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LA TIERRA NO ES DEL HOMBRE, YAHWEH ES SU VERDADERO DUEÑO

Enviado por   •  2 de Marzo de 2018  •  4.014 Palabras (17 Páginas)  •  451 Visitas

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2.- Acercamientos al Contexto Histórico de los Profetas Pre-exílicos. Sin embargo, este cuadro demuestra la fragilidad de la próspera situación económica del siglo VIII a.C., la economía de Israel es una economía totalmente dependiente de la situación política-económica internacional, situación de dependencia que es desenmascarada por los profetas Amós y Oseas. Con el nuevo sistema económico de intercambio en metales, el campesino perdió el poder de intercambiar sus productos por otros de un valor equivalente (sistema de trueques), ahora el valor de intercambio era impuesto por la corona, facilitándose con este sistema el abuso de los poderosos sobre los campesinos. Pero detrás de estos cambios en los sistemas económicos de Israel, subyace un cambio ético, especialmente en la concepción acerca de la ‘propiedad de la tierra’. Cambiar de ética implica un cambiarse de dios, será especialmente el profeta Oseas el que denunciará este mal en clave de idolatría de Israel, razones que analizaremos más adelante. Los profetas se constituyeron en encarnizados opositores del baalismo de la religión cananea, pues para los profetas esta religión era la base ideológica de una concepción diferente de la ‘propiedad de la tierra’ como un bien de consumo y explotación; concepción totalmente contraria a la que Israel había concebido en su vivencia en la época patriarcal.

El baalismo también fue una religión de la tierra. Pero representaba un concepto de la tierra fundamentalmente diferente de la religión de Yahvé. Para el baalismo, la tierra era un artículo de consumo, no una ‘herencia’. Baal era el dios de los señores propietarios, no de los campesinos. Por tanto condenar el baalismo era condenar la injusticia institucionalizada incrustada en la distribución de la tierra. Los profetas vieron claramente el peligro de perder todo lo ganado con la ‘rebelión campesina’ que dio nacimiento a Israel.

No se puede negar que Israel gozaba de un gran crecimiento económico en la mitad del siglo VIII, pero era una riqueza obtenida a costas y en perjuicio de los grupos pobres de la nación. Esta es la razón por la cual los profetas pre-exílicos Amós y Oseas en el Norte, Isaías (1-39) y Miqueas en el Sur condenan a los dirigentes de Israel.

Bajo el sistema económico del Capitalismo de Rentas, surgió en Israel un nuevo grupo social, los latifundistas. El rey necesitaba tierras para entregarlas en concesión a los altos oficiales de su ejército profesional, pues al no haber guerras con las ciudades-Estado vecinas, no había botín de guerra; por lo tanto, las tierras expropiadas de los campesinos servían de salario para sus comandantes.

Los datos sociológicos que se pueden extraer de los textos del profeta Oseas, deben ser complementados con los datos más abundantes proporcionados por el profeta Amós. La otra cara de este desarrollo económico era la enorme diferencia de clases, empobrecimiento de una gran parte de la población, injusticia social, opresión y explotación sin piedad de los pobres. La constatación de una sociedad de clases, en donde una minoría rica oprime a una mayoría de compatriotas y hermanos pobres es la prueba social de que Israel había cambiado profundamente su ética, y que su concepto de propiedad estaba alterado profundamente, ya no era el mismo concepto de la sociedad patriarcal cuya característica principal era la solidaridad y protección mutua de las tribus.

3.- El Concepto de Propiedad en los oráculos del los Profetas pre-exílicos: Amós y Oseas.

Exégesis de Amós 2:6-11: La Tierra como un don para vivir en Libertad.

- Los Verdaderos Enemigos de Israel están dentro de la Ciudad.

Son siete oráculos contra las naciones y el último es contra Israel, nos lleva a reconocer a estos como “oráculos de guerra”. Amós, con su amenaza contra todas las naciones, está indicándonos el señorío de Yahweh sobre todos los reinos de la tierra. Los oráculos siguen un orden según la ubicación geográfica de los reinos, teniendo como centro a Israel. Las políticas sociales opresivas de los estados vecinos le dieron al profeta la oportunidad de criticar patrones de conducta inaceptables, dentro de un contexto que no era amenazador para su audiencia israelita.

Los crímenes que se le imputan a Israel son diferentes a los cometidos por las otras naciones, a las que se les acusa de crímenes de guerra; Israel más bien es acusada por transgresiones contra el orden armonioso de la vida comunitaria de su propio pueblo. Los pecados de Israel son peores que los crímenes de guerra, pues son actos de injusticia cometidos por los poderosos de Israel en contra de sus hermanos pobres, oprimiéndoles, peor que a enemigos, dentro de su propio país. Esta acusación tiene claras referencias a la institución de la esclavitud practicada en Israel. La existencia de esta costumbre en Israel en el siglo VIII a.C., implica la existencia y aplicación del Sistema de Capitalismo de Rentas y del latifundismo en medio del pueblo israelita. Israel ha dejado de ser una nación diferente a las demás, se ha sumado al sistema dominante e imperante en todo su mundo conocido.

Según la denuncia del profeta Amós, en Israel se vende y se esclaviza a los seres humanos (pobres, humildes, inocentes y necesitados) por deudas económicas. El paralelismo entre inocente y pobre podría sugerir un juicio valorativo del profeta sobre la pobreza. Las leyes de Israel son una forma de regulación de la comunidad, y no un derecho o leyes de Estado. Es Dios el que proclama sus derechos soberanos sobre toda la comunidad. Israel debe reconocer que ella como pueblo es fruto de un acto liberador de Dios, tan sólo bajo la óptica del reconocimiento de los actos liberadores de Dios se puede dar una verdadera fraternidad social.

En estos versículos 2:7b-8 el profeta Amós nos describe la raíz de todos los males, las clases de terratenientes participan de cultos a dioses cananeos y de comidas sagradas. Ellos se han cambiado de religión y participan de la religión cananea, pues la ética de Baal les permite una acumulación de bienes y de tierras, sin tener cargos de conciencia por su responsabilidad ética frente a los pobres y desposeídos por un sistema económico injusto y un sistema legal que sólo privilegia a los poderosos. Os hice subir de la tierra de Egipto, os conduje por el desierto cuarenta años, para que tomarais posesión de la tierra del amorreo. Y levanté profetas entre vuestros hijos y nazareos entre vuestros jóvenes. Israel recibió la tierra por gracia de Dios y debían administrar la tierra con justicia. Israel no ganó, ni conquistó la tierra

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