Teoría Freudiana

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nuestra ayuda, es mirarlo como un todo, un sujeto holístico, por fuera de esos estándares o cánones de cómo ser persona. Más aun, este factor histórico no solo se debería concientizar entre psicólogos, si cada individuo de la sociedad lo procesara de misma manera, evitaríamos la estigmatización y segregación social.

Hoy en día, gracias a todo el trabajo de grandes psicólogos, entre ellos Freud y su aporte, se ha logrado reconocer la importancia del niño en tiempos actuales, antes era simplemente visto como un adulto joven, ahora se esmeran por desmenuzar su periodo de desarrollo en etapas de aprendizaje y su cuidado. Se ha vuelto común escuchar entre las personas la importancia del niño y las futuras consecuencias de sus actos, tal vez no desde la explicación freudiana, pero fue un hecho que la importancia que dio Freud a la infancia sirvió de modelo para muchos otros autores y para reconocer la historia personal de cada individuo como un recurso de trabajo. Mejor dicho, a lo que se está haciendo alusión es aun sujeto socio histórico.

La historia individual se convirtió en otro elemento muy valioso tanto para Freud como para psicólogos en desarrollo. Esta narración personal de hechos pasados es ahora uno de los recursos más grandes que tiene el psicólogo, pues el diagnóstico y la planeación de una intervención debe estar mediada por lo que el paciente dice, primero por cuestiones éticas, es necesario conocer los esquemas axiológicos del paciente, su cultura y su principio, algo que solo se logra reconocer a través de la conversación o asociación libre.

Entonces, en qué sentido me contribuye reconocer el aspecto histórico de cada persona

Entender que cada sujeto ha pasado por situaciones diferentes lo convierte en un agente social distinto al resto. Aquí, aparece la particularización y la individualización, no hay leyes universales para tratar a un paciente, no hay manual que diga cómo hacerlo y si los hay, los considero poco éticos. NO SE PUEDE TRATAR de mismo modo a todos los pacientes, se debe ver a cada paciente como una situación única, es cuestión de ética singular, no solo se mira la conducta del paciente, también se le mira a los ojos y se reconoce a quien se trata, no se puede ofrecer la misma de ayuda a todos los pacientes, somos distintos, tenemos anécdotas y recursos psicológicos diferentes. Este es uno de los legados más hermosos desde Freud, la inclusión de la parte histórica del hombre para el entendimiento de su conducta.

Por otro lado, el inconsciente de Freud también fue un aporte a la psicología. Proponer una estructura de la personalidad intangible, sin ubicación alguna pero justificada como un regulador de la conducta (No confundir con Superyó) y comprobar su relación es algo maravilloso. Esta estructura en su teoría se convirtió en un reservorio de ideas y recuerdos que toman una función diferente a la de la consciencia, debido al carácter ¡insoportable! De estas experiencias para el sujeto, el cual a través de un mecanismo de defensa llamado represión, son escondidas en un espacio mental donde logran operar sobre la conducta humana sin volver al sujeto consciente de ello.

Finalmente, un último legado, pero no a partir de su teoría sino de la dinámica de su intervención terapéutica, Freud nos ofrece a los psicólogos en formación un ejemplo del nivel de análisis que se debe tener en la psicología. Él recolectó, organizó, analizó, concluyó y sintetizó, una forma organizada de llevar datos, pero no solo sirvió con la sistematización de la información que ofrecían sus pacientes, también tuvo que reconocer las diferencias y regularidades entre ellos, dotarlo de sentido y plantear una propuesta coherente. La historia de cada sujeto es el mayor recurso del que disponemos y según el análisis que hagamos de ello, así será el nivel o la calidad de ayuda que ofrecemos.