Luis Fernando Ruíz Zepeda- Obsolescencia programada, ensayo presentar
Enviado por Mikki • 26 de Diciembre de 2017 • 2.555 Palabras (11 Páginas) • 569 Visitas
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Sin embargo, el planteamiento de London pasó inadvertido y la Obsolescencia Obligatoria nunca se puso en práctica. No es hasta los años 50 que se vuelve a recurrir a la Obsolescencia Programada pero ahora no obliga, sino seduce. Se puede decir que el estilo de vida americana de esta época sienta las bases de la sociedad actual.
Brook Stevens, diseñador estadounidense de muebles y electrodomésticos definió a la Obsolescencia Programada como inculcar al consumidor el deseo por tener algo un poco más nuevo, un poco mejor un poco más pronto de lo necesario, Steven nunca trataría que crearan un producto defectuoso si no con tan solo la buena publicidad convencer a las personas de comprar productos que realmente no necesitaban y que ya tenían, pero estos productos un poco más novedosos y haciendo parecer a los otros más obsoletos.
Pero a diferencia de estados unidos, en los países del este con una economía comunista no se aplicaba la obsolescencia programada porque la economía era controlada y planificada por el estado. Por lo tanto aquí no tenía sentido.
Un ejemplo de ello es que en Alemania las neveras y las lavadoras debían funcionar durante 25 años.
¿COMÓ FUNCIONA LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA?
El procedimiento suele ser el siguiente: Uno de los aparatos electrónicos de uso habitual falla y cuando el dueño lo lleva a reparar, en el servicio técnico le dicen que le sale más rentable comprarse uno nuevo que arreglarlo. Usualmente, el precio de la mano de obra, las piezas estropeadas y el montaje suele costar un poco menos que adquirir uno nuevo, por ello normalmente el usuario suele desechar el producto averiado y comprarse uno nuevo. Tenemos muchos ejemplos a nuestro alrededor: ordenadores que dejan de servir por falta de memoria RAM (una única pieza), teléfonos móviles a los que les falla la batería, impresoras que fallan a los tres años de vida, lavadoras que se rompen a los cinco años de vida. El problema se basa en la gran cantidad de residuos que se originan actualmente al realizarse este fenómeno una y otra vez, cada día, en todo el mundo.
LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA Y EL CONSUMIDOR
Aunque es cierto que la economía fluye gracias a la obsolescencia programada, es un efecto a corto plazo, ya que tras fluir el dinero, éste sólo va a depositarse a las arcas de los fabricantes, distribuidores, vendedores y demás, con lo que los compradores tienen cada vez menos capital, y se hace mayor la distancia entre las diferentes clases.
El cliente está satisfecho también momentáneamente, con la experiencia de haber adquirido lo más nuevo. Pero esta sensación de satisfacción sólo ha sido posible de conseguir debido a un gasto considerable en publicidad, para generar la necesidad sobre el consumidor, y gracias a años manteniendo el mismo ritmo de vida. Sin embargo, cuando el comprador usa su producto, va perdiendo interés en él gradual y rápidamente. Con lo que vuelve a sentir la necesidad de volver a comprar. Además, esto hace que la persona adquiera valores negativos y abandone otras tradiciones o valores de antes. Se siente acosado por la publicidad, genera un miedo y una desconfianza hacia lo que le es duradero, hacia el compromiso y hacia lo eterno, y se va sintiendo incapaz de tomar decisiones a largo plazo.
EL PROBLEMA DE LA OBSOLESCENCIA
Va mucho más allá del fraude a los consumidores, porque, en general, se sabe que la duración de los productos adquiridos no va a ser mucho, y en muchas ocasiones es el propio consumidor el que decide cambiar porque un nuevo modelo le ofrece ventajas añadidas, aunque el anterior producto aún funcione.
El principal problema radica en los recursos naturales empleados en la fabricación de estos productos, y diseñados a propósito con una corta duración. Este sistema incrementa en gran medida la presión sobre los escasos recursos naturales de nuestro planeta, y con la problemática asociada que presentan muchos de ellos. Por ejemplo, el aluminio, presente en muebles, vehículos, envases, muy abundante en el planeta, pero con serios problemas ambientales asociados a su extracción y procesado. Se necesitan productos tóxicos y químicos para su extracción y en muchas ocasiones acaban en el entorno, además de emitir una elevada cantidad de gases de efecto invernadero.
Otro grave ejemplo es el litio, utilizado en los productos tecnológicos, como teléfonos móviles, computadoras portátiles, tablets, etc. Su presencia en el planeta es escasa y muy concentrada en pequeñas áreas geográficas, como algunos países andinos. El incremento en la demanda de los últimos años ha provocado un aumento de los efectos ambientales causados por su extracción.
Pero este problema se agrava al constatar los bajos niveles de reciclaje de nuestro país. Casi el 70% de nuestros residuos se vierte o incinera, evitando así el uso de materias primas recicladas y, por tanto, aumentando la dependencia de recursos naturales primarios.
Esta contaminación afecta principal mente a países menos desarrollados puesto a que los países más desarrollados los utilizan como vertederos de su basura tecnológica, como ejemplo tenemos a un país del tercer mundo como Ghana en África, al cual cada año ingresan miles de toneladas de basura tecnológica, claro que los países del primer mundo no pueden solo tirar su basura así de fácil a estos países menos desarrollados, la ley dice que países más desarrollados no pueden mandar basura a otros países, pero lo único que tienen que hacer estos países es reportar su basura como productos de segunda mano, y así la basura entra al país. Los ciudadanos de estos países trabajan reciclando o recatando los pocos productos que aún se pueden rescatar, pero todos aquellos que no se rescatan terminan contaminando seriamente al medio ambiente.
Como resultado de la investigación de la obsolescencia programada, podríamos concluir que es una medida para reducir la falta de empleo, e intentar ayudar a las personas a que tuvieran un ingreso, pero cabe resaltar que los más beneficiados por este concepto no son los trabajadores o el consumidor en sí, si no el fabricante o dueño de estas empresas que nos engañan para comprar un producto de baja calidad que al transcurso de poco tiempo dejara de funcionar, pero esto no es solo culpa de las grandes empresas que con su publicidad logran engancharnos para comprar más y tirar aún más, si no es culpa de nosotros los consumidores que siempre buscamos tener algo más nuevo más innovador, porque si no lo tenemos nos veremos anticuados, sin pensar que el producto
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