El burgués gentilhombre, adaptación
Enviado por karlo • 17 de Febrero de 2018 • 8.684 Palabras (35 Páginas) • 335 Visitas
...
Profesor de baile: Ya lo tenemos todo listo.
Profesor de música: Con su elegancia, señor, debería dar conciertos de música en su casa todos los martes y jueves.
Señor Jourdain: ¿Las personas nobles lo hacen?
Profesor de música: Por supuesto que sí, señor.
Señor Jourdain: Entonces yo también lo haré.
Profesor de música: Cuente con que tendrá todo lo que necesite.
Señor Jourdain: Y que no falte el ballet.
Profesor de música: No faltará. Además, habrá ciertos minuetos que lo sorprenderán.
Señor Jourdain: ¡Minuetos! ¡Me encantan los minuetos! ¡Vamos profesor, quiero que me vean bailarlos! (Va a buscar un sombrero y se lo coloca)
Profesor de baile: (Le toma las manos al señor Jourdain y lo hace bailar al ritmo de un minué) Con ritmo, señor Jourdain. ¡Mueva su pierna derecha! Enderece su cuerpo. No mueva tanto los hombros. ¡Pareciera que tuviera los brazos tullidos!
Señor Jourdain: ¿Eh? ¿Qué les pareció?
Profesor de música: Es el mejor del mundo, señor Jourdain.
Señor Jourdain: A propósito, quiero que me enseñen cómo hacer una reverencia para una marquesa. Lo voy a necesitar.
Profesor de baile: ¿Para una marquesa?
Señor Jourdain: Sí. Se llama Dorimena.
Profesor de baile: Mire, si la quiere saludar con mucho respeto, debe hacer primero una reverencia retrocediendo, luego debe acercarse hasta ella haciendo otras tres reverencias, y en la última, inclinarse hasta sus rodillas. (Hace la reverencia descrita).
Lacayo: Señor, ha llegado el profesor de esgrima.
Señor Jourdain: Que pase, quiero mostrarles cómo lo hago.
Escena II
El señor Jourdain, el profesor de baile, el profesor de música, el profesor de esgrima.
Profesor de esgrima: Ya, señor. La reverencia. Cuerpo recto. No separe tanto las piernas. La punta de la espada en la línea del hombro. Erguido. ¡En guardia!
Señor Jourdain: ¿Eh? ¿Qué les parece?
Profesor de música: Maravilloso.
Profesor de esgrima: Ya la he dicho el secreto: dar y jamás recibir. Como le demostré el otro día, es imposible que reciba una estocada si sabe apartar la espada de su contrincante.
Señor Jourdain: Me asegura que, aunque no sea tan esforzado, aprendiendo eso, ¿voy a matar a mi rival antes que él a mí?
Profesor de esgrima: Sin duda. Ve lo importante que es la ciencia de las armas, en comparación a otras ciencias inútiles, como el baile o la música.
Profesor de baile: ¡Eh, despacio señor de las estocadas! Más respeto por el baile.
Profesor de música: Le pido que trate con más respeto la excelencia de la música.
Profesor de esgrima: ¡Que divertidos, quieren comparar sus porquerías con mi ciencia!
Profesor de música: (Sarcásticamente) ¡Pero miren que hombre más importante!
Profesor de baile: ¿Porquerías? Oye, golpeador de fierros, te voy a enseñar tu oficio.
Señor Jourdain: ¿Están locos provocándolo? ¡Este hombre es capaz de matarlos en un dos por tres!
Profesor de esgrima: ¡Eh, pequeños impertinentes! ¡Esperen que me lance sobre ustedes!
Señor Jourdain: ¡Piedad, por favor!
Profesor de baile: ¿Qué esperas, caballerote?
Señor Jourdain: ¡Cuidadito los dos!
Profesor de esgrima: ¡Les voy a dar una paliza!
Señor Jourdain: ¡Basta! ¡Por Dios, deténganse!
Escena III
El señor Jourdain, el profesor de esgrima, el profesor de música, el profesor de baile, el profesor de filosofía.
Señor Jourdain: Llega justo a tiempo, profesor. Venga a poner orden entre estos hombres, por favor.
Profesor de filosofía: ¿Qué está sucediendo?
Señor Jourdain: Estos hombres se pusieron a pelear por el valor de sus profesiones. ¡Llegaron a los golpes!
Profesor de filosofía: ¿Cómo es eso, señores? La ira transforma a los hombres en animales feroces. ¡No deben comportarse así!
Profesor de baile: ¡Este hombre acaba de despreciar el baile que enseño y la música que este artista compone!
Profesor de filosofía: Un hombre inteligente ignora lo que le puedan decir.
Profesor de esgrima: Estos hombres tuvieron la osadía de comparar su profesión con la mía.
Profesor de filosofía: Y ese no es motivo para alterarse. Los hombres no deben pelear por su condición.
Profesor de baile: Sostengo que el baile es una ciencia que jamás será valorada como lo merece.
Profesor de música: Y yo, que la música ha sido venerada en todos los tiempos.
Profesor de esgrima: Y yo le digo a este par, que la esgrima es la ciencia más importante, bella y necesaria de todas.
Profesor de filosofía: ¿Y la filosofía? ¿Dónde queda la filosofía? ¡Qué insolencia nombrar como ciencia a cosas que no tienen suficiente valor, como ser un gladiador, un músico o un bailarín!
Profesor de esgrima: ¡Miren este condenado filósofo!
Profesor de música: ¡Vil pedante!
Profesor
...