ENSAYO (EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA)

...

El segundo obstáculo en el camino del caballero fue el castillo del conocimiento, que al igual que nuestras mentes en muchas ocasiones, se encontraba en una total oscuridad que nos confunde tanto que no logramos ver ni quiénes somos, y para lograr despejar nuestra mente debemos aprender a ser capaces de identificar nuestro propio valor como personas, y esto es lo que logro comprender el caballero y así supo que él no debía probar nada a los demás ni así mismo si no que debía aceptarse y valorarse interna y externamente.

Y por último para que el caballero lograra desprenderse de su armadura totalmente debía atravesar el castillo de la voluntad y la osadía, pero para poder entrar en el primero debía vencer al dragón del miedo y la duda que representa todas esas cosas a las que tememos y que no afrontamos directamente tal vez porque les tememos demasiado, pero lo que debemos hacer en lugar de evadir estos miedos, debemos afrontarlos directamente para lograr vencer estos miedos que tenemos y darnos cuenta de que no son tan terribles como parecen y que los miedo nos afectan en la medida en que nosotros les demos poder, y cuando el caballero comprendió esto logro enfrentarse cara a cara con el dragón y vencerlo y cuando lo hizo se dio cuenta de que tenía la voluntad y la osadía suficiente para atravesar este último castillo por eso el castillo desaparece

Continuo su viaje hacia la cima de la verdad, pero tenía que hacer una cosa más para liberarse por completo de su armadura y era desprenderse de lo conocido para así lanzarse a lo desconocido y cuando cumplió con este último reto su armadura desapareció por completo lo conocido es nuestra zona y a lo desconocido es a lo que tememos

Este libro es muy interesante, me identifique mucho con el libro, nos deja buenas enseñanzas como amar más y necesitar menos, aprender a aceptar en vez de esperar, y una que es muy importante que es la de amarnos a nosotros mismos ya que si no podemos amar a otra persona, hay que saber quiénes somos realmente