Energias renovables Es bien conocida la importancia del sector eléctrico

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Y es que, ya para el 2017 muchos escépticos del siglo pasado habían pronosticado terribles consecuencias de seguir el modelo consumista y de continuar el ritmo de daño ecológico en el planeta, a pesar de que no se haya llegado al extremo de un mundo apocalíptico, podemos asegurar que el futuro energético del planeta es insostenible si no se realizan medidas urgentes al respecto.

En Colombia, el panorama no es tan grave, según un estudio del 2015, la generación de energía eléctrica se distribuía de la siguiente manera: Hidráulica: 70%, Gas: 9,4%, Carbón: 8,2%, Otros combustibles: 11,3%, Cogeneradores: 0,5%, Eólica: 0,1%. Sin embargo, el 29% de la generación en Colombia se realiza a base de combustibles fósiles, que Colombia importa, lo que genera un gran costo en la producción, además del ya mencionado problema ambiental, por lo tanto los esfuerzos del país deberían procurar reducir la generación a partir de este tipo de fuentes e implementar más producción a base de energía alternativa, por ejemplo energía eólica, la cual según estudios realizados por el programa de asistencia para la administración del sector energético del Banco Mundial, si se explotara a gran escala en el país se podría generar la suficiente energía para cubrir más de la demanda completa del país.

A parte de la generación hidráulica, en Colombia se ha invertido en menor medida en fuentes de energía eólica, principalmente en el parque eólico de Jepirrachi en la alta guajira, construido por las empresas públicas de Medellín (EPM),este parque consta de 15 aerogeneradores de 1,3MW cada uno que aportan un total de 19,5MW de potencia nominal. Este parque entró en operación el 19 de abril de 2004, pero estuvo bloqueado hasta hace sólo tres días durante 3 meses sin generar debido a un conflicto entre dos clanes de la etnia wayuu que se reclamaban el territorio donde se encuentra el parque eólico.

Aun así, la generación de energía eléctrica a partir de fuentes eólicas es muy baja comparado con el potencial que tiene el país de independizarse de la producción a partir de combustibles fósiles, y se encuentra muy lejos de igualar a países como Estados Unidos que producen un total de 52 GW por energía eólica en el 2008.

No sólo las políticas económicas del país deben buscar aumentar la producción de energía eléctrica con fuentes alternativas, sino también la educación debería encontrar un enfoque más verde para que la población comprenda los problemas que conllevan el uso de energías no alternativas, y para que las futuras generaciones conozcan los beneficios y puedan seguir desarrollando un modelo de consumo más sustentable con un uso de energías más limpias.

Según un estudio realizado por el banco interamericano de desarrollo (BID) la demanda de energía eléctrica aumentara aproximadamente un 80% más que la que se tiene actualmente para el año 2040. El desarrollo de energías alternativas sería entonces indispensable para garantizar una independencia de los combustibles fósiles ya que las reservas de estos están disminuyendo a tal punto que podrían acabarse en alrededor de 25 años, además para preservar un sistema eléctrico con un buen grado de confiabilidad pues se ha llegado a los casos en que el país ha tenido que importar energía eléctrica debido a los cambios climáticos que afectan las reservas de agua en los embalses.

Se puede concluir que el uso de energías a base de combustibles fósiles ha sido útil para el desarrollo de la economía y de las industrias de todo el planeta por su bajo costo de producción, mas esta generación a gran escala ha llevado a graves problemas ambientales que ponen en riesgo la vida tal como la conocemos en el planeta, estas consecuencias se han estudiado durante muchos años y se ha demostrado la necesidad de implementar fuentes de energía alternativas que no generen residuos, gases contaminantes, ni cambios en los ecosistemas. Actualmente