Los problemas psiquiátrico en mexico

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más que preservar la salud terrenal, se buscaba la salud espiritual.

Con el paso del tiempo, se vio la necesidad de crear nuevos medios para la atención de los enfermos mentales y nace el Manicomio de la Castañeda, en 1910, dando así fin a la historia del viejo hospital San Hipólito y da paso a la psiquiatría pública. El problema radica en que los filtros para poder anexar eran mínimos y las familias se deshacían de sus familiares como si fuera un basurero humano de los desadaptados sociales, y cuando los pacientes eran dados de alta nadie acudía a recogerlos.

Esto provoca una sobrepoblación en este Manicomio dando paso así a las granjas o colonias agrícolas, cuyo fin oculto era bajar estos índices de sobrepoblación, además, dando paso a la terapia ocupacional, buscaban reducir los estigmas y prejuicios que rodeaban a los enfermos mentales, dándoles una utilidad para la nación.

Conclusión.

Hoy en día de manicomios pasamos a psiquiátricos, pero la cosa no ha cambiado mucho, pues los prejuicios siguen en la actualidad y sobre todo algo curioso son las paradojas mexicanas: el sufrimiento se multiplica en buena parte de los hospitales psiquiátricos del país, la falta de comida, instalaciones infames, poco personales (o poco capacitadas), aislamiento hasta por 90 días, discriminación, humillaciones, maltrato, tortura e incluso una violación

Basta con ver la situación que se vive en el hospital psiquiátrico de Yucatán, donde hay solicitudes hasta de cerrarlo, por la mala administración que padece y los diversos escándalos que han manchado a la salud mental y a estos centros y así es a lo largo y ancho del país, donde los escándalos han sido un obstáculo para los pacientes.

Los tratamientos deben ser en beneficio de las personas, pero muchas veces son perjudiciales, donde hasta hace poco se usaba la terapia electro compulsiva como castigo. Urge una auditoria y supervisión en estos centros, asi como un trabajo en conjunto donde se comprometa a las mismas familias a llevar al pie de la letra el tratamiento de sus pacientes.

Una maravillosa decisión sería incluir todos los trastornos mentales en el servicio público de salud y de esta manera, sistemas como lo son el seguro popular, social o issste, puedan apoyar en los medicamentos de los pacientes, pues tienen un alto costo que muchas familias no pueden cubrir.