Superyo

...

Los conflictos edípicos y el superego posedípico

La forma final del superego que viene a reemplazar gran parte de las formaciones de reacción y del control directo ejercido por otras personas, es producida de la solución lograda en los conflictos edípicos. El niño edipico va logrando poco a poco a controlar los impulsos internalizando al padre rival y reprimiendo el deseo que siente por el otro. Es decir se identifica con el rival, que es peligroso y amenaza entonces a sus propios impulsos prohibidos.

A medida que se va diferenciando del ego, el superego toma a su cargo muchas funciones de control y evaluación, aparte de aquellas surgidas directamente de los conflictos edipicos, en el cual llega incluir michas jerarquías de lo bueno, lo limpio, lo superior, lo malo, lo sucio y lo inferior. Finalmente se le organiza dándole el papel de un supervisor interno, el juez de todos los pensamientos, palabras y cosas, la fuente interna de amor y de autoestima cuando se actúa bien, y de odio y auto condena cuando se actúa mal.

Puede ejercer una vigilancia constante sobre todo lo que está ocurriendo dentro del sistema, incluso los impulsos los conflictos inconscientes. Si se trata de un ego saludable y razonablemente maduro, puede regular la experiencia y la conducta con mucha mayor efectividad que cualquier organización o persona externa.

Si tiene defectos o no es saludable, puede producir una personalidad severamente inhibida o distorsionada. Los sistemas de ego pre conscientes se desarrollan durante varios años antes de que la represión masiva que otorgue su forma final al superego posedípico. Las sucesivas organizaciones de la infancia, que son precursoras del superego, pueden persistir en el inconsciente, acompañado de los conflictos, y de muchas perspectivas infantiles.

Algunos de los precursores del superego posedípico que dan como resultado sorprendente ejemplos de patología adulta, surgen durante la fase del desarrollo preedipica y sadomasoquista, la fase de autoafirmación y de control de esfínteres

El spd no sólo incluye el id, el ego, y el superego, sino también las representaciones o imágenes de la realidad, externa que se tiene y las representaciones centrales o imágenes de la realidad externa que tenemos así también las representaciones o imágenes de nuestro cuerpo, nuestro yo, los papeles sociales, de los cuerpos.

Referencia

Cameron, N. (1990). Desarrollo y psicopatología de la personalidad: Un enfoque dinámico. México. Trillas. Pag. 202-211.