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Primer periodo presidencial de Porfirio Díaz 1876-1880

Enviado por   •  31 de Mayo de 2018  •  3.445 Palabras (14 Páginas)  •  632 Visitas

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El gobierno era acusado de derrochador, especulador y deshonesto en el manejo de los fondos públicos, pues había problemas hacendarios, ya que no se contaba con el dinero suficiente requerido para el pago de la deuda externa, por esto el gobierno tomo medidas como reducir gastos, aumentar impuestos y recuperar el crédito.

SEGUNDA PRESIDENCIA DE PORFIRIO DÍAZ (1884-1888) e inicio de su continua reelección hasta 1911.

En las elecciones de 1884 el general Díaz triunfó sin problemas, y en los 4 años siguientes terminó de afianzar su poder gracias a su gran habilidad política, el deseo general de paz y los progresos materiales (el crecimiento de la industria, construcción de ferrocarriles con el ingreso de fuertes capitales extranjeros y un mayor control militar, el desarrollo de la minería y el comercio). Esta situación proporcionó ventajas a empresarios y mejores perspectivas de vida a los profesionistas, empleados, pequeños comerciantes y otros grupos del sector medio, al mismo tiempo se reprimía con fuerza cualquier intento de oposición.

La primera década del siglo xx fue la del triunfo del régimen porfirista. Díaz afirmaba que su gobierno de “mano firme” había creado condiciones para establecer un régimen democrático. El país gozaba de alto prestigio internacional y los empréstitos e inversiones extranjeras crecían a un ritmo nunca antes visto, se incrementaron a un ritmo seis veces superior.

LAS INSTITUCIONES JURIDICAS SON:

En 1885 entra en vigor el nuevo Código de Minería por el cual quedan libres de toda contribución federal, local y municipal, las minas de carbón de piedra en todas sus variedades, las de petróleo, las de hierro y azogue; sin embargo, el código y otras leyes se derogan por la Ley Minera (1892) que reduce a la mitad el impuesto anual sobre minas de plata, oro y platino.

La Ley de Terrenos Baldíos surge por la necesidad de regular las tierras de los latifundistas, ya que la distribución de propiedades era injusta. Los hacendados poseían grandes extensiones de tierra sin uso alguno, por ello el gobierno la reformo en múltiples ocasiones. También se publica una circular (1885) en la cual se reconocen tres clases de baldíos. Los primeros serán los terrenos adyacentes a las poblaciones importantes o a las vías férreas y fluviales, los susceptibles de riego, los bosques de maderas valiosas, los que tengan orchilla o alguna otra planta tintórea y los criaderos de sales o sustancias señaladas en el artículo décimo del código de minería; se consideran de segunda las tierras de temporal, las alejadas de las vías de comunicación y las ganaderas; de tercera, el resto. De esta misma manera la Ley de Colonización sufre reformas como la de 1890 en la que estipula “El concesionario habrá de deslindar los terrenos baldíos aledaños a las vías férreas; el gobierno se reserva para si la tercera parte de los terrenos deslindados; otra tercera se venderá al concesionario al precio vigente, y la restante será propiedad del concesionario de manera automática.”

. Es un año un poco tranquilo, y un tanto metódico, se acerca la reelección alguno a favor otros en contra pero se tiene que caminar despacio, un grupo de diputados presenta la iniciativa de reforma constitucional para permitir la reelección presidencial; con ella se prepara el terreno para que Porfirio Díaz ocupe nuevamente la presidencia sin faltar a la ley

El artículo 78 Constitucional sufre dos reformas importantes durante este periodo: en 1887 y en 1890, la primera permite a Díaz ser reelecto para el periodo 1888-1892; la segunda retracta los acuerdos del Plan de Tacubaya, por lo que elimina el principio de no reelección.

El Secretario de Hacienda, José Yves Limantour cree que hay dos remedios a los grandes males que acarrean la pobreza: la inversión extranjera y el establecimiento de instituciones bancarias. Este pensamiento perfila lo que será la política económica no sólo de Limantour, sino del Porfiriato.

- 1889. Se expide un decreto por el cual quedan libres de grávamenes estatales los capitales de no menos de mil pesos que se utilizarán en la industria, así como a las grandes empresas que favorezcan de algún modo los intereses públicos.

- 28 de febrero de 1890. Nueva concesión de colonización.

- 27 de septiembre de 1890. Se anuncia, por bando solemne, que el artículo 78 constitucional ha sido enmendado para permitir la reelección indefinida del presidente de la República y los gobernadores.

- 20 de diciembre de 1890. Reforma que retracta los acuerdos del Plan de Tacubaya, regresando al texto original del artículo 78 constitucional, en el que los constituyentes de 1856-1857 fijaron sólo el 1° de diciembre como la fecha en que se debe entrar a ejercer sus funciones el Presidente de la República, así como que su periodo duraría cuatro años, sin alusión alguna a la no reelección.

el presidente Porfirio Díaz inaugura el monumento a Cuauhtémoc, acto al cual asisten, como invitados especiales, representantes de los pueblos indígenas cercanos.

En 1888 Díaz fue reelecto una vez más, ratificándose constitucionalmente esta medida dictatorial en mayo de 1890, con lo que el Plan de Tuxtepec quedaba en el olvido. Para 1893 para mantener el poder de 1888 a 1892, para lo cual tuvo que asesinar en Zacatecas al jefe anti reeleccionista Trinidad García de la Cadena en 1886 y en 1889 al gobernador de Jalisco, Ramón Corona, a quien curiosamente mató “un loco”. En 1890, Díaz haría que el Congreso aprobara la reelección sin limitaciones, lo que abrió la posibilidad de que se reeligiera libremente para los periodos 1892-1896, 1896-1900 y 1900-1904, 1904-1910 y 1910-1916, ya que en 1903 se ampliaría el periodo de gobierno de 4 a 6 años. Desde luego, la revolución lo obligaría a renunciar en 1911.

Díaz mantuvo las elecciones para dar una fachada legal y democrática a su dictadura. Las elecciones eran indirectas, los electores (ciudadanos mexicanos mayores de 21 años o de 18 si eran casados) votaban por un representante, que junto con los demás representantes elegidos, designaban a quienes debían ocupar los cargos públicos. Lo anterior, dejaba la puerta abierta al fraude electoral; además, como el electorado era mayoritariamente ignorante y pobre, la oligarquía manipulaba fácilmente el voto,[7]

Ya con el sólido control de la Presidencia a partir de 1888, Díaz diseñó un ambicioso proyecto de modernización económica como la mejor defensa de la soberanía. Que mexico no fuera considerado para ser invadido y se tomara en cuenta como una potencia y eso sólo

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