La definición de deontología jurídica

...

Pese a que la sabiduría popular dice que “la corrupción somos todos”, existen varios funcionarios que, ejerciendo en el sector público su profesión de abogados, representan un modelo de ética profesional y son completamente ajenos a la corrupción.

En el mundo hay dos grupos de personas: las buenas y las malas; en toda profesión nos vamos a encontrar personas de ambos bandos, pero aún sea que haya más de un grupo que otro, no debemos confiarnos de que todas sean así.

Algunos abogados se han dejado llevar por sus pasiones y el exacerbado afán de ganar dinero, y es cierto que mucha gente ha sido víctima de esto, pero vamos, no es justo declarar que todos los abogados quieren los mismo; algunos otros no buscan lucrar con su profesión, sino lograr su realización mediante el uso de sus facultades y la ayuda a personas que realmente necesitan de todos sus servicios.

La percepción que tiene la sociedad es en parte culpa de los abogados, pero también de la sociedad misma, por agarrar un único modelo como regla para generalizarlos a todos.

CONCLUSIÓN

La abogacía es algo que ha acompañado a la sociedad por mucho tiempo y la misma desafortunadamente ha tenido una imagen marginada por la misma, es por eso que se requiere ir cambiando la imagen que se tiene de esta hermosa y noble profesión.

Es en ese aspecto en el que nos ayuda el marketing jurídico, el cual no es algo nuevo, sin embargo se encuentra en una etapa emergente, y esto es porque apenas se empieza a ver el potencial que tiene, así como los beneficios que representa.

México necesita muchos y muy buenos abogados. El mayor reto es formar a los futuros abogados y enseñarles a seguir siendo estudiantes de por vida, y ofrecer herramientas que los capaciten para hacer su trabajo con calidad y ética.

La solución a eso es que los abogados no vean todo lo que hacen como si fuera un negocio, que defiendan a las personas que en realidad no son culpables, no a los que por lucro quieren defender, implementar más ayudas a la sociedad, utilizar más la ética profesional, que sean honestos, que cuando se les asigne un caso que saben que no es correcto, lo dejen, que lo primero sea la sociedad y el bien común, que velen por los intereses del cliente, que tengan en cuenta que la humanidad está por encima de los beneficios económicos, que se sientan como si fuesen el doliente de la situación, que trabajen por la justicia, la equidad y aportar a una mejor sociedad, que dejen la avaricia a un lado, que atiendan a la crianza familiar y a los valores de la casa, que tengan claro que por encima de todo el ejercicio de la profesión deberá estar al servicio de los hombres y mujeres de nuestra sociedad.

Para lograr cambiar la percepción general de la sociedad es necesario cambiar uno por uno a los abogados, tal vez con los mayores ya no podremos, pero con los que aún están en formación, podemos enseñarles los valores de la profesión mediante alguna materia en las universidades como la ética jurídica.

BIBLIOGRAFÍA

Pérez Fernández del Castillo, B. Deontología jurídica: ética del abogado y del servidor público. 15° edición. Porrúa.

Campillo Sáinz, J. (2012). Introducción a la ética profesional del abogado. 8° Edición, 1° reimpresión. Porrúa.

http://www.derecho.duad.unam.mx/amicus-curiae/descargas/amicus15/marqueting.pdf

http://www.legis.com.mx/BancoConocimiento/A/articulo_de_opinion_-_la_percepcion_social_del_abogado_entre_la_reflexion_y_el_manejo_comercial/articulo_de_opinion_-_la_percepcion_social_del_abogado_entre_la_reflexion_y_el_manejo_comercial.asp