LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, 1939-1945, LA RECUPERACIÓN DE EUROPA Y LAS SUPERPOTENCIAS

...

La destrucción y el surgimiento fueron inmensos; pero las defensas británicas se estaban mejorando, gracias al uso del radar, la total movilización de la economía, el desciframiento del código secreto alemán (proyecto ultra) y la elevada moral de los habitantes de las islas. La pérdida de aviones alemanes fue tan grande que a principios de octubre los nazis nuevamente optaron por la táctica de los ataques nocturnos, que eran más aterradores; pero menos eficaces. A pesar de que los destructivos ataques aéreos a las ciudades de Gran Bretaña, junto con los aún más terribles ataque submarinos a los barcos británicos, continuaron hasta el final de la guerra, la inmediata amenaza de invasión había pasado ya ( cruzar el canal en invierno sería muy peligroso) la batalla de Gran Bretaña se había ganado.

Mientras que la batalla de Gran Bretaña estaba en su punto culminante, Mussolini puso en práctica sus grandiosos proyectos para conquistar un imperio. Al entrar en la guerra en junio de 1940 le había cerrado el Mediterráneo a la flota británica. En septiembre sus ejércitos se movilizaron a Egipto y al Canal de Suez, desde Libia hasta el occidente y desde Etiopía hasta el sur. En octubre sus ejércitos atacaron Grecia desde Albania. Para enfrentar esta amenaza, Churchill hizo un osado y perspicaz movimiento militar. Creyendo que Suez era el punto más estratégico del mundo en una guerra mundial, envió la mitad de las escasas provisiones británicas de tanques y artillería alrededor de África hacia Egipto, mientras los nazis permanecían atentos, a lo largo del canal, para iniciar la invasión de Gran Bretaña. Las fuerzas de Mussolini encontraron desastre por todas partes. Los griegos los vencieron y los enviaron de nuevo a Albania. Un escuadrón de aviones de torpedo británicos le asestaron un letal golpe a la flota italiana en su base al sur de Italia. Durante el invierno de 1940-1941, los ejércitos fascistas que se movilizaban pos Egipto fueron completamente destruidos por brillantes y flexibles fuerzas británicas; el sueño de Mussolini se había roto con un leve golpe; de ahí en adelante apenas si fue más que un prisionero de las fuerzas alemanas que fueron enviadas para salvarlo.

Cuando en octubre de 1940 se había hecho evidente que no se podía invadir a Gran Bretaña ese año, Hitler les ordenó a sus estrategas que completaran los programas detallados para invadir la Unión Soviética lo más pronto posible. La conquista de la Unión Soviética siempre había estado en la mira de Hitler, pero había anhelado librarse primero de las amenazas francesas y británicas. Los planes requerían un ataque no que pasara del 15 de mayo de 1941. Pero primero debería asegurarse el flanco balcánico. Hungría y Rumania cedieron a las amenazas de Hitler y se unieron a la alianza del Eje en noviembre de 1940; Bulgaria, en marzo de 1941. Inmediatamente, las fuerzas alemanas entraron masivamente a esos países. Yugoslavia y Grecia se negaron a ceder y los alemanes los atacaron en abril de 1941. Yugoslavia fue derrotada en once días; Grecia en tres semanas. Las fuerzas británicas que Churchil había enviado a Grecia fueron expulsadas de la península y también de la isla de Creta. Suez parecía entonces estar definitivamente perdido. Estaba abierto para un ataque desde el norte; en el occidente, los Afrika Ikorp alemanes, que habían sido enviados para remplazar a los derrotados italianos, había rechazaron nuevamente a los británicos hasta la frontera de Egipto; habían surgido movimientos pronazis en Irak, Irán y Siria francesa. a estas alturas, sin embargo, Hitler arrojó sus principales fuerzas contra la Unión soviética, dándole a los británicos un respiro para recuperar su poder en el Cercano Oriente y Medio Oriente.

El 22 de junio de 1941, los alemanes lanzaron contra la Unión Soviética el ataque más masivo de la historia. Se unieron a ellos los húngaros, los rumanos y los finlandeses. A pesar de que Stalin pudo lanzar un número igual de divisiones contra los invasores, sus tropas no estaban tan bien entrenadas o equipadas. Hitler esperaba destruir la resistencia soviética en seis semanas; los máximos líderes militares británicos y norteamericanos compartían esa opinión.

Los rusos lucharon con inesperada habilidad y determinación; pero la maquinaria de guerra nazi atacó siempre en avanzada, hasta que el primero de diciembre estaba a las puertas de Moscú. Leningrado fue rodeada y Rostov, a puerta a los campos petrolíferos del Cáucaso, fue tomada. La más rica y productiva parte de la Unión Soviética estaba en manos de los alemanes. Los rusos habían sufrido tan asombrosas bajas que Hitler anunció que la Unión Soviética estaba destruida y que nunca más se levantaría.

Los japoneses, tomándole la palabra y pensando que la hora de oro había sonado, atacaron a los Estados Unidos el 7 de diciembre de 1941. En esa época, el invierno ártico y los contraataques soviéticos habían forzado a los alemanes a detenerse y en algunos lugares, a retirarse. La Unión Soviética aún estaba viva, y los Estados Unidos estaban ahora en la guerra.

ESTADOS UNIDOS ENTRA A LA GUERRA

El estallido de la guerra en Europa causó apenas un murmullo en el sentimiento aislacionista del público norteamericano y del congreso. La mayoría de los aislacionistas creían que los ejércitos franceses, la Línea Maginot y la marina británica serían capaces de contener a los nazis.

Pero repentinamente en mayo-junio de 1940 la situación cambió drásticamente. El ejército francés y la línea Maginot dejaron de existir y la armada inglesa estaba en grave peligro. La mayor parte de ella se utilizaría en la defensa de Gran Bretaña en caso de invasión. Roosevelt presentó rápidamente un programa de tres puntos:

1.- Extremo re- armamento

2.- Bipartidismo en asuntos extranjeros.

3.- Ayuda total, salvo la guerra, para los que lucharon contra el Eje.

Hubo una pequeña oposición a los dos primeros puntos y Roosevelt logró superar las objeciones para ayudar a Gran Bretaña. la participación norteamericana incluyó desde la provisión de armas hasta la escolta de barcos a través del Atlántico por la armada norteamericana. Se le brindó ayuda a la Unión Soviética y en junio de 1941 se cerraron los consulados del Eje.

En agosto de 1941 Roosevelt y Churchill se habían reunido en alta mar y habían anunciado la Carta del Atlántico, una exposición conjunta de ideales y propósitos bélicos. En ella aparecieron frases significativas como “ ...sus países no buscaban ningún engrandecimiento, territorial