Objeto y sus actores de las Relaciones Internacionales

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Colonialidad del poder eurocentrismo y América Latina (Aníbal Quijano)

Las sociedades occidentales modernas constituyen la imagen de futuro para el resto del mundo. Al ubicar a las expresiones culturales “tradicionales” en una transición hacia la modernidad se les niega toda posibilidad de tener una cosmovisión propia. En la construcción eurocéntrica desaparece la visión colonialista como elemento de construcción de experiencias históricas; no se toma en cuenta las relaciones de subordinación de terrenos, recursos y poblaciones de los espacios colonizados, de esta manera Europa se reafirma como único sujeto histórico.

Para Quijano a partir de la colonización del mundo por parte de Europa, se crea la idea de inferioridad de los pueblos colonizados y que necesitan de los otros para superarse y llegar a ser modernas, de esta manera se sustenta este proceso mediante la utilización de diferentes discursos históricos como por ejemplo: evangelización, modernización, desarrollo, globalización. La idea de raza como una categoría mental de la modernidad y fundamental para llevar a cabo este proceso. De igual forma como plantea Wallerstein hay una creación de un imaginario colectivo en la idea del estatus social, el cual se desarrolla desde la conquista, la noción de la dominación de un grupo específico de personas, en este caso los hombres blancos, principalmente europeos o anglosajones. Sobre la idea de raza se implantaron nuevas identidades históricas que fueron asociadas a la naturaleza de los roles y lugares en la nueva estructura global del control del trabajo; así la raza y la división del trabajo quedaron estructuralmente asociados y fortaleciéndose recíprocamente.

Europa occidental se constituía como una nueva identidad geo-cultural y emergía como el centro del control del mercado mundial, ya que tenía el dominio comercial de las zonas del atlántico e impulsaron un proceso de urbanización en estos lugares. Es así como Europa se convirtió en la sede central del desarrollo de la relación capital-salario como forma específica del control del trabajo. En cambio las poblaciones colonizadas o en curso de colonización permanecían bajo relaciones no-salariales de trabajo; su trabajo, sus recursos y sus productos se articulaban en una cadena de trasmisión de valor y de beneficios.

La Colonialidad del control del trabajo determino la distribución geográfica del capitalismo. El capital como relación social de control del trabajo asalariado era el eje en torno al cual se articulaban todas las demás formas de control de trabajo, de sus recursos y productos. Esta relación social fue geográficamente concentrada en Europa. El trabajador pasaría a ser el eje fundamental en el mantenimiento del sistema capitalista

Desde sus comienzos el capitalismo mundial fue colonial/moderno y eurocéntrico. También concentro el control de todas las formas de subjetividad, de cultura y en especial de la producción de conocimiento, de esta manera se genera una nueva perspectiva temporal de la historia y reubicaron a los pueblos colonizados en el pasado. Se crea la idea de que los pueblos colonizados eran razas inferiores y por lo tanto anteriores a los europeos.

Todos estos discursos tienen la concepción de que hay un modelo civilizatorio que es superior y normal y al cual las sociedades colonizadas deben adjuntarse y mantener el papel de desarrollo que esta las ofrece.