SER TERAPEUTA

RESUMEN LIBRO

SER TERAPEUTA

RESUMEN

Capítulo 1 (Ser Terapeuta)

Saber escuchar es una actividad sumamente compleja y de ninguna manera es una posición pasiva. Es comprometerse profundamente con la persona que se escucha. Es asumir un marco de referencia que no es el propio, que es desconocido, y que se va descubriendo y construyendo  poco a poco durante las sesiones de trabajo. Esa es la condición para conseguir cualquier nivel de comprensión de la persona que se tiene al frente.

Se debe escuchar todo, no solo la parte verbal, también las miradas, el silencio, las risas, el llanto, las posiciones corporales etc. Para esto no solo se debe permanecer en silencio, se debe establecer una relación entre lo que se observa en el aquí y el ahora. De esta manera se podrá diferenciar una psicosis toxica de un episodio esquizofrénico, o atribuir ciertos síntomas a un resfriado en vez de al consumo crónico de cocaína.

Una terapia no es un ejercicio intelectual sino un esfuerzo para ayudar al interlocutor a que entienda, interprete y decida sobre lo que le ocurra. El terapeuta sabe que todo lo que se logre es resultado de una interpretación, correcta o equivocada, pero una interpretación al fin. Hay muchas formas de interpretar, desde  la respuesta en eco, que no posee ni un elemento más de contenido que el enunciado por el consultante, hasta la más osada de las inferencias ,que no posee ni un solo elemento en común con lo enunciado por el consultante.

Si asumimos que interpretar es asignar un significado, todo en la comunicación sería una interpretación. Esto es, utilización de un código ya sea verbal o no verbal. Entre lo más notable en el ámbito clínico está el creador de la Logoterapia, Víctor Frankl, quien se hizo célebre por sus obras sobre el significado.

La hermenéutica es el campo de estudio que se especializa en la interpretación de textos, originalmente de carácter religioso. La secularización de la hermenéutica es el resultado de la constatación de que existen significados implícitos en muchos de los mensajes que intercambian los humanos, por lo que la disciplina ha pasado a ser un instrumento esencial para la epistemología, la psicología y otras disciplinas sociales, y se ha visto enriquecida por su contacto con la literatura, la historia, y las artes en general.

Existen dos corrientes, la objetivista que asegura que el significado reside en el texto y que es independiente de las interpretaciones. La segunda es liderada por el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer quien promovió la idea de que la interpretación activa es fundamental para toda interpretación. Mahoney es el más importante promotor de la psicología constructivista, quien propone cuatro metateorias del sentido. El asociacionismo físico, el representacionalismo, el contextualismo, y el contractualismo.

Por definición, el proceso terapéutico es una búsqueda de sentido. Los terapeutas de orientación psicoanalítica tienen desde el primer instante un marco teórico construido, desde el cual inscribirán todo lo que el sujeto diga y lo que vaya ocurriendo en la interacción de la terapia. De allí parte la interpretación, la cual es un intento del terapeuta por ofrecerle significado al consultante o ayudarlo a encontrarlo. Brammer propone cuatro formas de interpretación. 1. Reflejo de sentimientos, 2. Clarificación, 3. Confrontación y 4. Interpretación Profunda.

Capítulo 2 (Los Procesos)

Los procesos terapéuticos se inician cuando alguien toma la decisión e conseguir una cita con quien llega a ser su terapeuta, ello sucede habitualmente a través de la recomendación  de alguien, rara vez por búsqueda en el directorio telefónico o por avisos clasificados.

EL Consultorio: Un consultorio psicológico es un lugar de escucha, en el que se habla de asuntos de la más elevada intimidad. En este espacio, todo es posible para el consultante: puede decir todo lo que desee, sin ninguna clase de límite, pues ese tiempo y ese espacio son exclusivamente suyos. Pero, un consultorio es también una clara proyección de quién y cómo es el terapeuta, puesto que es él, o ella, quien lo diseña y lo acomoda.

Es allí donde el terapeuta pasa largas horas y, por lo tanto, al igual que una casa habla sobre quien lo habita, recibiendo en forma transitoria a algunas personas. La  organización y distribución del  consultorio dice todo lo que un consultante observador necesita saber con respecto a quien terminará sabiendo más sobre su vida que su propia madre, su esposa(o) o su mejor amiga(o).

La Primer Entrevista: Después de haber vivido tantas primeras entrevistas, sigo convencido de que suele ser una de las más importantes de todo el proceso terapéutico y, con frecuencia, la más importante. Por ese motivo siempre he tratado de tener un registro exhaustivo de ese primer encuentro, de añadir comentarios y notas una vez que la persona se había ido y, periódicamente, volver a revisar mis apuntes y a compararlos con lo que estaba sucediendo en otras sesiones. Esta fue siempre una actividad que me produjo excelentes ideas para el manejo de situaciones difíciles.

Que espera un cliente: Un cliente llega con innumerables expectativas que no siempre enuncia. Pero siempre hay algo por lo que necesita ayuda pues no puede resolver ni con sus amigos, ni con los padres, ni con los consejeros espirituales, ni con su pareja. Tampoco con un médico o un abogado. De manera vagamente consciente, quiere que sea alguien a quien no tenga que darle cuentas, con quien no deba guardar apariencias o temer juicios.

Un cliente espera, naturalmente, que cuando termine su proceso se sienta mucho mejor que al comenzar; y espera que su malestar vaya disminuyendo  a medida que el proceso avanza. Las expectativas de los consultantes son un factor determinante en el éxito terapéutico; por ello es esencial que el terapeuta las identifique con precisión y examine si puede responder a ellas o no. Sin embargo siempre como terapeutas, nos vamos a encontrar con casos desagradables, con fracasos, y por supuesto con los casos que nos hacen creer, los exitosos.

Capítulo 3 (El mundo de la terapia)

Todos los terapeutas que trabajan con adultos reciben un número importante de casos de parejas en dificultades; los motivos son innumerables: problemas económicos, decepción a nivel sexual, intelectual o afectivo, aparición de otras personas, celos, los hijos, el trabajo, el auto, la nueva casa, la suegra, la falta de proyectos comunes, etc. Es normal que cuando existe un problema, la pareja no pueda resolverlo por machismo, falta de comunicación, o simplemente porque ninguno de ambos quiere ceder.