El rechazo a la mineria

En las últimas décadas, el Perú es uno de los mayores exportadores de cobre, zinc, plomo, oro y, principalmente, de plata en el mundo, ya que es una no de los países con mayor diversidad biológica y que posee una gran riqueza en recursos minerales. La minería está siendo el mayor aporte económico para el desarrollo educativo, social, tecnológico e infraestructura. Esto se debe a que la minería genera más de 2 millones de trabajos directos en todo el país y, además, es el mayor ingreso que recibe el Estado a través del canon minero. Sin embargo, también es una fuente de conflicto entre las empresas extranjeras, el Estado que a tardan en fiscalizar a ciertas empresas y la sociedad civil que sufren los daños al medio ambiente y, a veces, a la salud. Por ello, a continuación, se explicara las causas ambientales y las causas sociales del rechazo a la minería, en la sierra peruana, en las últimas décadas

El rechazo a la minería en la sierra peruana, uno de los problemas que más genera controversia en el país, ocurre por causas sociales. Por un lado, la inequitativa distribución  del  canon minero, ingreso que recibe el estado por la explotación de los recursos mineros, es una de las causas más graves al rechazo de la minería. El Estado peruano  distribuye este ingreso a los gobiernos locales y regionales  donde se explota  estos recursos mineros. Sin embargo, la distribución no es justa, ya que el estado reparte mayor ingreso a regiones más importantes; es decir, donde son explotados en  mayor cantidad  estos recursos naturales. Esto ocasiona el enriquecimiento de una parte de la sociedad peruana. Por esta razón, la parte contraria no está de acuerdo con esta desigualdad, ya que mientras ellos se mueren de hambre y de frío, otros se compran inmuebles y mejoran económicamente. Por ejemplo, en la región de Cajamarca, existen hogares con un gran índice de pobreza que se dedican a la agricultura y ganadería; no obstante, otros hogares que  trabajan en las empresas mineras reciben una buena remuneración por las empresas. Esto se debe al desinterés  de los ministerios y del Congreso del Perú, ya que con el ingreso que esto  aporta se podría reducir el índice de pobreza. Por otro lado, la carencia  de comunicación entre el Estado y las comunidades perjudicadas, causa el rechazo  a la minería. Estas comunidades, al ver cómo  la explotación de los minerales  afectan sus tierras, su ganadería y, además, ocasiona enfermedades  a sus hijos por el uso de explosivos y el desecho minerales altamente contaminantes, protestan  y muestran su inconformidad contra la falta de ayuda del Estado. Esto se debe, principalmente, a la corrupción que hoy en día se encuentra en los gobiernos locales, donde se extraen los minerales. Es decir, éstas, al recibir sobornos por las empresas extranjeras mineras y por los funcionarios, generan la reducción de los ingresos a los gobiernos locales que reciben por el canon minero. Así beneficiando sólo a los gobiernos y a sus funcionarios, pero no a las comunidades que más lo necesitan. En consecuencia, esto genero odio y rechazo por las comunidades hacia al Estado que siguen ocasionando muertes civiles y policías en las zonas de conflicto.

La minería en la sierra peruana, uno de los pilares de la economía peruana, también es rechazada por causas ambientales. Por un lado, el uso excesivo del agua y su contaminación por las empresas mineras son las más perjudiciales para el agricultor y poblador de la zona minera. Las empresas mineras  hacen uso excesivo del  agua de los ríos de dichas regiones mineras para el procesamiento de los productos mineros. Es decir, en la extracción de los minerales, estos están unidos a otros minerales no deseados, por ejemplo, el cuarzo, el fierro, el cobre, pirita, etc. Después, con el uso del mercurio, metal líquido altamente toxico, separan el metal deseado con el no deseado. Por consiguiente, el agua es usada para la purificación y limpieza de los minerales que termina contaminada de materiales tóxicos que afectan a la salud humana y el ambiente. Finalmente,  son desechadas a los ríos y lagos de manera muy irresponsable por las empresas mineras. Esto se debe a que las empresas mineras buscan maximizar sus ganancias a corto plazo y dejan de lado la contaminación que ellos generan. Por otro lado, la explotación de los minerales provoca contaminación de los suelos y terrenos de los pobladores. Las empresas mineras trabajan en tierras fértiles  y emplean productos químicos altamente tóxicos, como el mercurio y el azufre,  capaces de contaminar gravemente en la zona que son utilizadas. Este proceso metalúrgico ocasiona la muerte e infertilidad de los terrenos agrícolas, el cual es el sustento de la mayoría de hogares en las zonas rurales e indígenas, volviéndose un pueblo inhabitable. Esto se debe por la acumulación y oxidación de los químicos usados en estos terrenos fértiles. Sobre esto, Sofía Castro, magister en Desarrollo Ambiental, afirma lo siguiente:” Independientemente del tipo de sistema de propiedad de la tierra, tanto los propietarios propiamente dichos y los posesionarios de los predios agrícolas sienten que sus terrenos les pertenecen por derecho y por uso ancestral, por ello defienden la tierra por tener un valor simbólico difícil de cuantificar. Por ello, muchos de ellos sostienen que la minería es incompatible con el desarrollo agrícola por la competencia que se daría por el uso del recurso tierra.” (2011:73). Así, es posible apreciar la posición que expresan las comunidades respecto a la minería y que buscan ayuda del Estado.