El Reencuentro.
Enviado por Jillian • 7 de Diciembre de 2017 • 1.313 Palabras (6 Páginas) • 345 Visitas
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había comenzado una investigación. Esto me preocupaba, me podría descubrir y me odiaría por el resto de su vida.
III
La idea de que Diego pudiese estar vivo y haciendo todo esto me revuelca el estómago. Sin embargo, decidí no decir nada porque me verían como una demente y no necesitaba ese hombre para nada. Yo investigare por mi parte porque de verdad no tiene sentido nada de lo que está pasando.
Al cabo de varios días me di cuenta que no tenía casi ropa ya que había gastado parte de mi dinero para mi nuevo apartamento en Puerto Rico. Le envié a Eduardo la copia de mis llaves de mi casa en Miami y le pedí que con mucha cautela fuera a buscarme ropa y otras pertenencias.
Cuando llegué a mi casa esa tarde me encontraba muy cansada así que decidí ducharme temprano. Mientras me bañaba escuche una puerta cerrarse, en silencio apague la ducha, tape mi cuerpo desnudo y salí por el pasillo a ver quién estaba ahí. No vi a nadie pero si escuchaba algo. Camine por el pasillo y llegue al cuarto en donde lo vi ahí parado.
Hoy era el día clave, Eduardo tenía la tarea de buscar mis cosas sin ser descubierto. Espero que todo salga bien porque si me esposa lo encuentra no creo que vaya a querer, mentiras si no la verdad. Yo sé que él no me delataría pero a veces desconfiar no es malo. He confiado en el con la tarea más grande que jamás haya hecho, espero que no me defraude.
Lo interrogue pero se negó a hablar. Pensé que él me ayudaría a resolver este problema que tengo, y solo en ese instante note el bolso que llevaba. Se lo arrebate de la mano y lo abrí solo para encontrar pertenencias de mis esposo. Lo mire fijamente a sus ojos y le pregunte el motivo por el cual las tenía y porque las buscaba, al fin decidió hablar. Al cabo de una hora, me había explicado todo.
Hoy Eduardo no me ha llamado, se supone que me asegure que logro completar su misión, mas no sabía que había ocurrido con él y lo único que puedo hacer es rogar que Mónica no lo haya visto y que se haya podido llevar mis cosas y el resto de mi dinero. Si no, esa mujer me va a gastar hasta el último centavo que tengo y solo quiero salir de ella.
Fui a la estación de la policía y reporte lo sucedido. Nadie me creía pero claro que no, era un pensamiento lunático no había manera de que creyeran que el difunto estuviese vivo. Eduardo me acompaño y secundo lo dicho pero nadie escuchaba. Seguí luchando pero yo solo era una viuda loca, una mujer que perdió a su esposo y no lo aceptada. Una mujer la cual estaba molestando con sus palabras barbaries.
IV
Ya son 3 días desde la misión y aun no escucho nada de parte de Eduardo, me tiene preocupado. Trate de disuadir lo que paso pero no funciona, el pensamiento pasa por mi mente. Y si me había traicionado y me robo el dinero, lo más preciado en mi vida. No lo quería imaginar pero ero lo más lógico. Tendré que hacer algo al respecto y creo que va a ser lo que tanto quisiera evitar.
Odio a ese bastardo con toda mi vida, no puedo creer que le haya dado mi amor a ese hombre solo para que me hiciera algo así y me hiciera ver como una demente. Monte a Eduardo en un avión y viaje rápidamente a Puerto Rico, le necesito ver la cara a ese mentiroso una vez más antes de continuar con mi vida.
Hoy definitivamente necesito comunicarme con Eduardo. Necesito saber que ha pasado con el encargo que pedí. ¿Lo habrán descubierto? No creo, es muy cuidadoso. De repente alguien toco en mi puerta, ¿sería Eduardo? Al abrirla lo último que recuerdo es haber sido golpeado con fuerza
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