Reprehension Jo.
Enviado por poland6525 • 28 de Junio de 2018 • 1.661 Palabras (7 Páginas) • 370 Visitas
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Primero, en los versículos 19-21, pregunta sobre el origen de la luz y la oscuridad: ¿Dónde está el camino a la morada de la luz? Y la oscuridad, ¿dónde está su lugar [...]?" No sabes dónde está o cómo llegar allá. Pero Yo lo sé, Gabi. Yo hice la luz.
22-30, Dios le pregunta sobre la nieva y el granizo, y sobre la lluvia y la helada: ¿Sabes algo sobre cómo almacenar granizo para el día de guerra? ¿Sabrías cómo dividir el cielo para hacer que llueva en una tierra donde no hay hombre alguno?
O levanta tus ojos incluso más, Gabi, (versículos 31-33), y mira las constelaciones: ¡Las Pleyades, Orión, Mazarot, la Osa! "¿Conoces tú las ordenanzas de los cielos, o fijas su dominio en la tierra?"
Si no, entonces regresa abajo y hablaremos de nuevo sobre la lluvia (versículos 34-38). ¿Puedes hacer llover? ¿Sabes cómo enviar el relámpago para que venga y diga: "¡Aquí estamos!"? ¿Puedes contar las nubes con tu sabiduría? ¿O es que mis pasatiempos terrenales extienden demasiado tu mente?
Así que sea que nos enfoquemos en la tierra o en el mar o en el amanecer o en el granizo o en las constelaciones o en la lluvia, el resultado es que Gabi es ignorante e impotente. Ella no sabe de dónde vienen. No sabe cómo hacerlas funcionar. Está definitivamente rodeada de misterios, por encima y por debajo. Nuestra inteligencia y razonamiento de las cosas no son como cubos de agua salada sacados sacados del océano de la sabiduría de Dios y arrojados en un hueco en la arena mientras sube la marea. Dios no está impresionado. Y nosotros debiéramos sentirnos maravillados con nuestra ignorancia.
Preguntas sobre el mundo de los animales
38:39-41, Dios pregunta, ¿quién cree Gabi que provee comida para los leones y las aves? "¿Puedes cazar la presa para la leona, o saciar el apetito de los leoncillos […]?". Yo lo hago, Gabi, por todo el mundo. ¿Puedes hacerlo?
O considera el nacimiento (39:1-4). ¿Conoces tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿Has observado el parto de las ciervas?" ¡Piensa en éso Gabi! Yo estoy por encima de todas estas cosas. con cada taltuza salvaje que nace en Llano Grande, Yo estoy. Con cada cabra montés en Suiza y Nepal, cuando dan a luz, Yo estoy allí; conozco sus meses. Yo cuido a los recién nacidos.
¡Piensa en éso Gabi! Cuando un hombre ve una obra de Dios, como tu sufrimiento, ¿puede ver él su relación con diez mil otras realidades en el mundo, como Yo? Si no, ¿¡cómo se atreverá a juzgar su sabiduría!?
Considera el asno salvaje (39:5-8). "¿Quién dejó en libertad al asno montés?" ¿Piensas que hay criaturas salvajes e impredecibles en el mundo Gabi? Adivina que. Yo las liberé. Les dí el desierto para que corrieran, y la montaña para que pastaran. Son la obra de mis manos. ¡Todo está en orden! Y tú nada tienes que ver con ello.
Y así continúa. El búfalo (39:9-12): tú no sabes cómo atarlo o usarlo. Él es mío.
La necia avestruz (39:13-18): abandona sus huevos, trata cruelmente a su crías. ¿Quién le hizo olvidar sabiduría? Yo lo hice, Job. Incluso las cosas más necias son mi diseño. Las avestruces, los mosquitos de Llano Grande y las moscas negras. Yo las gobierno a todas mediante un diseño perfecto.
Por supuesto, no todos los animales son necios e inútiles. Toma el caballo de guerra (39:19-25), por ejemplo. "¿Das tú al caballo su fuerza? ¿Revistes su cuello de crin?" Gabi, tú no sabes cómo hacerlo. Soy el Único que sabe.
Finalmente, (39:26-30): "¿Acaso por tu sabiduría se eleva el gavilán, extendiendo sus alas hacia el sur? ¿Acaso a tu mandato se remonta el águila y hace en las alturas su nido?"
¡No! Sea que consideremos la presa de los leones, el nacimiento de las cabras monteses, la libertad del asno salvaje, la insubordinación del búfalo, la necedad del avestruz, el poder del caballo de guerra, o el vuelo del gavilán y el águila, el resultado es el mismo: Job es ignorante e impotente. Él no los hizo. Él no sabe cómo controlarlos. No puede ver qué están haciendo. ¡Y sin embargo este Job ignorante presumía de cuestionar los caminos de Dios!
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