteles:
El varón es por naturaleza más apto para gobernar que la hembra (salvo cuando la familia está organizada en contra de la naturaleza), y los mayores y más maduros lo son más que los jóvenes e inmaduros. (ARISTÓTELES, Política, 1259 b 2-4)
Concretamente ni Aristóteles, ni tampoco Demóstenes son los primeros en abordar estas cuestiones, dado que, el Sócrates platónico ya había tratado la materia en su dialogo con Glaucón en la República:
—Pero ¿se puede emplear a un animal en las mismas tareas que otro, si no se le ha brindado el mismo alimento y la misma educación?
—No, no se puede.
—Pues entonces, si hemos de emplear a las mujeres en las mismas tareas que a los hombres, debe enseñárseles las mismas cosas.
—Sí.
—Y tenemos que a los hombres se les ha brindado la enseñanza tanto de la música como de la gimnasia.
—Así es.
—Por consiguiente, también a las mujeres debe ofrecérseles la enseñanza de ambas artes, así como las que conciernen a la guerra, y debe tratárselas del mismo modo que a los hombres.
—Por lo que dices, es probable.
(PLATÓN, República V, 452ª. Traducción de Conrado Eggers Lan)
Como se denota en el dialogo se ofrece una perspectiva alternativa de lo que sería el intrincado concepto de mujer dentro de las raíces griegas y además es una manera de crear nuevas perspectivas frente a la situación del género femenino, sin embargo, como es bien sabido Sócrates sería condenado a muerte por “corromper” a la juventud y con este hecho es más que clara la presencia de una misoginia arraigada en los metarrelatos de la civilización Griega, pues, incluso más adelante Aristóteles refutaría este dialogo en su Política; la razón principal por la que traigo a colación tantos mitos y pensamientos de filósofos se debe, principalmente al hecho implícito de su importancia en la configuración social en la época griega, pues, es verídico afirmar estos tenían una influencia constante sobre los jóvenes y su manera de pensar, esto relacionado ampliamente con su mentalidad forjada por las diversas escuelas de pensamiento existentes precisamente propiciadas por los filósofos mencionados anteriormente.
Es completamente ineludible la misoginia presente en toda la amplitud del desarrollo como civilización que poseía Grecia, incluso los más grandes pensadores de esta época cayeron en este grave error y lograron así un tipo de discriminación que sigue de cierta manera vigente hasta nuestros días, por demás me gustaría recalcar un último mito que en mi forma de percibir las cosas vendría a recalcar muchas de las pre concepciones originarias de Grecia este mito fue escrito por Semónides De Amorgos, su obra más conocida es precisamente de la cual pretendo dar un acercamiento aquí, el nombre de esta es Yambo de las mujeres, en particular esta obra me produce interés, ya que, aborda preceptos en los cuales compara de manera causal a las mujeres con los tópicos defectuosos de animales y rebajando así mismo a la mujer al nivel de aquellos animales, sin embargo, el objetivo que pretendo no es recalcar una vez más el carácter misógino griego, sino más bien establecer que este tipo de prácticas se presentaba también en el género femenino -aunque en menor medida- , pues, los libelos entre ambos sexos son una práctica bastante usual no sólo entre hombres, también entre mujeres y que ha perdurado a lo largo del tiempo a través de nuestros propios marcos de pensamiento actual y es por eso que este mito u escrito me resulta tan importante al momento de exponer mis intenciones dentro del texto en general, lo cual se podría resumir en la dualidad entre la misandria y misoginia.
La misandria como hecho histórico también tiene sus orígenes en diversos mitos, de nuevo, presentes desde Grecia, más incisivamente en la tragedia de Esquilo en la tercera parte de la trilogía, en donde se presentan a las Erinias como una sola encarnación de la feminidad que en su disputa con los dioses profesan las siguientes exclamaciones “¡Hay dioses nuevos! ¡Habéis pisoteado las antiguas leyes! ¡Me le habéis arrebatado de las manos! (a Orestes). Pero yo, la miserable, la desgraciada, encendida en cólera, arrojaré sobre este suelo en desagravio de mi afrenta todo el veneno que gotea mi corazón (…)” “no perdonará a los hombres”, volviendo a insistir cuando Atenea les ofrece honra, reconocimiento y primicias (Moral, 2016): “¡Yo sufriré esto, cielos! (…) ¡Vomitemos todo el furor, todo el odio de nuestro pecho!”. (GREEK TRAGEDY., 1966).
De nuevo se presenta el patrón anterior de la mayoría de mitos en lo referente a la mujer, en este caso se evoca un odio, furor y cólera hacía la figura de Osteres encarnando así una voz femenina un desprecio hacía la figura masculina. Conjuntamente con esta expresión se encuentra el pueblo de las Amazonas las cuales serían la representación de una gobernanza sin hombres incluidos dentro de su organización, pues, su manera de gobernar era a través de una reina y solamente tenían contacto con el sexo opuesto una vez al año, simplemente para perpetuar su linaje, pero lo más interesante de este pueblo sería su exterminio de las crías masculinas que dieran a luz las habitantes del pueblo, así solo se conservaban con vida las crías de sexo femenino. Al igual que los mitos de carácter femeninos que se extienden hasta hoy en día este mito, también trasciende de la misma forma, puesto que, diversos autores e historiadores hacen e hicieron referencia a el antiguo acontecimiento mitológico, para ejemplificar serían estás las obras: Historia de la destrucción de Troya de Guido delle Colonne, Sumas de historias troyanas escrita por Leomarte, Crónica General de Alfonso X El Sabio, Las sergas de Esplandián por Rodríguez de Montalvo e incluso Colón en sus diarios relata esta historia; importante es resaltar que las cavilaciones por parte de este mito, son ante todo una evocación a la independencia de la mujer del hombre e incluso en parte la tendencia a desaparecer su especie mediante la eugenesia a través
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