LA POBREZA, UNA REALIDAD EN COLOMBIA DONDE MUCHOS NO ESCAPAN DE ELLA

...

La dinámica que usamos a nivel personal, ya que este reto debía empezar por nosotros mismos y al generar un cambio en nosotros podríamos llegar a un cambio global, fue cuestionarnos sobre qué cosas hacíamos que ayudaran a agrandar este factor. Por su parte Lady comenzó a evaluar sobre los programas de televisión que se estaban viendo en su hogar e incentivo a su niña para que mirara programas que le generaran algún tipo de conocimiento. La niña comenzó a ver más Animal Planet y le contaba diariamente sobre cosas interesantes acerca de algunas especies animales. Así mismo Liliana comenzó a cuestionarse sobre el consumo que a diario realizaba incentivando en su hogar a no dejarse llevar por la moda y terminar comprando una gran cantidad artículos que no eran tan necesarios para el uso diario, también comenzó a indagar con mayor profundidad los contenidos que traen las noticia ya que, muchas de ellas están diseñadas para distraer al pueblo y tapar la problemática que actualmente nos azota y por último Jennifer quien se evaluó a modo personal sobre la forma de ver televisión y los contenidos que estos traían con el fin de ver programas instructivos para su crecimiento personal; adicional a esto empezó a indagar que tan bueno es ayudar al ser humano por la simple apariencia, llegando a la conclusión que no se trata de ayudar por ayudar sino ayudar al que verdaderamente lo necesita.

A modo de conclusión y tomando como base el texto El Latino Indolente del autor Ignacio Martin Baro, se puede ver la estrecha relación entre el motivo de este reto, la indignación que se siente por dicha problemática y la descripción del latino que nos recrea en el texto, nuestro autor. Se denota con tristeza que ese latino fatalista que describe Ignacio Martin Baro en su texto, es muy similar a lo que diariamente se vive en el país, pues poniéndolo en el panorama colombiano, a diario vemos colombianos que pareciera sentirse orgullosos de la imagen que tienen en el exterior, por culpa de los medios de comunicación, música, entre otros medios, los cuales con el afán de llenar sus bolsillos y ser productivos se encargan de divulgar una imagen de un colombiano narcotraficante, ladrón, tramposo, sicario, entre muchos otros calificativos y una mujer prostituta, prepago , etcétera. El colombiano no se siente indignado, ni busca la más mínima forma de salir de ese estereotipo que se le ha asignado, al contrario se conforma y se resigna a llevar este papel con gran orgullo como si fuera la gran cosa, otros por el contrario consideran que si esto no los toca directamente, pues es algo sin trascendencia, se muestran totalmente indolentes y ajenos ante esta causa y ante la discriminación que sufren muchos por culpa de todo esto, sin generar el más mínimo cambio en su pensar. Se ve claramente una Colombia conformista a la cual no le interesa vivir en guerra, violencia, conflicto, agresión verbal y física, corrupción y pobreza, es más importante el ultimo Iphone, criticar la vida de Shakira por que su hijo no se parece a Pique, entre otras cosas sin importancia, dejando de lado lo trascendente que es saber que mandatario debemos elegir, que cambios debemos hacer a nivel personal para resarcir en algo los inconvenientes por los cuales pasa el país. Este latino indolente no le interesa la dignidad del ser humano, esta psicologizado y culpabilizado por el sistema y la religión, esta mecanizado por la crianza que le han brindado, es haragán e indolente y no le interesa despertar un espíritu crítico, ni tener un pensamiento propio y movilizado hacia el cambio, pues es una títere de la clase dominante, una marioneta del consumismo y no le interesa luchar por una causa común y por un país mejor.