Fertilización del poroto

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El fósforo. A diferenc1a del nitrógeno, el fósforo que necesita el cultivo lo obtiene desde el suelo, por lo tanto es importante que el nivel de este nutrimento sea alto. Una buena disponibilidad de fosforo asegura a la planta una abundante formación de nódulos y sobre todo un activo crecimiento de estos produciendo como consecuencia gran fijación de nitrógeno. Numerosos experimentos realizados en porotos con fertilización fosfatada, en suelos de la zona central, no han mostrado una influencia clara sobre el rendimiento. Ello se explicarla por la baja extracción de fósforo del poroto que alcanza aprox 1madamente a 36 kg de Pz05/ha. Existen dos razones más que podrían explicar la falta de respuesta. Una es que el poroto absorbería mejor el fosforo ya incorporado al complejo coloidal del suelo que el que se aplica como fertilizante a la siembra. La otra razón proviene de investigaciones efectuadas en los últimos cinco años, las cuales demuestran que el poroto es una de las especies cuyas raíces se infectan con ciertos hongos formando una asociación llamada micorriza, que es capaz de utilizar fosforo no disponible para la raíz de la planta. Además, que el hongo que sale de la raíz se ramifica explorando un volumen de suelo varias veces superior al que alcanzan las raíces del poroto. Finalmente el hongo traslada el fósforo absorbido hasta las raíces de la planta facilitando su nutrición. Los suelos trumaos o derivados de cenizas volcánicas se ubican en la precordillera de Talca al sur. Estos suelos tienen alta capacidad para fijar fosforo es decir, toman gran parte del fosfato que se agrega como fertilizante, no quedando disponible al cultivo. Las experiencias de fertilización efectuadas por el INIA en esos suelos indican respuesta del poroto en dosis de hasta 300 kg/ha de P205. Estos suelos requieren entonces una fertilización fosfatada bastante superior a los suelos regados del valle central. Un antecedente que permite precisar la situación con respecto a la conveniencia de fertilizar, es el análisis del suelo. Una muestra de la capa arable del suelo que se va a sembrar, tomada un mes antes de la siembra puede ser enviada a un laboratorio para su análisis. El laboratorio remitirá luego al agricultor un informe con la recomendac1on respectiva.

OTROS FERTILIZANTES Hasta el momento no se han detectado la necesidad de aplicar a este cultivo algún otro fertilizante aparte del fósforo o, en ciertos casos nitrógeno. Por lo tanto, ni el potasio ni los micronutrientes deberán ser motivo de preocupación.