¿Saber el nombre de algo, es realmente saber algo?

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La receta para el aprendizaje que nos dejó Feynman se concentra en saber algo y se implementa siguiendo cuatro pasos. El primero es: escoger un concepto y anotar el tema; el segundo: escribir todo sobre el tema escogido, como si se le fuera enseñar a un niño, de esta manera se deben usar palabras sencillas y claras y así se entiende de que se está hablando; el tercero se basa en retroceder: en el segundo paso probablemente se identifican lagunas en el conocimiento; cosas que se olvidan o que no se pudo explicar, es en este momento en el que realmente se empieza a aprender. Se debe volver a la fuente y explorar lo que falta por entender. Y, con cada subtema, cuando se crea que está claro, tratar de plasmarlo en un papel en términos que entendería ese niño al que se le estaba enseñando; y, por último, revisar y simplificar: se debe leer lo que se escribió, leerlo en voz alta; si la explicación suena confusa o no es sencilla es porque probablemente no quedo algo claro, una ayuda es crear analogías ya que aclaran y muestran dominio sobre el tema.

Es evidente que esto no ha cambiado en lo absoluto, la ciencia se sigue enseñando de la misma manera que el Dr. Feynman expuso por allá en los años 60’, todo es memorístico, pero poco entendemos de todo ese contenido que nos aprendemos, estoy de acuerdo con lo expuesto ya que muchas veces si no se entiende realmente lo que es algo no podemos avanzar de la manera correcta, siempre habrá vacíos que serán difíciles de llenar. Resulta evidente que debemos memorizar ciertas cosas como fórmulas, ecuaciones, entre otras, pero lo realmente importante y valioso para aprender ciencias es, aprender sobre la esencia de las cosas, el concepto claro y tangible, que como lo dice Feynman ponerle el nombre a algo, definirlo con más sustantivos no es saber de eso, el saber algo nos lleva a poder relacionar eso con casi cualquier cosa, poder poner en práctica este conocimiento y manejarlo correctamente. Saber algo implica tiempo de exploración, el uso de muchos recursos como nuestros sentidos, ir más allá de lo que se ve a simple vista, entender el funcionamiento. Se debe tratar de cambiar esta forma de enseñar, ser un poco más como este personaje, el cual era un hombre creativo, entusiasta y motivador, por medio de sus analogías lograba dejar claro muchas de las cosas que enseñaba y es por esto que mereció la Medalla Oersted a la enseñanza, premio del cual se sentía muy orgulloso.

Bibliografía

(s.f.). Obtenido de http://papeldepulpa.blogspot.com.co/2011/07/richard-feynman.html

Feynman, R. P. (1984). ¿Está usted de broma, Sr. Feynman? Nueva York: W. W. Norton & Company.