El diluvio y su relación con los mitos cosmogónicos

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El agua ha tenido una carga simbólica en diferentes culturas: para Tales de Mileto el origen de la vida se encontraba en el agua, para los mayas el dios Kukulkán creo vida por medio del agua, para los mesopotámicos el dios Enki representaba el agua, para el islam tiene un sentido purificador, para las culturas precolombinas es un signo de fertilidad, para el budismo también es simboliza la pureza, para el hinduismo representa la puerta del paraíso en el río Ganges, para el zoroastrismo proporciona bendiciones a los difuntos.[6]

Como primer punto hay que recalcar que en ambas culturas el Diluvio es provocado por la ira de ese ser sobrenatural, es decir, en el Popol Vuh los hombres de madera se olvidan de la gratitud que le deben a los dioses creados mientras que en la Biblia el pueblo deja de adorar al dios verdadero exceptuando Noé que siempre está rindiéndole culto a jehová. Por lo tanto, estos seres creadores al ser olvidados ven en la destrucción una manera de venganza siendo esa manera la forma en que preparan el planeta para su siguiente creación. Ahora siguiendo con esa visión de que el Diluvio es una forma de nuevo comienzo Eliade indica que: “Podría decirse que asistimos a un diluvio que aniquila a la humanidad para preparar el camino al advenimiento de una especie humana nueva y regenerada.”[7]

Otro elemento que cabe recalcar es que en ambos textos el inicio de la humanidad sucede desde la tierra; en el Popol Vuh los primeros hombres fueron hechos de barro y en la Biblia Adán surgió del polvo. Aunque en el mito quiché esa creación fue imperfecta ya que no lograban mantener una forma estable de ahí viene el segundo intento con los hombres de madera y su posterior destrucción con el Diluvio.

En la versión maya en el Diluvio nadie logra salvarse dando paso a que se siga experimentando, en cambio, en la versión judeo-cristiana del mito jehová habla directamente con Noé para indicarle sus planes y que se salve con su familia. Sin embargo, la iniciativa de ambos cataclismos es porque dichas creaciones no responden como los dioses querían; los hombres de palo no adoraban a los dioses Tepeu y Gucumatz, y, el mundo que había creado Jehová se había llenado de maldad motivo por el cual dejaron de rendirle culto.

En conclusión, el Diluvio es un evento que se repite en diferentes culturas dando a entender que es una parte importa de nuestra historia, algo que sucedió y que su eco aún se evidencia en nuestros días. Para eso Mircea Eliade dice: “El Agua «mata» por excelencia: disuelve, borra toda forma. Y precisamente por esto es rica en «gérmenes», es creadora. El simbolismo de la desnudez bautismal tampoco es privilegio exclusivo de la tradición judeo-cristiana. La desnudez ritual equivale a la integridad y a la plenitud; el «Paraíso» implica la ausencia de «vestidos», es decir, ausencia de «desgaste» (imagen arquetípica del Tiempo). Toda desnudez ritual implica un modelo intemporal, una imagen paradisíaca.”[8] Es decir, el agua es la fuente de toda la vida y al mismo tiempo se puede convertir en el elemento que la quita.

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