Novela de regalo
Enviado por Ninoka • 2 de Junio de 2018 • 11.009 Palabras (45 Páginas) • 339 Visitas
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Luego así, desnudos, el la admira ahí recostada sobre su cama. La toma por los tobillos, para después deslizar sus manos por los costados, pasando por sus muslos, suscaderas. Maria estira sus brazos y el los sigue, al final sus manos se encuentran y se enlazan. Ambos se dan cuenta que sus manos encajan perfectamente, como si hubieran sido hechas para estar así, unidas. Dejan que el amor los guíe, que la pasión los lleve de la mano.
Entre besos, caricias y suspiros hacen el amor sin ataduras, sin palabras, sin frases hechas, solo amándose. En una lluvia de gemidos se entregan al amor. Un vaivén de emociones, de sentimientos, de placeres les invade el cuerpo, hasta dejaros exhaustos, rendidos, sin aliento. Y ahí desnudos, los encontró el sol, abrazados, siendo unomismo.
Maria Inés despertó aun embriagada de amor. Le parecía imposible creer que la mujer que llego la noche anterior al departamento de Alejandro fuera ella misma. A pesar de todo y de todos, esa mañana no sentía culpas; estaba feliz, plena, y se sentía completamente segura de que había hecho lo mejor para ella, para Alejandro, para la felicidad de
ambos. Aun así debía volver a su realidad, no sabía si en la casa ex -San Millán ahora Domínguez habían notado su ausencia, aunque en realidad no le interesaba saberlo.
Ma – Donde estabas Maria Inés??? (lo que provoco que Maria diera un salto, seguido de un suspiro de alivio)
MI – Yoo?
Ma – No Maria Inés, el Cid Campeador???. Por supuesto que tu, donde pasaste la noche??? (a lo que Maria contesto con una sonrisa, pero sin la menor intención de pronunciar palabra) Que barbaridad, que pasa con las mujeres de esta casa???, Dios santo son todas unas libertinas (y se va viendo que Maria no quería, ni pretendía contestarle, además ella sabia la respuesta solo con verle la mirada a su hija).
Maria sintió un gran alivio al no tener que explicar toda la situación a su madre, porque, aunque estaba segura de haber hecho lo correcto, no se sentía preparada para enfrentarla. Después del encuentro su día continuo sin mayores sorpresas. Termino el trabajo pendiente, ese mismo que había dejado por hacer una muy esperada visita nocturna. Por la tarde comió con el regimiento que se alojaba en su casa, pero por mas que lo intentara no podía disimular ni un poco su felicidad. Había estado tarareando una canción durante todo el día, y Elvia la había escuchado cantar en su estudio la misma canción una y otra vez.
Andrés – Buenas, muy buenas parece.
MI – Ay Andrés, hola hijo, como estas???, pensé que andarías por la estación.
Andrés – Por la estación paso al rato. Estoy bien, pero no tan bien como tu (y levantando las cejas y con un gesto de "Te conozco") Me quieres contar por que andas tan cantaora??? Y olé!!!
MI – Jajaja, nada en especial, por... la vida en general, es una canción que escuche nada mas.
Andrés – Mmm... pues te dejo para que sigas celebrando... la vida. (camino hacia la puerta del estudio y volteo recargando una mano en el marco) Por cierto, me saludas a Alejandro, eh? (y le lanzo un beso, mostrándole que sabia la razón de tanta felicidad, lo que provoco la risa en su madre).
Ya por la noche Maria estaba cansada y en lo único que podía pensar era en darse un regaderazo de agua tibia, para después dormir. Así que al llegar a su recamara, fue directo al baño. Se desnudo, abrió la llave, y entro a la regadera. Sentía como el agua resbalaba por su cuerpo cuando cerró los ojos y recordó.
Llevaba tatuados en la piel cada caricia, cada beso, cada abrazo. Cuando se ama, inexplicablemente atesoramos cada palabra y cada suspiro del ser amado para recurrir a ellos en la oscuridad, en la soledad de una habitación. Se vio al despertar, recostada junto a Alejandro, completamente desnuda del cuerpo y del alma. Lo recordó a el, durmiendo apacible a su lado, podía quedarse un vida entera ahí, viéndolo dormir, siguiendo el ritmo de su respiración, que hermoso era. Permaneció unos minutos así observándolo, como quien vela el sueño de un recién nacido. Pero no podía permanecer en esa cama para siempre, así que se levanto a vestirse. Cuando termino, se acerco a él y le beso los labios, para después susurrarle dulcemente un "Te amo" al oído, al que el respondió con una sonrisa todavía entre
sueños.
Camino hacia la puerta sintiendo que dejaba el alma en ese
mismo lugar, con mas ganas de quedarse a su lado que de cualquier otra cosa en el mundo. Hay un lapso cortisimo, de unos segundos apenas, en el que el mundo se detiene para una mujer que regresa de sus recuerdos; es cuando se da cuenta que no fueron más que eso, recuerdos de un sueño maravilloso.
Maria Inés salía de la regadera con la piel viva y sin saber porque, después de secarse, decidió salir del baño llevado solamente una bata sobre el cuerpo. Al cruzar la puerta que divide el baño de su recamara, abrió los ojos de par en par, mientras se le escapo un "Alejandro!!!". Estaba completamente sorprendida, no sabia que hacia Alejandro recostado sobre su cama, o mas bien no se explicaba como fue que él llego hasta ahí. Así que pregunto "Pero que haces aquí???" con un tono que oscilaba entre el secreto y el desconcierto.
El se levanto de la cama y camino hacia ella con su ya conocida cara de pícaro. Le tomo la barbilla, acariciando sus labios con el índice, para después dejar resbalar los dedos hasta el escote mientras decía:
Ale – "Pues ya ves, te extrañaba y quise venir a comprobar que lo que paso ayer, bueno hoy, bueno ayer y hoy no fue un sueño (la abrazo) "además no te despediste de mi, que maleducada ehh???, que va a decir Cruela, ay perdón, Mamalena???"
MI – "(que para ese entonces ya había dejado escapar la sonrisa) estas completamente loco, además, me podría explicar como es que llego usted hasta aquí señor Salas???"
Ale – "Pues, me brinque la barda y subí como un autentico Romeo hasta tu balcón"
MI – "Jajaja"
Ale – "Y por tu bien, no te conviene contradecirme hoy"
MI – "Ay si, y por que si se puede saber?"
Ale – "Pues porque si estoy bien loco"
MI – "Ahh, de veras?"
Ale
...