Salubridad de las casas

...

en los que en ocasiones, la muerte puede llegar por una mera y larga desnutrición.

La ruptura de la máxima de “un enfermo, a ser posible, no debería ver ni oler más

comida que la suya, ni se le debe servir más cantidad que la que puede consumir de una vez, ni debe oír hablar de comida, ni verla en estado crudo” [1], supone en casi todos los casos una mayor incapacidad para alimentarse.

7. Clase de alimentos

Existen ciertos errores frecuentes a la hora de establecer una dieta para personas enfermas; uno de ellos es creer que el concentrado de carne es el más nutritivo de todos los alimentos existentes, si bien es cierto que si que tiene cualidades reparadoras. Otro de los errores es creer que un huevo equivale a una libra de carne.

La leche y sus derivados son un alimento muy valioso para los enfermos, pero aún así han estado infravalorados durante bastantes años. La mantequilla es aún más valiosa. En las enfermedades crónicas largas, un alimento irremplazable es la crema. Con el pan integral puede suplirse por completo el uso de laxantes.

Los enfermos, en ocasiones, tienen el deseo de consumir determinados alimentos. No es posible conformar la dieta de un enfermo solamente tomando como guía un libro, siendo la observación, que no la química, la que debe decidir la dieta del enfermo. La cuestión primordial es dar al paciente lo que su estómago puede asimilar.

Es un error frecuente no tener controlado, por parte de la enfermera, la cantidad de comida y sobre todo de bebida que ofrecen a los pacientes que atienden.

8. La cama y ropas de cama

No debe de perpetuarse el error de pensar que las habitaciones de los pacientes no son de incumbencia de las enfermeras.

La cama de un paciente no ha de estar pegada a la pared, sino que la enfermera debe de tener acceso al paciente por ambos lados, por lo que la cama no debe de ser excesivamente ancha o alta; asimismo, tampoco debe de encontrarse en lugares oscuros, ni rodeada por cortinas.

7

Es primordial secar y ventilar la ropa de las camas de las personas enfermas. No deben de colocarse ropas de cama pesadas o impermeables. Tampoco deben de colocarse mantas debajo de pacientes con riesgo de escaras, ya que retienen la humedad. 9. La luz Para un paciente, inmediatamente después de la necesidad de tener aire fresco, está la necesidad de disponer de luz solar, un elemento esencial para su recuperación. Ésta, influye de manera incondicional sobre el ánimo. En palabras de Nightingale, “todos los pacientes yacen con sus rostros dirigidos hacia la luz” [1]. El aspecto, las vistas y el hecho de recibir luz solar a menudo pasan desapercibidas para el durmiente sano, que solamente está en su habitación durante la noche. 10. Limpieza de habitaciones y paredes Es una obligación básica y fundamental que una enfermera sea limpia y mantenga limpios a sus pacientes. El papel que empapela las paredes, así como el yeso, son acumuladores de suciedad. Para retirar el polvo, la única forma útil de hacerlo es pasar por encima de él un paño húmedo, de nada sirve simplemente sacudirlo; es decir, cambiarlo de un lugar a otro, y dispersarlo por el aire, ensuciándolo. El aire de una estancia puede estar contaminado por tres motivos fundamentales: que esté entrando aire sucio del exterior, que se esté contaminando en el propio interior, que se ensucie a causa de la dispersión de suciedad acumulada en alfombras. Es importante recordar que “sin limpieza Ud. no puede conseguir el efecto de la ventilación y sin ésta no puede obtener una limpieza total” [1]. 11. Limpieza personal La mayoría de las enfermedades perturban la función de la piel, además, muchas de las enfermedades liberan su naturaleza a través de ésta. Todos los enfermos experimentan una sensación de bienestar importante después de ser lavados y secados cuidadosamente. La mejor opción es lavar con agua y jabón, para extraer la mayor cantidad de suciedad posible. Es de vital importancia que todas las enfermeras se laven las manos con frecuencia a lo largo del día, mejor aún, es que se laven también la cara.

7

Es primordial secar y ventilar la ropa de las camas de las personas enfermas. No deben de colocarse ropas de cama pesadas o impermeables. Tampoco deben de colocarse mantas debajo de pacientes con riesgo de escaras, ya que retienen la humedad.

9.