Fortalecimiento de lazos entre Argentina, China y Rusia.
Enviado por Jillian • 7 de Abril de 2018 • 3.270 Palabras (14 Páginas) • 244 Visitas
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La Argentina quiere potenciar el comercio de alimentos con Rusia y aprovechar las sanciones que impusieron la Unión Europea y Estados Unidos a Moscú por su posición frente al conflicto de Ucrania. La mayoría de los países latinoamericanos sufrieron de un lento crecimiento económico, lo que ha hecho que la región se dé cuenta de la necesidad de un ajuste de su estructura económica, cambiando las atrasadas infraestructuras a través de la cooperación con la región de Asia-Pacífico.Además, nuestro país envía a China el 60% de la producción total de su soja. De esta manera, el año pasado las exportaciones de la Argentina a China fueron por 6.358 millones de dólares. Así, China se ha convertido, después de Brasil, en el segundo destino de las exportaciones locales. Durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico celebrado en noviembre de este año en Beijing, capital de China, algunos países latinoamericanos ya perciben que el principal motor para el crecimiento sostenible es la cooperación económica y comercial con los países asiáticos, incluyendo China.
Pero a su vez, estos países, especialmente los de Latinoamérica representan un abanico de oportunidades para las grandes potencias. Sus bastas tierras, y recursos explotables son más que tentadores para la intervención de grandes empresas multinacionales, sumadas a sus bajos costos, en relación a su inestabilidad interna y sus monedas devaluadas. Es decir, que ambas partes poseen algo que la otra desea, y por ello, el fomentar las relaciones y la integración es un paso sumamente necesario en búsqueda de perseguir sus intereses nacionales. Esta cooperación mutua, es lo que facilita el fenómeno de la integración, y en definitiva, es el punto de inflexión que más atrapa a estos países subdesarrollados, que buscan la estabilidad, pero no quieren perder ni su autoridad, ni su soberanía, en el marco de estas relaciones que traspasan las fronteras, y a su vez, las potencias buscan respaldar su desarrollo bajo relaciones bilaterales que sean productivas, en relación a costo – beneficio obviamente. Es decir, que las inversiones y asociaciones directas con la Argentina, puedan tener resultados significativos. Así, hay una necesidad mutua en la relación bilateral. “A ambos les viene bárbaro la situación de restricción externa y de cepo interno que vive la Argentina”, afirma Ariel Slipak, becario del Conicet y profesor regular en la UBA y en la Universidad Nacional de Moreno[5].
Sin embargo, y teniendo al pesimismo antropológico como estandarte, las relaciones de interés no son tan superficiales como las podemos visualizar a priori. Más precisamente porque estamos hablando de la relación de países pequeños y países grandes, en relación a sus capacidades, potencial, y su posición en la realidad internacional. A pesar de que el creciente estrechamiento de lazos más formales, y de la significancia del crecimiento de las relaciones comerciales con estos países tan importantes, existes muchos riesgos relacionado a lo implícito de estos acercamientos. Rusia busca un socio tecnológico y un respaldo a nivel geopolítico, por ejemplo. China, por su parte, necesita asegurarse para sí la energía y las materias primas que le permitan mantener su crecimiento en el orden del 7,5% anual. Para que esta relación funcione, Argentina debe garantizar el apoyo a Rusia, como un aliado geopolítico en América, y tiene que brindar los recursos a China, para que estos puedan seguir potenciando su crecimiento.
De esta manera, y casi sin percibirlo, Argentina vuelve nuevamente a sus raíces agroexportadoras, que fueron protagonistas durante demasiados años de su historia. No literalmente, porque sería imposible que en el contexto actual, un país retroceda 100 años de historia. Sino, que se es puntualmente una relación de dependencia generada por el estrechamiento de lazos, en busca de bienestar. Argentina después de tantos años de soportar su economía, tratando de alejarse de las maneras convencionales de salir de la crisis, en la actualidad presenta muchas falencias, principalmente en sus industrias, por lo que, la inestabilidad, sumado a la necesidad, puede tener consecuencias negativas en términos geopolíticos, con respecto a dos grandes potencias que extienden sus brazos. Así, como especifica Pedotti, “El riesgo común en el vínculo comercial con Rusia y China es que la Argentina se consolide como exportador de productos primarios o con reducida transformación, y como importador de bienes que poseen medio y alto contenido tecnológico. Es el tan mentado riesgo de reprimarización de la economía local, es decir una vuelta a la producción sin valor agregado”[6].
No solo es el riesgo de que las falencias industriales, generen una repriamarización, sino que hay otros intereses de por medio, a los cuales podemos entender como netamente geopolíticos. Se refiere al interés no explícito de estás potencias en posicionarse en América del Sur, a paso firme y prácticamente sin frenos. La necesidad de generar lazos por causas económicas, son reflejos de la vulnerabilidad de los sistemas políticos en general, y su falta de maduración, en comparación con las potencias que miran a la región con otros ojos. Rusia y China se disputan junto con EEUU y la UE el liderazgo de la economía mundial. El BRICS viene pisando fuerte, y busca sin lugar a dudas, expandir su influencia, en el territorio que antes dominaba la influencia del estado padre del capitalismo.
VICUÑA hace énfasis en que “Es un hecho claro que los gobiernos latinoamericanos valoran en alto grado la democracia, pero al mismo tiempo tienen muy claro que no puede funcionar cabalmente, o incluso preservarse mucho tiempo, a menos que esté firmemente enraizada en un proceso de desarrollo económico y social de vastas proyecciones. En la mayor parte de América Latina, este proceso es inexistente o sólo se da en pequeña medida. En estas circunstancias la democracia es más bien un ritual que un verdadero proceso de gobierno. Es realmente sorprendente que algunas de esas democracias no se hayan desmoronado bajo el peso de la total ineficacia”[7].
En este contexto, de debilidad y vulnerabilidad institucional, es donde se demuestra que estos países no pueden explotar al máximo su potencial ni sus recursos. Es cuando esta mano brindada por los países, cobra otro sentido. Para Mauricio Claverí, coordinador de Comercio Exterior y Negociaciones Internacionales de Abeceb.com, estas nuevas relaciones bilaterales reproducen la lógica de centro-periferia. Esto les da pie a poder involucrarse cada vez más en el territorio Argentino. Retomando nuevamente al contexto internacional actual, podemos destacar otro rasgo que caracteriza a la realidad internacional. Es precisamente, el problema
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