La Dictadura dominicana según La Fiesta del Chivo
Enviado por John0099 • 3 de Enero de 2019 • 1.900 Palabras (8 Páginas) • 450 Visitas
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vestigio de la era de Trujillo son los libros de su tercera esposa y en ese entonces primera dama de la República Dominicana, María Martínez Alba que durante el régimen escribió Falsa Amistad, obra teatral se convirtió en el más grande éxito de los treinta y un años de la dictadura de Trujillo y Meditaciones Morales, libro que se volvió de lectura obligatoria en las escuelas dominicanas.
“Durante la dictadura dominicana, la prestante dama era escritora y moralista. No gracias a ella, sino a él, como todo lo que ocurría en este país hacía tres décadas. Trujillo podía hacer que el agua se volviera vino y los panes se multiplicaran, si le daba los cojones.”
En cuanto a los actos autoritarios de Trujillo, El Jefe controlaba todo y se hacía lo que él quería. Uno de los casos más claros ocurrió en los medios de comunicación dominicanos que normalmente comenzaban los boletines informativos a las cinco de la mañana pero, al enterarse que el benefactor se despertaba a las cuatro, adelantaron el noticiero para que Trujillo lo escuchara mientras se rasuraba, bañaba y vestía.
Otro caso en el que Trujillo controlaba a la población ocurría todos los 10 de mayo, día de la madre cuando el país entero visitaba y le rendía homenaje a Julia Molina viuda de Trujillo, “manantial de caritativos sentimientos y madre del perínclito varón que nos gobierna.”.
Un ejemplo más de la soberanía de Trujillo es que este podía fornicarse a quien quisiera, incluso a las esposas e hijas de la gente cercana a su gabinete, según lo que se se decía en las calles, “Las buenas dominicanas agradecían que El Jefe se dignara tirárselas.”
Un caso más sobre la nula libertad que Trujillo daba a los dominicanos es el caso de uno de sus asesinos, el teniente primero Amado García Guerrero quien no se pudo casar con su novia, Luisa Gil, por ser la hermana de un comunista, un subversivo del 14 de junio.
Sobre la historia de los asesinos de Trujillo, gente que en su mayoría pertenecía o había pertenecido al régimen, Salvador Estrella Sadhalá, orgulloso católico y el más conservador de los opositores también pensaba en matar a Rafael Trujillo pues según él no sería matar a cualquiera, sería acabar con un tirano, es decir, un tiranicidio, acto que según su fe está permitido en casos extremos. Muchos querían acabar con la dictadura y la única forma de hacerlo era con la muerte de Trujillo.
En cuanto a la historia de otro de los asesinos de Trujillo, Antonio de la Maza contaba con el apoyo de Estados Unidos, pues llevaba más de dos meses tratando los detalles con la embajada que les iba a dar armas y explosivos para la caída del benefactor.
A pesar de todo lo negativo del régimen de Trujillo, este también tuvo como consecuencia casi accidental algunos aspectos positivos como la implementación del principio de una sociedad capitalista y la visión de progreso, que significaba para muchos la construcción de numerosas obras públicas como puentes, carreteras, edificios estatales etc. También fomentó tanto la agricultura como las industrias, sin otro deseo que organizar su propia empresa, o sea enriquecerse. El gobierno fue una maquinaria al servicio de su engrandecimiento personal y la reconstrucción del Estado fue un pretexto para el enaltecimiento de su gloria. Bajo el régimen de Trujillo todos tenían trabajo y la gente cometía menos delitos.
Dejando de lado lo malo que fue Trujillo, existen millones de personas que machacadas por la propaganda, por la falta de información, embrutecidas por el adoctrinamiento, el aislamiento, despejadas de libre albedrío, de voluntad y hasta de curiosidad por el miedo y la práctica del servilismo incluso llegaron a divinizar a Trujillo. No solo a temerlo, sino a quererlo, como hijos de padres autoritarios que están convencidos de que los azotes y castigos son por su bien.
“La gente lo tenia tan divinizado que según la mitología popular, no sudaba, no dormía, nunca tenía una arruga en el uniforme, el chaqué o el traje de calle”.
Previo al asesinato de Trujillo y con el régimen debilitado ante las presiones de medio mundo, los Estados Unidos intervinieron nuevamente y aconsejaron el retiro de Trujillo, un mensaje de la Casa Blanca le llegó a ofrecer asilo.
“Me vinieron a aconsejar, mandados por el presidente Eisenhower, William Pawley, el general Clark y el senador Smathers, mis amigos yanquis. Me dijeron que pasara a la historia como un estadista magnánimo, que cedió el timón a los jóvenes. Esos pendejos me confunde con Batista, con Rojas Pinilla, con Pérez Jiménez. A mí solo me sacarán muerto.”
El fin de Trujillo llegó acompañado de muchas causas como el envejecimiento de su gabinete y su propia persona, el debilitamiento de su régimen, las presiones económicas de la OEA, las presiones sociales de Venezuela, Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico, Haití y demás países, la inutilidad de sus hijos para sucederlo en el poder, la violencia a destajo, opositores y la iglesia católica en su contra. Iba a cumplir 32 años llevando en las espaldas el peso de un país que lo superó.
En la era de Trujillo, lo que decía se hacía, controlaba a la población, prohibía todo lo que no le parecía, asesinaba o desaparecía a quien le causaba problemas, causaba miedo y terror en la sociedad dominicana, fue una tiranía que trajo muchos más males que bienes, fue una dictadura que dejó estragos en la República Dominicana, fue un régimen que aún sigue presente en la memoria de los dominicanos y uno de los acontecimientos más importantes del Siglo XX.
Bibliografía:
Vargas Llosa Mario, La Fiesta del Chivo (2000), Alfaguara, México, D.F.
Hobsbawm Eric, Historia del Siglo XX (1994), Traducción de Juan Fací, Jordi Ainaud y Carme Catells (1998), Crítica, Buenos Aires, Argentina.
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