Alrededor de los 20 días de vida, el corazón que aún no tiene una forma definitiva, ya empieza a vibrar y luego a latir.

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la sangre al exterior del corazón, dirigida a todo el cuerpo.

Cabe considerar al corazón como integrado por dos bombas separadas denominadas a veces corazón derecho y corazón izquierdo.

El corazón está provisto de válvulas que, al cerrarse herméticamente, evitan el retroceso de la sangre. La válvula entre las dos cavidades derechas, con tres valvas o cúspides, se denomina tricúspide. La correspondiente a las cavidades izquierdas, solo con dos valvas, se llama bicúspide o mitral.

En el origen de las dos grandes arterias, pulmonar y aorta, las cuales parten respectivamente de los ventrículos derecho e izquierdo, asienten dos válvulas llamadas semilunares por su forma de media luna.

Por carecer de válvulas los orificios de las grandes venas en la aurícula derecha, o las venas pulmonares en la aurícula izquierda, cierta cantidad de sangre pasa en sentido retrógrado otra vez a las venas al contraerse dichas cavidades.

La aurícula derecha recibe la sangre de todo el cuerpo (excepto de los pulmones) por la vía de dos grandes venas, la vena cava superior, que reúne la sangre de la cabeza, brazos y parte superior del cuerpo, y la vena cava inferior, a la que va a parar la sangre de los miembros inferiores y parte inferior del cuerpo. La contracción de la aurícula derecha abre la válvula tricúspide y bombea la sangre al ventrículo derecho. La contracción del ventrículo derecho cierra enseguida la válvula tricúspide, abre la válvula semilunar de este lado e impulsa la sangre por la arteria pulmonar hacia los pulmones. La sangre regresa de estos por las venas pulmonares, pasa a la aurícula izquierda y, por su contracción, la obliga a descender al ventrículo izquierdo previa abertura de la válvula mitral. La contracción del ventrículo izquierdo cierra esta válvula, abre la semilunar y envía la sangre por la aorta a todo el sistema, menos a los pulmones. Toda porción de sangre que entre en la aurícula derecha deberá dirigirse a la circulación pulmonar antes de alcanzar el ventrículo izquierdo y de ahí ser enviada a los tejidos.

LATIDO CARDIACO

Latir es una función propia del corazón, manifiesta muy pronto durante el desarrollo embrionario y que continua durante toda la vida todos los tejidos necesitan suministro constante del oxigeno conducido por la sangre circulante. Hay perdida del conocimiento si el corazón se detiene solo unos segundos, y de la vida si la detención es de pocos minutos. El corazón de una persona en descanso impulsa alrededor de 5 litros de sangre por minuto, o sean 75 ml por latido.

Se ha calculado que el trabajo realizado por el corazón podría levantar un peso de 10 toneladas a la altura de 15 kilómetros, resultado asombroso para un órgano que únicamente pesa alrededor de 300 gramos.

Durante los periodos de ejercicio intenso el corazón puede impulsar hasta siete y ocho veces más sangre que en circunstancias normales.

Ya hemos dicho que en un ciclo el corazón mueve aproximadamente unos 75 ml de sangre, pero esta cantidad puede llegar hasta