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Tu un brujo Yo un Demonio

Enviado por   •  3 de Octubre de 2018  •  3.655 Palabras (15 Páginas)  •  225 Visitas

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— ¿Tan impresionante soy?— Preguntó con ironía y una pequeña sonrisa en su rostro.

Shun se sorprendió por la pregunta, frunció levemente el ceño, y respondió:

— No te vendría mal un poco de modestia.

— La modestia no está hecha para alguien como yo— Dijo inmediatamente, caminando hacia otra de las habitaciones de la gran casa.

Shun sacándose las botas antes de entrar como era de costumbre lo siguió a la cocina.

— ¿Quieres algo?— Ofreció Hiro con una sonrisa y viéndolo a los ojos.

— Soy un demonio. No necesito comer.

— Si podrías hacerlo— Dijo inmediatamente— Me extraña verte aquí.

Shun lo miró por unos momentos.

Por Hiro siempre ocultarse el ojo izquierdo no se pudo percatar de que tenía una cicatriz que le pasaba por su parpado. Ignorando por completo el explicarle como llegó a su casa decidió preguntar.

— ¿Dónde te hiciste la cicatriz?

Hiro se sorprendió por la repentina pregunta. Antes de responder se cubrió con su flequillo su ojo izquierdo como era de costumbre.

— Todo niño se lastima. Me sucedió igual pero en el ojo— Mintió.

— Es prácticamente imposible que te hayas podido hacer esa cicatriz cuando eras niño— Dijo con el ceño fruncido.

— Soy un brujo, no un hada. Se me permite mentir— Confesó.

En ese momento otra pregunta apareció en la mente de Shun.

Tenía curiosidad de cuántos años tenía Hiro y las otras criaturas. Dudando si preguntar o no, se cubrió los ojos con sus manos.

— ¿Estás bien, Suzuki?— Preguntó Hiro preocupado.

Shun solo asintió sin siquiera ver a los ojos al más alto. Hiro se acercó hacia él y reposó su mano en el hombro de Shun y trató de verlo a los ojos.

— ¿Cuántos años tienes?— Susurró pero aún así Hiro lo logró escuchar.

Dejó caer sus manos y vio a Hiro finalmente a los ojos. Hiro por su parte, subió su mano hasta la cabeza de Shun y le despeinó el cabello haciendo enojar al más bajo.

— Por favor no me mientas— Susurró de vuelta.

Al verlo a los ojos hizo a los suyos rosados claro, obligándolo a que le dijera la verdad, como él le había hecho antes.

— Quinientos dieciséis años— Susurró casi inaudible para Shun.

Tenía esa edad, sin embargo había dejado de envejecer alrededor de los veinte años.

— Desgraciadamente he tenido que vivir casi una eternidad— Bajó la mirada al decir eso, pero aún así sonreía.

Shun se preguntó porqué dijo “Desgraciadamente” sin embargo nunca le formuló esa pregunta, ya que se la respondió él mismo.

Ya hacía un tiempo Hiro le dijo que a la mayoría de los padres humanos de los brujos les desagradaba tenerlos como hijos, y no tardó demasiado en adivinar que Hiro lo dijo porque lo sintió él mismo.

Desde siempre le tocó vivir situaciones difíciles para cualquier persona. Si para Shun hubiera sido igual dijera exactamente lo mismo.

{***}

Ese día además de enterarse de su edad, fue cuando finalmente Hiro se decidió a besarlo. Y si no fuera porque decidió detenerlo hubieran ido al siguiente paso ese mismo día.

Luego supo que la cicatriz de Hiro se la había hecho su madre cuando supo lo que realmente era.

Cuando Hiro se lo contó realmente se veía mal al tener que recordar todo eso.

Su padre humano los abandonó a los dos cuando supo que Hiro era hijo realmente de algo más que sin duda no era él… Su madre por toda la rabia acumulada sostuvo en sus manos un cuchillo y le cortó esa parte del rostro.

Hiro por su magia logró curarse como para poder ver, pero le quedó el rastro de esa herida en una gran cicatriz que pasaba por su parpado izquierdo.

No tardó demasiado tiempo en enterarse de las edades de las otras criaturas que lo rodeaban. Entre ellas las de Seth y Agramon. Aunque con ellos realmente le costó casi años en saberlo.

Además de la edad de Seth también se enteró de que también fue convertido por el anterior rey demonio a él.

Pero Seth a diferencia de Shun no tuvo a alguien que lo hiciera recordar su parte humana. Por el contrario asesinó con ayuda de Agramon a quien lo convirtió, para de esa forma él convertirse en el rey demonio.

Desde que supo eso quiso ver la forma de hacer lo mismo con Seth, pero nunca supo cómo hacerlo.

Les preguntó a todos los demonios mayores, incluidos Agramon y Lilith, pero nadie le respondía absolutamente nada. Simplemente le respondían con una pregunta de vuelta la cual la mayoría de veces era…

“¿Tienes pareja?”

Eso realmente le irritaba. No importaba cuantas veces le respondiera que si tenía pareja, aunque al principio era mentira, los demonios cada vez que lo veían de nuevo lo primero que hacían era preguntarle de nuevo lo mismo una y otra vez.

Luego llegó el momento donde realmente necesitaba saber la forma de asesinar a los demonios de mayor rango, como lo era Seth.

{***}

Ese día no había aún salido del infierno. Solo estaba en su habitación dibujando, como casi todos los días que necesitaba recuperar las fuerzas por haber estado todo el día anterior en el mundo humano junto a Hiro, o sus amigos.

Esta vez dibujaba el gran mundo de las sirenas, el cual fue el primero en conocer.

En el centro del lienzo hizo la pequeña parte de tierra donde Hiro y él estaban para poder conocer a las sirenas,

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