The Big Short analisis

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Durante generaciones, han sentado espectadores en las salas oscuras como son regaled por imágenes más grandes que la vida del malvado capitalismo. Este mensaje consistente no es mera casualidad sino algo cineastas estratégicamente proyectando sus actitudes hacia la empresa en su

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películas. Durante décadas, las películas de Hollywood han retratado a los capitalistas como villanos, líderes académicos someterse a extensas investigaciones con la esperanza de entender el resentimiento que cineastas de tallos de capitalistas de. En "Wall Street y la vid: visión de Hollywood de los negocios," Larry Ribstein argumenta que Desdén de cineastas de los capitalistas está ligado a la percepción de directores de empresas como simplemente fuentes de ganancia monetaria, no lugares donde la gente trabaja, viven y crean (60). Además, Lindsay Owens analiza la situación retórica que rodea a Wall Street y las formas en que ha alimentado Wall Street para ser integrado socialmente como un símbolo para el capitalismo. En su artículo, "confianza en los bancos, instituciones financieras y Wall Street, 1971 – 2011," ella explica más lejos capitalización de cineastas sobre esta la ideología que el público americano en la actualidad con respecto a Wall Street con grandes instituciones financieras como villanos – una estrategia que se ejecuta en El grande corta.

Esperaríamos ver filmmakers crear divertidos héroes y villanos de una realidad más opaco y turbios. Más interesante para los propósitos de la presente es que este villano de la película es el mismo que tantos otros, una gran empresa. Razones Ribstein, "se trata de dinero. Y las empresas tienen más dinero que todos los demás"(55). Sin embargo, Hollywood incluso hay que reconocer que las empresas producen riqueza y bien estar, no por cierto incluyendo la industria en la que trabajo de cineastas: así, el villano no es el negocio de la misma o sus empleados, pero los capitalistas a cargo (Ribstein, 52). Muchas películas muestran a capitalistas tomando el control de una empresa y rasgar su corazón hacia fuera, interrumpiendo la vida de los trabajadores y dejando sólo la cáscara financiera (Ribstein, 60). El villano capitalista es representado más crudamente y refleja claramente la opinión de la Corporación como un monstruo sin alma al que estamos obligados. Es evidente que esta representación del capitalismo como villano se ha quemado en la mente de los espectadores y ahora se refleja en los estereotipos sociales y levantamiento político. En otros

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palabras, la larga historia de prejuicios anticapitalistas en la película pudo haber contribuido a la creación de la actitud popular.

Según Ribstein, cineastas estratégicamente lanzará películas durante períodos de tiempo de presente animosidad hacia los capitalistas, ya que tendrán un impacto más fuerte en la conformación de un ambiente político que es antagónico a los negocios (58). Por ejemplo, durante la época de la depresión, el mayor resentimiento del capitalismo condujo a la creación de contra - capitalistic películas como Almas de rascacielos (1932). La película contaba la historia de un hombre que arrebate el cuadro control de un rascacielos por manipular las acciones de su empresa, quiebra de los pequeños inversores y conducir a su ex pareja al suicidio. Por otra parte, en los años de posguerra, como la economía de Estados Unidos creció, hubo una transformación decidida en la representación cinematográfica de los negocios, con películas como Suite Ejecutiva (1954) y Hombre en el traje de franela gris (1956), que sorprendentemente ofrece matices cuadros de la vida en las grandes corporaciones (Ribstein, 25). Batallas de en la década de 1950, películas centradas en los trabajadores con alta potencia jefes en lugar de decisiones morales más pesados o más sombrías. Por ejemplo, Hombre en el traje de franela gris, Tom Rath debe escoger entre ser encadenado a la empresa como su jefe y mentor, y por supuesto, Rath elige en última instancia su familia sobre la empresa. Otra vez en Executive Suite, esta línea argumental se juega hacia fuera como el empresario encuentra tiempo para su familia, así como las cosas importantes en la vida, lo que sugiere que el capitalismo y el contentamiento puede coexistir. En los años siguientes, un período de tiempo denominado "la década de la codicia", retrato de Hollywood de negocios tiene significativamente más oscuros – que conduce a la creación de películas y anticapitalistas como Wall Street (1987). La película sigue al capitalista despiadado, Gordon Gekko, que se describe en un momento dado como habiendo tenido "una ética" by-pass en el nacimiento, como él asume el control una aerolínea tradicional (5). Gekko es retratado como el epítome de la todos

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avaricia de negativos y poner en oposición directa con un dirigente sindical honesto aparentemente para aumentar la separación entre Gekko y el público. En última instancia, parece que el negocio es el villano solamente durante ciertos períodos de la historia, que reflejan los ciclos en las vistas populares.

El gran corto ' s retrata las grandes instituciones financieras y sus ejecutivos, como bandidos corruptos manejando la economía, en lugar de simplemente actuando como intermediarios de las fuerzas económicas subyacentes, en última instancia Reafirmando creencias de los espectadores que los bancos son una amenaza irresistible. Sin embargo, un villano exitoso sólo es tan eficaz como la oposición social contra las ideologías que representa. Lindsay Owens más discute las formas en que el público americano animosidad hacia los bancos, instituciones financieras y Wall Street se ha reflejado en el discurso público desde la crisis financiera de 2008.

A partir de octubre de 2008, cuando el infame $ 700 billones alivio del programa de activos problemáticos, más comúnmente conocido como el '' rescate de banco '', fue firmado en ley, una ráfaga de indignación pública dirigida a las instituciones financieras ha sido prominente en los Estados Unidos (Owens, 143). Cuando la General Social Survey evalúa puntos de vista de los norteamericanos del sector bancario, encontraron que el porcentaje de estadounidenses con el fin de '' muy positivo '' de la banca permaneció bastante constante, rondando alrededor del 13 por ciento de 2001 a 2007;

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