Las Afasias.

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En 1861, Paul Broca, médico y antropólogo francés, publicó informes de dos autopsias de pacientes que sirvieron para establecer la teoría de la localización del lenguaje articulado en la tercera circunvolución frontal izquierda. El trastorno del lenguaje reportado por Broca fue denominado inicialmente como afemia y a través del tiempo ha sido conocido como afasia motora eferente o cinética, afasia expresiva, afasia verbal, afasia sintáctica o afasia de Broca (Quintanar, 1994).

Los estudios actuales de neuroimagen confirman la relación de la afasia de Broca con lesiones extensas que afectan el pie de la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo y áreas adyacentes y subyacentes, entre ellas, las áreas rolándicas de la región parietal y en profundidad hasta los ganglios basales. Cuando la lesión se restringe al área de Broca, habitualmente la afectación del lenguaje es moderada y la recuperación tiene un buen pronóstico (Vendrell, 2001).

Los pacientes con afasia de Broca se caracterizan por un lenguaje expresivo no fluido, pobremente articulado, compuesto por expresiones cortas y agramaticales que se producen con gran esfuerzo. El lenguaje expresivo está compuesto básicamente por sustantivos y verbos, con una marcada deficiencia o una ausencia de estructura sintáctica (agramatismo). (Basso, 2009). El problema en estos pacientes se manifiesta por un defecto articulatorio en su producción verbal, la cual es lenta y esforzada, mostrando una simplificación de conjuntos silábicos y asimilaciones fonémicas (un fonema previamente producido aparece erróneamente en una sílaba subsiguiente o se anticipa un fonema correspondiente a una silaba posterior). La producción de series automáticas (contar, días de la semana, etc.) es superior al lenguaje espontáneo (Ardila, 2005).

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Referencias.

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