La que se quedó intransigente: Sofía Ímber.

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Después, formó parte de la Junta Directiva del Museo de Bellas Artes, al tiempo que fungía como Directora de la revista Variedades (1970-1971).En 1971, le otorgan el Premio nacional de periodismo, entregado por primera vez a una mujer. Ese mismo año publicó su autobiografía, titulada: “Yo, la intransigente”.

Entre 1975 y 1996 fue directora de las páginas culturales del diario El Universal, donde tuvo su columna “yo, la intransigente”. El 20 de febrero de 1974 inaugura el museo de arte contemporánea que reúne obras que van desde un Alejandro Otero a un Matisse.

En los últimos 25 años del siglo XX realizó proyectos como “Sólo para adultos”, “Sólo con Sofía”, “La Venezuela posible” y “Sofía” (En radio y televisión).

El 2001, Sofía Ímber es removida del MACCSI por el presidente Hugo Chávez Frías.

Actualmente, Sofía Ímber vive en una quinta en La florida, Caracas.

Es una periodista inteligente y arriesgada. Pionera en cuanto a los temas que tocaba, como el aborto, tema tabú en nuestro país. Apoyó el proyecto del metro de Caracas al que en sus inicios tildaban de extranjerizante y ella aseguraba serviría de herramienta civilizadora. Defendió a los motorizados de bajo estrato social, los que eran difamados por la policía, y aun así era acusada por la izquierda de derechista reaccionaria. En sus programas todo el mundo tenía cabida, desde los representantes del gobierno hasta sus disidentes, desde los burgueses hasta los comunistas. Tal vez no era querida por todos, pero era respetada por muchos.

En cuanto a la cultura, le regalo una joya a los venezolanos, el museo de arte contemporáneo de Caracas. Al que ella misma impartiendo charlas en barrios aledaños hizo más cercano a las personas de bajos recursos.

Por eso Sofía Ímber es y será efigie de pluralidad en el periodismo venezolano.