“Generación de energía eléctrica a través de energía eólica”

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Los objetivos generales son conocer, analizar, evaluar y proponer los procedimientos para hacer más eficiente la generación de energía eólica. Así como definir las deficiencias en el actual sistema de producción de energía eólica, y proponer nuevos métodos de la utilización de la misma.

CAPITULO 1.- “MARCO TEÓRICO”

1.1 MARCO DE REFERENCIA

La energía eólica ha sido una fuente de generación de energía eléctrica ampliamente utilizada alrededor del mundo. Su importancia radica, en el aprovechamiento del recurso de viento local, la no emisión de gases dañinos para la atmósfera y el desplazamiento de plantas de generación eléctrica por medio de combustibles fósiles.

1.2 ANTECEDENTES

La energía eólica como fuente de generación de energía eléctrica es una de las energías renovables con mayor crecimiento y demanda en los últimos años. Solo en Estados Unidos se instalaron 8,500 megavatios de energía eólica en el 2008, lo cual significa un 42% más de la capacidad instalada en el 2007. (Wind Power Outlook, 2009).

En Centro América, Costa Rica ha liderado el desarrollo de proyectos eólicos siendo el primer país en Latinoamérica en instalar una planta eólica a nivel comercial en su red eléctrica. Hasta el momento cuenta con una capacidad instalada de 124 megavatios, seguido por Nicaragua con 40 megavatios y el resto de los países del istmo con ninguna participación. Sin embargo, el número de ventajas competitivas de esta fuente la posicionan con un fuerte crecimiento en desarrollo en los siguientes años (World Wind Energy Association, 2009). Para satisfacer las necesidades de la industria, estos proyectos deberán cumplir con ciertos estándares, para lo cual, será ineludible identificar necesidades en sus fases iníciales de desarrollo, así como establecer procedimientos para el manejo de proyectos que permitan sacar los avances de manera profesional. Aunque son muchas las causas por las cuales muchos de estos proyectos no son construidos, una de las principales es la falta de estructura y gestión en el desarrollo de los mismos por parte de los desarrolladores.

Centro América cuenta con un potencial eólico teórico que ronda los 100,000MW, lo cual posiciona a esta fuente como una de las energías más atractivas para la inversión en ejecución de proyectos. Como referencia, Argentina cuenta con un potencial de 6,000MW, México con 6,000 MW y Brasil con 140,000MW (Latin American Wind Energy Asociation, 2010).

Además de contar con un potencial bastante atractivo, la energía eólica es un complemento de la energía hidroeléctrica, es un recurso local y no genera gases nocivos para el ambiente (Gallegos, 2009). Todo lo anterior hace de esta fuente sea un recurso muy competitivo en la región y con un crecimiento bastante acelerado a nivel mundial. Según Global Wind Energy Council (2009), la capacidad instalada de energía eólica durante el 2009, creció un 24% con respecto a la capacidad instalada en el 2008. La figura 1 muestra la tasa de crecimiento anual desde 1996-2009.

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Figura 1 “Crecimiento de Energía Eólica a nivel global”

Aún cuando el potencial es teórico y conociendo que existen límites en la cantidad de energía que puede ser despachada por proyectos eólicos al sistema eléctrico, el potencial existente es capaz de cubrir buena parte de la demanda. Es por ello que se determina la necesidad de crear planes que se apeguen a estándares internacionales y leyes centroamericanas para desarrollar este tipo de proyectos.

Se tienen como principales puntos a reforzar dentro de la gestión de este tipo de proyectos: la metodología para la definición del alcance del proyecto, monitoreo y aseguramiento de la calidad de los procesos involucrados, relación con los grupos de interés, metodología en identificación de necesidades de compras de equipos, seguimiento y control, procesos de cierre de proyectos.

La forma de implementarlo, debe de satisfacer las necesidades específicas de cada proyecto u organización, siendo lo más efectivo, tener el apoyo de los altos niveles de manera que se puedan introducir de forma gradual para aquellas organizaciones ya establecidas. Para las organizaciones por establecerse, será fácil acoplarse a esta metodología para adaptarla a sus necesidades.

Por lo antes mencionado, la elaboración de una guía para la gestión del desarrollo de Proyectos Eólicos en Centroamérica, con un enfoque en las áreas de conocimiento desarrolladas por el Project Management Institute (PMI) y acoplándose a las metodologías y procesos de integración descritas en el PMI (2008), permitirá desarrollar proyectos con una mejor estructura, capaces de satisfacer las necesidades de la industria y por ende asegurar el éxito en el mismo.

1.3 CARACTERÍSTICAS DEL SECTOR

En México, Oaxaca es potencia que abriría el mercado de la energía eólica para la generación de electricidad a nivel comercial. La figura 2 muestra el potencial del viento para plantas eólicas en operación en México. En la actualidad la CFE (Comisión Federal de Electricidad), cuenta con una central eólica en la Venta, con 7 aerogeneradores de 225 KW cada uno, y un aerogenerador en Guerrero Negro de 0.6 MW. (SENER)

El resto del país, con excepción de Oaxaca con un proyecto en operación, todavía no cuentan con plantas eólicas (Global Wind Energy Council, 2009). Sin embargo, aún cuando no existan plantas en operación, al igual que en los estados en donde si hay plantas operando, si existe la posibilidad de seguir desarrollando proyectos para este tipo de tecnología y con ello explotar el potencial (Latin American Wind Energy Association, 2009).

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Figura 2 “Potencial eólico en Oaxaca”, National Renewable Energy Laboratory (2010)

Debido al potencial, interconexión del sistema eléctrico Centroamericano, complementariedad con hidroeléctricas y avances tecnológicos, la región tiene todas las ventajas para poder seguir desarrollando parques eólicos.

Algo muy importante de mencionar para este tipo de proyectos, es que siempre existe cierta incertidumbre si el recurso es lo suficientemente bueno para que sea rentable la inversión. Es por ello, que existe la necesidad de evaluar el recurso como mínimo 1 año, para así determinar si la eficiencia de la planta dará los retornos esperados por los patrocinadores del proyecto. Por esta