Las Bandas Emergentes

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Es aquí en donde hacemos un alto, y entenderemos que dentro de la música se establecen dos tipos de estas, la culta o seria y la popular. La primera la podríamos considerar como influenciada de una manera mucho menor que la popular, a tal punto que se ha valorado como a-social, mientras que la música popular viene a ser lo contrario de esta. Es por eso que para relacionar música y sociedad, se convierte así en un cometido distinto en función de la música con la que estemos tratando. Sin embargo, “cuando analizamos la música seria, debemos poner al descubierto las fuerzas sociales que se ocultan tras los discursos sobre valores trascendentes; al analizar la música popular, debemos tornar seriamente en consideración los valores desdeñados en los discursos sobre funciones sociales” (Frith, 1987).

La música popular, independiente de la cultura que se trate, va a significar algo, ya sea una creencia o un sentimiento, por consecuente nos genera un nuevo planteamiento ¿Qué nos revela la música popular? “La cuestión que debemos responder no es qué revela la música popular sobre los individuos sino como esta música los construye” (Frith, 1987). Entonces ¿Qué es lo que la música popular construye para sus individuos, dentro de la sociedad?

La música popular, entendida como “la que nos atrae” o simplemente nos gusta, siempre nos genera una sensación, nos provoca algo por sobre las demás, a la cual nosotros no encontramos otra manera de recordar esa sensación, que le atribuimos el momento que representó, lo que al volver a oírla significaría volver a este vínculo. Por lo tanto la música nos entregaría emociones fuertes por este recuerdo. Pero a su vez esta misma música popular se encuentra en un contexto social, ya que también puede estar vinculada a dichos aconteceres a nivel de sociedad.

Por lo que, este músico que sufrió un momento inolvidable con esta música, está ubicado en un contexto dentro de su sociedad, de esta manera ya estamos entrelazando lo que la sociedad causa a los músicos. Pero esto no se detiene ahí, lo que le sucedió a este músico también lo están viviendo más personas dentro de su misma sociedad, por lo que ya no es uno el que se identifica con esto sino que son varios, lo que forma una identidad colectiva. Por ello la música nos logra posicionar dentro de la sociedad, a través de la unión emocional que establecemos de esta.

Efecto de una identidad colectiva, es que se produce una memoria colectiva. De modo que “la música conecta con un tipo concreto de turbulencias emocionales asociadas a cuestiones de identidad individual y de posicionamiento social” (Frith, 1987).

Finalmente lo que nos provoca la música es un auto-reconocimiento, el que nos entrega una identidad, haciendo trascendental la música en el desarrollo de nuestro ser. Todos poseemos la música, eso la hace algo nuestro, pero esta nos llega no de nuestra creación, sino de lo que nuestra sociedad nos entrega. Ella invita a buscar una identidad social de la cual sentirnos parte y además pueda desenvolver. Por tanto las preferencias se ven altamente alteradas por la sociedad, llegando incluso por momentos ser determinadas por estas.

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Capítulo 2: Rock

La historia del Rock nacional, se ha visto permeada por diversas transformaciones a lo largo del tiempo, sufriendo varios cambios a medida la contingencia nacional lo iba requiriendo o la sociedad cambiaba su mentalidad.

El rock, es “un género musical de orígenes proletarios. Proviene de la fusión entre una vertiente urbana, el Rhythm and Blues, salido de los núcleos urbanos negros de los Estados Unidos, y una vertiente rural, el género Country and Western, surgido de las regiones sureñas” (Salas, 1998). Aunque muchos señalan, que la música de Rock, creó una identidad colectiva, con la cual muchos jóvenes se sintieron identificados y vieron un estilo de vida más que sólo música. Cabe señalar que este estilo musical nace post segunda guerra, siendo este último factor el que le diera una mayor importancia.

Por lo tanto, “El rock ha dejado de ser sólo un género musical y una forma de vida, transformándose también en un género literario. Hay una manera rockera de escribir sobre la vida, muerte y resurrección del rock; de abordar sus representantes; sus corrientes; su sentido y obras, además el rock surge como crítica al estado de autosatisfacción de la sociedad burguesa a mediados de este siglo. Con el rock se liberan fuerzas eróticas reprimidas y se busca un nuevo estado de conciencia” (Salas, 2000). La visión presentada por Fabio Salas, es una manera de que muchos conciben el rock, tanto en Chile como en el mundo en general. Pero el inicio del rock chileno, entre los años 50 y 60, no contó con mucha de la definición antes expuesta, debido que en nuestro país se trató de un periodo de “adaptación”, en donde la música proveniente del extranjero y su interpretación, fue la principal muestra en la escena nacional.

El carácter imitativo que este poseía es considerado dentro de la historia musical chilena, artistas como Peter Rock, con su agrupación Los Lyons, con su primer éxito “Such a Night”, un cover de Elvis Presley y Los Beat 4, con sus ritmos comparados en muchas ocasiones con la The Rolling Stones, fueron algunos de los exponentes que podemos encontrar frecuentando estas prácticas. Con el pasar del tiempo esto fue generando un malestar social por los sectores de izquierda en Chile, en donde el principal factor fue la crítica a la imitación, que en “consonancia con el rechazo al carácter dependiente de las sociedades latinoamericanas, y como ejemplo de una crisis visualizada en torno a la representación de la identidad nacional” (Osorio, 2011). Es este quiebre, esta necesidad de una identidad, la que conlleva que el rock nacional, tenga un giro. Siendo a finales de los 60, en donde aparecen los primeros rockeros aprovechando el escaso marco de difusión que existía en esos tiempos.

La imagen que podemos encontrar hoy en día del rock nacional, tuvo sus inicios en los años 70, para ser más preciso en el año 1971. En donde se habla de la eclosión cultural juvenil, bandas icónicas de esta época lo fueron Los Blops (1964-2001), Congreso (1969 - Presente) y Los Jaivas (1963 - Presente), esta última fue la precursora del himno, con la que los jóvenes se identificarían, “Todos Juntos” (1972).

Todo el desarrollo que tuvo el rock en Chile, se vio ralentizado por el gobierno militar, ya que muchos grupos con temas disidentes, fueron censurados y/o simplemente, exiliados,