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LA ESCULTURA DE PERGAMO

Enviado por   •  12 de Noviembre de 2017  •  1.666 Palabras (7 Páginas)  •  521 Visitas

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El friso es un monumento erudito que simboliza el establecimiento de los valores fundamentales de la cultura griega sobre los bárbaros. Los personajes que aparecen, muchos sin atributos, son difícilmente identificables. Por fortuna, en algunos casos se han conservado sobre los dentículos del friso los nombres de algunos personajes. Por la complejidad de las acciones y por el número de figuras resulta evidente que en él participaron numerosos artistas, y en su diseño debieron intervenir sacerdotes, sabios y mitógrafos. Entre los nombres de los artistas, Dionisiades, Melanipo, Orestes, Teorreto y Menécrates.

En la época de Atalo II (159-138 a.C.), hermano de Eumenes, se realizó en la parte superior el friso dedicado al héroe Télefo, hijo de Hércules, fundador mítico de Pérgamo. Este relieve es un friso continuo con intentos de desarrollo del paisaje, escenas con perspectivas.

A partir del reinado de Atalo III (138-133 a.C.) comienza la decadencia de Pérgamo. Desde el punto de vista escultórico acusan la influencia de la Gigantomaquia.

RODAS

Centro comercial y bancario situado en la encrucijada de las principales vías de tránsito del Mediterráneo oriental. Su activo comercio la sitúa entre las ciudades más importantes de la época. Esta floreciente economía le permitió dispendios significativos en el campo de las artes.

Su escultura participa en la corriente realista hasta mediados del siglo III a.C. para ir derivando hacia un mayor barroquismo con influencia directa de la escuela de Pérgamo.

Dentro de la corriente realista, destaca el Fauno Barberini (hacia el 220 a.C.) desnudo sobre una roca.

Durante la primera mitad del siglo II a.C. se produce un apogeo del realismo rodio unido a altos niveles técnicos. Destaca Pitócrito, quizás el autor de la Victoria de Samotracia, donada por los rodios al Santuario de los Grandes Dioses de Samotracia, hacia el 190 a.C. El monumento tiene forma de proa de nave, sobre la que se posa la Niké, dispuesta en diagonal, dentro de un estanque rectangular frente a otro estanque más bajo de donde emergían rocas naturales. La nave está hecha en caliza de Rodas y la estatua de la Niké en mármol de Paros. La diosa aparece en el momento en que toca la proa. El torso gira a la derecha y la cabeza a la izquierda; los brazos reconstruyen el gesto de bajar la izquierda y alzar la derecha en ademán de anunciar. Las finas telas se pegan al cuerpo por acción del viento superando el efecto de los paños mojados de Fidias.

De esta época es la obra de Filisco de Rodas con Apolo, Latona, Artemis y las Nueve Musas. Trasunto de ellas puede ser el conjunto de la Apoteosis de Homero de Arquelao de Priene, un relieve relacionado con la fiesta ptolemaica (s II a.C.).

En esta escuela trabaja también Boeto de Calcedonia quien realiza un grupo escultórico con un Niño estrangulando la oca (200-150 a.C.), que sigue un esquema piramidal/helicoidal que contrasta con la blandura del tema y de las carnes, propio del Rococó.

Paralelamente se había desarrollado ya la tendencia barroca dentro de esta escuela. Así lo testimonia el Grupo del Pasquino o Menelao transportando el cuerpo inerte de Patroclo, quizás obra de Antígono de Corinto, uno de los escultores de Pérgamo.

De esta tendencia es ya, de mediados del siglo II, el grupo del Castigo de Dirce o Toro Farnesio, obra de Apolonio y Taurisco de Tralles, hijos de Menécrates, uno de los escultores que participaron en el friso del Gran Altar de Zeus en Pérgamo. Representa a Zeto y Anfión, hijos de Antiope, atando a Dirce, reina de Beocia, a un toro como castigo por haber tratado cruelmente a su madre. Sigue igualmente la estructura piramidal característica de esta tendencia barroca, llena de dramatismo y violencia, con una gran carga emocional y efecto teatral.

De gran dramatismo también es el Marsias colgado, que va a ser degollado por un soldado escita. De gran fuerza dramática, están inspirado en los gigantes de Pérgamo.

A esta corriente pertenecería también el grupo del Laocoonte y sus hijos, trasunto del texto de la Eneida de Virgilio (II, 199-227). Obra admirada desde el renacimiento, no está exenta de polémica ya que por un lado guarda relación estilística con el altar de Pérgamo. Según Plinio, sus autores fueron Hagesandro, Polidoro y Atenodoro, escultores rodios.

Se ha fechado tradicionalmente en el siglo I a.C. pero Richter propuso retrasar su cronología hasta el siglo II a.C. Sin embargo, el hallazgo de la Cueva de Tiberio en Sperlonga supuso un cambio importante ya que se emplearon escenas de la Iliupersis llenas de dramatismo y dolor: Ulises cegando a Polifemo; el asalto de Escila al barco de Ulises; el robo del Palladium (imagen arcaica de Atenea) de Troya); Ulises con el cuerpo de Aquiles.

Las características estilísticas son las mismas que en el Laocoonte: dramatismo, musculaturas hinchadas. Parece que fueron ejecutadas por esos mismos artistas en Roma de manera simultánea, como variaciones libres de originales helenísticos.

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