SEMINARIO “GESTIÓN DE LA VIDA” SABER ORGANIZARSE PERSONALMENTE Y ESTILOS DE VIDA

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3. Evolución del concepto de trabajo.

En los comienzos de la civilización, el trabajo era algo no concebido como tal, el concepto no existía como lo entendemos actualmente. El concepto de trabajo era considerado algo ocioso. La actividad valorada positivamente por la sociedad era el ocio. Tal era el valor negativo que tenía el trabajo, que se llamaba así a las tareas que realizaban los esclavos o en el campo con el yugo. Sin embargo, tras la Revolución Industrial entramos en un concepto de trabajo del cual somos totalmente dependiente, vivimos bajo el yugo.

4. Culto a la prisa.

Lo único constante en la vida es el cambio, nunca nos bañaremos en el mismo río dos veces. Por ésto, hay que ir muy rápido para que no cambie demasiado, para aprovechar el momento sin que pase a ser otro por ese paso del tiempo y ese cambio constante. Lo que no hagamos ahora puede que no podamos hacerlo luego porque la situación será diferente porque nunca se repetirá lo mismo dos veces. El momento que perdamos ahora no podremos recuperarlo, ya está perdido, de ahí el intentar aprovechar cada segundo y de forma rápida.

5. Paradojas en el entorno.

El tiempo es un circulo vicioso. Intentamos inventar cualquier cosa para reducir el tiempo que estamos trabajando. Desde máquinas en la revolución industrial para reducir la mano de obra hasta informatizar los datos de los clientes para no estar horas buscando entre papeles. Sin embargo, cuando tenemos eso seguimos trabajando el mismo tiempo, así hacemos algo mientras la máquina termina de empaquetar los productos. Es decir, la reducción de ese tiempo de trabajo no está en más maquinas o en ser más efectivos, está en el cambio del concepto que tenemos de ello.

Ésto me lleva a otro punto. Siempre queremos aprovechar el tiempo para hacer algo más. Si no lo hacemos, lo estamos malgastando. A pesar de este pensamiento, estamos todo el día desanimados porque no tenemos tiempo para “relajarnos”, porque dormimos pocas horas; estamos siempre esperando al fin de semana para despertarnos un poco más tarde. Pedimos al día más horas, sin embargo, como explica el autor, si nos dieran más horas, ¿nos sentaríamos en un banco o pensaríamos que haciendo eso estaríamos desaprovechando los pocos minutos que nos están regalando? ¿Usaríamos ese tiempo para dormir como llevamos toda la semana diciendo? Al final nos encontramos de nuevo en ese circulo vicioso en el que echamos de menos algo que podemos tener pero que cuando tenemos rechazamos por que es inútil.