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Geologia del Municipio de Paicol.

Enviado por   •  18 de Febrero de 2018  •  4.793 Palabras (20 Páginas)  •  286 Visitas

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La formación Villeta fue depositada en un ambiente marino, nerítico; las shales y calizas en una cuenca cerrada, somera, bajo condiciones reductoras.

Formación Guadalupe (Kg)

Su nombre se deriva de la sección tipo en la Sabana de Bogotá. La formación o grupo Guadalupe (Hettner, 1892; Pérez y Salazar, 1971), es conocida también como formación Monserrate (Beltrán y Gallo, 1968), en el Valle Superior del Magdalena; consta de rocas resistentes en la parte superior del Cretáceo. La formación está compuesta de areniscas cuarzosas, de grano fino, finamente estratificadas, intercaladas con “plaeners” (porcelanitas finamente laminadas y ampliamente diaclasadas y cherts negros) que se presentan en dos niveles dentro de la secuencia y que presentan gran continuidad lateral. Estos muestran comunmente plegamiento en “chevron” muy cerca a los planos axiales y pueden contener concreciones calcáreas (rueda de carreta), similares a las de la formación Villeta. Localmente presenta caliza bioclástica y areniscas cuarzosas cementadas por carbonatos. Existen intercalaciones pequeñas de fosforita que no alcanzas los 2 metros de espesor; algunas de las cuales están siendo explotadas.

La formación Guadalupe alcanza unos 100 metros de espesor y se caracteriza por destacarse en la morfología de las zonas en donde aflora, debido a su resistencia. Se presenta en el anticlinal de La Hocha y en los sinclinales de Itaibe y San Andrés. Los microfósiles hallados indican edad Campaniano a Maestrichtiano (Royo y Gomez, 1942; Zambrano, 1966; Beltrán y Gallo, 1968).

Formación Guaduas (KTg)

La formación Guaduas de Hettner (1892) o Grupo Guadala de Beltrán y Gallo (1968) consta del Valle Superior del Magdalena, de una secuencia inferior de arcillolitas predominantes que corresponden a la formación San Francisco y una superior de areniscas con pequeñas intercalaciones de arcillolitas conocidas como formación Teruel. La formación Guaduas consta de arcillolitas rojizas a carmelitas, grises y violáceas y limolitas abigarradas con intercalaciones de areniscas grises - verdosas, las cuales aumentan hacia el techo. Estas últimas contienen ocasionalmente cantos de limolitas y estratificación cruzada en pequeña escala. Ocasionalmente se han encontrado capas de conglomerados con cuarzo y chert pero con poca extensión lateral. Localmente se presentan también capas ricas en materia orgánica.

El espesor estimado de esta secuencia varía entre 500 y 1200 metros y no existen secciones estratigráficas detalladas. Se considera que su edad es Maestrichtiano a Paleoceno de acuerdo con estudios paleontológicos (Vander Hammen, 1958; Beltrán y Gallo, 1968).

La principal exposición de esta unidad se presentan en los anticlinales de la Hocha, la Cañada y Nátaga. El contacto entre las formaciones Guadas y guadalupe, generalmente es conforme y representa un ambiente de transición de marino a somero a continental, relacionado con un levantamiento gradual de la cuenca hacia fines del Cretáceo. La deposición de la formación Guaduas tuvo lugar en un ambeinte lagunar costero de tipo deltáico fluviátil de baja energía. Los análisis de paleocorrientes de las areniscas del Guaduas (Anderson, 1971) indican una dirección de transporte desde el este.

Cenozoico

El Cenozoico en el área del Mapa Geológico del sur del Huila está representado por rocas sedimentarias de ambiente transicional y continental correspondiente a las formaciones Gualanday, Honda y Gigante con influencia de aporte volcánico considerable especialmente en cuanto se refiere a las dos últimas.

Formaciones Sedimentarias del Terciario

Formación Gualanday (Tgr, Tgb)

Esta secuencia sedimentaria de Van Houten y Travis (1968), consta de rocas clásticas con carácter molásico en la cual predominan tres horizontes conglomeráticos muy resistentes separados por intervalos más suaves de areniscas y limolitas. El conjunto alcanza un espesor de más o menos 1500 m. (Anderson T. 1972).

Se ha hecho una diferenciación cartográfica entre niveles litológicos resistentes (Tgr) y blandos (Tgb). El nivel de conglomerados corresponde al miembro inferior de la formación Gualanday inferior (Palermo), el intermedio al miembro superior del mismo Gualanday inferior (Tesalia) y el nivel conglomerático superior (Doima) al correlacionarlos con la estratigrafía del Valle Superior del Magdalena, teniendo en cuneta a Butler (1983) y Gillande (1988).

Los conglomerados forman pendientes impresionantes, tal como se aprecia en el sinclinal de Tesalia y en el cerro de Matambo. Los conglomerados esencialmente masivos constan de cantos de “chert” y clastos de cuarzo; se incrementan hacia el techo; muestran gran extensión lateral y pueden alcanzar espesor de cientos de metros. Las areniscas rojizas a carmelitas y blancas están compuestas principalmente por chert y cuarzo. Las limolitas son grises carmelitas contienen localmente caliche.

Anderson (1971) estudió tres secciones detalladas en el área de Pacarni, Pericongo y Puerto Seco (Kroonenberg y Diederix, 1982). El nivel de conglomerados superior es más homogéneo, consistente y presenta más cuarzo y chert; los otros dos contienen gran cantidad de chert. El inferior es el más delgado.

Aunque las rocas de Grupo Gualanday se pueden separar en varias formasciones tal como lo hizo Beltrán y Gallo (1968), es difícil aplicarlo con fines de mapeo especialmente en áreas tectonizadas como en el Valle del Suaza. Debido a su similitud litológica no se puede realizar una diferenciación litológica adecuada debido a que es difícil determinar su composición estratigráfica.

El espesor total de la formación Gualanday tal como fue medida por Anderson (1972) en la sección de Pacarní, alcanza 2.400 metros pero su promedio es de 1.500 metros. Su edad varía desde el Eoceno Superior hasta el Oligoceno Superior o Mioceno Inferior, de acuerdo con la evidencia palinológica (Van der Hammen, 1958; Beltrán y Gallo, 1968 en INGEOMINAS 1989).

La alternancia de conglomerados y areniscas reflejan intermitencias en levantamiento del área de aporte desde la Cordillera Central (Anderson, 1972; Guilland, 1988). La composición clástica indica que el aporte proviene de rocas del Cretáceo principalmente desde la Cordillera Central en el oeste; el incremento de cuarzo hacia el techo parece que se debe más que todo a la contribución de un basamento cristalino intensamente meteorizado y no de areniscas del Cretáceo como lo sugiere Anderson (1972). De acuerdo con el mismo autor la

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