UNA MIRADA HACIA LA ILUSIÒN ÒPTICA DE PERCEPCIÒN DEL ESPACIO
Enviado por Albert • 2 de Marzo de 2018 • 2.227 Palabras (9 Páginas) • 318 Visitas
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En consecuencia, el fenómeno perceptivo más relevante es la constancia perceptiva en un mundo circundante, en minoría las cosas son estáticas. Nuestra mente aprende a percibirlas en diversas perspectivas, distancias, condiciones de luz, etc. De ahí que lo aprehendido sea tan inherente al hombre, que influye sobre su modo de percibir, de lo contrario no se pueden considerar simples errores de percepción son predominios de lo aprendido. Efectivamente, la percepción es una capacidad propia de los seres humanos, donde las ilusiones ópticas consideradas fisiológicamente concurren en la conexión del hemisferio derecho con el izquierdo, por tanto genera un estímulo luminoso de manera intensa dejando saturado la recepción de la retina o en su defecto por parte de la malinterpretación cerebral ya que obtiene múltiples perspectivas. Aunque las ilusiones particulares pueden ser producidas por el sistema visual dado en la interacción neuronal de la retina y aspectos cognitivos que conjuga la experiencia del sujeto con su sentido de valor. A este respecto, Coren y Girgus (1978a, 1978b; véase también Gregory, 1991): “propone que hay dos niveles primarios independientes de mecanismos de distorsión, cada uno de los cuales llega a estar implicado en percepciones ilusorias; aquí se alude a ellas como componentes óptico-retinianos (o estructurales) y componentes cognitivos”.
A groso modo, existen ciertos tipos de ilusiones ópticas:
- Ilusiones ópticas de la percepción de la forma/ ley de la Prägnanz.
- Ilusiones ópticas de la percepción del espacio/ principio de proximidad.
- Ilusiones ópticas de la percepción del color y el contraste/ principio de encerramiento.
- Ilusiones ópticas de la percepción del movimiento/ ley de continuidad.
Lo anterior tiene relación con los principios fundamentados por La Escuela de la Forma, dado que establece que las ilusiones ópticas se pueden categorizar de acuerdo a su forma, espacio, color y contraste o por movimiento. En concordancia, nuestro sistema perceptivo tiende a unificar, organizar, ubicar, diferenciar perspectivas, observar a profundidad, contextualizar, entre otras acciones y estados en los que se encuentran los objetos; Inversamente a lo que se alcance pensar inicialmente cuando se percibe la unidad y en seguida procede a identificar cada una de las partes.
Para enfatizar en un aspecto notable sobre las ilusiones ópticas de la percepción de la forma sobre el concepto de "Gestalt”; no obstante tiene la connotación de sobre la configuración de su estructura ya que define la percepción desde problema organizacional; lo que obedece a nivel experimental en tanto evidencia los fenómenos de la percepción. La ley de proximidad en la psicología de la forma predominan valores difícilmente considerados y distinguidos por referentes. Por ejemplo, los tamaños de las obras de arte contemporáneo ilusorio quedan confrontados a la referencia en la obra y no conforme a contextos históricos que parecen de otro ambiente. En efecto con la luz y el color sucede lo mismo, puesto que la iluminación y tono, acata los contrastes que tiene la pieza formando una representación simbólico y otra alegórica, entonces la unidad está compuesta por cada una de las partes por encima de la luz y el color ya que genera es un ambiente armónico el cual irradia la obra.
Esta forma en el espacio constituye elementos cercanos y distantes, los cuales posibilitan el fenómeno de la visión, este se extiende hacia campos de luz y sombra que actúan como formas contrarias y al mismo tiempo se complementan. Es decir, la dicotómica de la figura se debate entre colores oscuros y claros generando una gama de posibilidades en donde los tonos adicionales, que tienen raíz fisiológica en la impresión retiniana; manifiestan efectos en la luminosidad lo cual genera una figura mimética de representación alegórica. De ahí que nuestra mente utiliza la parte consciente para determinar el espacio y las profundidades en las que se encuentran los objetos: diferencias de tamaño y tono, alienación y perspectiva, posición del objeto, textura, entre otros recursos; objetivizan mediante los elementos opuestos el condicionamiento para la interpretación del observador. Así mismo, los colores fríos y cálidos forman una dupla ineludible en las obras de arte; teniendo en cuenta el concepto de buena forma donde se completa los espacios vacios, casi en un pensamiento conjetural de manera abstracta de la realidad.
De otro lado, la actividad conductual de estos procesos de pensamiento ilusorios conlleva a la parte preliminar de la obra dado que permite establecer en cada una de sus partes correctivos con carácter de lo perfectible, no obstante la proximidad de un elemento posterior es visualizado de manera inductiva, puesto que afecta a la pieza inicialmente correcta, condicionalmente produce ciertas distorsiones que cambian la unidad de sentido. Sin embargo la percepción depende en gran parte del interés del individuo, dado que su campo de percepción es ampliamente significativo, lo que hace que algo sea relevante o por el contrario haga parte del fondo. Es aquí donde juega un papel fundamental el enfoque en su particularidad pues comprende ciertas conductas, fenómenos y percepciones que definen el significado de sentido a las cosas. A lo cual Fritz Perls se refiere implícitamente en la frase. Dice así: “Mientras haya interés, la escena aparece organizada de un modo significativo”.
Desde otra perspectiva, en el plano psicológico el hombre en su relación con el otro genera un impulso de agrupamiento en un todo, dado que su naturaleza fisiológica le permite identificarse como ser social. De ahí que fluctúa con su medio, cuya interacción constituye un marco con formas circundantes construidas en la interacción. En contraste, cuando el individuo no logra dicha interacción, tiene problemas de neurosis, pues se siente inmovilizado en actuar sobre condiciones sociales que albergan sus necesidades. Tal como si fuera una parte de un todo cuya relación es casi instintiva a su ordenamiento.
Finalmente, el individuo en su percepción visual a través del espacio logra comprender e incluirse dentro de ciertos rasgos comunes de identidad que le permiten dar sentido a su entorno; razón por la cual existe una relación causativa entre individuo-ambiente. Por tanto, no podemos remitir exclusivamente a elementos funcionales de los sentidos, pues respeta emociones que resultan particularmente significativas y a su vez usa dichas emociones para transformar de cierta manera su acto sensorial y motor. Por ello, la percepción
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