Inflación y Desempleo en Estados Unidos
Enviado por Celeste Antonelli • 30 de Septiembre de 2018 • Tesina • 6.087 Palabras (25 Páginas) • 514 Visitas
Gran Depresión de Estados Unidos en 1929
Fue un periodo de la historia del siglo XX donde predominó una crisis económica a escala mundial. Es de gran importancia debido a que fue una depresión económica duradera y que afectó profundamente a la sociedad. Se considera su inicio el día 29 de octubre de 1929, el Martes Negro. Día en el que la bolsa de Nueva York cayó enormemente y el pánico se adueñó de los inversores. La crisis se expandió a otros sectores y de ahí a la sociedad. La recuperación económica fue lenta y dolorosa. En algunos países esta crisis económica fue un factor decisivo para la aparición de la Segunda Guerra Mundial.
Caída de la Bolsa de Valores de Nueva York
La caída inicial ocurrió el Jueves Negro, 24 de octubre de 1929, pero fue el deterioro del Lunes Negro y el Martes Negro, 28 y 29 de octubre de 1929, el que precipitó la expansión del pánico y el comienzo de consecuencias y de largo plazo para los Estados Unidos.
En el Curb Exchange se puso a la venta un enorme paquete de acciones de la conocida firma Cities Service Co y su cotización comenzó a caer de inmediato y en pocos minutos se cursaron órdenes de venta por un millón de títulos, las cotizaciones se desplomaron.
Para el mediodía se convocó una reunión urgente en las oficinas de JP Morgan a la que acudieron los principales banqueros de Nueva York. Se trataba de frenar la caída del precio de las acciones. La reunión tuvo efecto ya que por la tarde se desaceleró la caída de la Bolsa.
En las jornadas del viernes 25 y del sábado 26 se repitió el ambiente vendedor. El lunes 28 fue un día terrible: el jueves 24 durante la sesión salieron a la venta nueve millones de títulos. Los banqueros decidieron reunirse de nuevo: reconocieron que las fuerzas del mercado estaban más allá de su control; tomaron conciencia de que no podían frenar el descenso sino, impedir un desorden vendedor.
El martes 29 fue el día más devastador de los 112 años de la historia de la Bolsa de Nueva York. Se produjo una avalancha de órdenes: bloques enteros de acciones se pusieron a la venta; nadie se libró de la caída de los precios; las acciones industriales descendieron un 30% de media; los títulos de los bancos y de los investment trust cayeron por encima del 40%. El Dow Jones se desplomó 50 puntos, de manera que al finalizar el día las ganancias de los 12 meses anteriores se habían esfumado. Se repitieron las reuniones de los banqueros; superados por los acontecimientos, no pudieron llegar a ningún acuerdo y dieron por finiquitados sus anteriores intentos de coordinar acciones para sostener las cotizaciones. Algunos pidieron el cierre de la Bolsa, pero la mayoría no secundó la propuesta.
El miércoles 30 y el jueves 31 continuó como los días anteriores. Para alivio de los operadores, el viernes y el sábado el mercado estuvo cerrado. Cuando la Bolsa reabrió sus puertas en noviembre las ventas masivas se reanudaron. Las sesiones del 11, 12 y 13 fueron particularmente nefastas. El descenso continuó el resto de ese mes y del siguiente. Para entonces era obvio que Wall Street había perdido la confianza y tardaría en recuperarse. Y así fue: la Bolsa siguió su marcha descendente hasta 1932, llegando a perder el 80% de su valor.
Los orígenes de la Gran Depresión
Tras la Belle Époque llegó la Primera Guerra Mundial, una guerra que provocó numerosas muertes y destrucción, ya que la industrialización había llegado a la industria armamentística. Tras acabar esta guerra, las dificultades de restaurar el sistema monetario fueron considerables. Pero volver al patrón oro existente antes de la Primera Guerra Mundial tenía el problema de realizar un cambio de paridades adecuadas. La Conferencia de Génova de 1922 consagró el patrón oro, pero en la práctica se empleó la paridad con la libra debido a la convertibilidad de ésta con el oro. Esta resolución, que tenía el objetivo de frenar la inflación y relanzar la economía, conducía a un peligro de transmisión internacional de una crisis de forma más rápida y peligrosa.
Con la medida de volver a la normalidad monetaria y restaurar el patrón oro, se llegó al fin de la inflación y la recuperación económica. Por otro lado, se llevó a cabo del Plan Dawes, que consistía en mantener la cifra total de las deudas de guerra, pero alargando el plazo de pago. Esto debía tener efectos positivos, pero los problemas económicos no se habían resuelto del todo.
La vuelta al patrón oro causó diversos problemas. La adopción en Inglaterra en la paridad de preguerra produjo un déficit en la balanza de pagos y tensiones sociales. En los países que devaluaron la moneda, la balanza de pagos era positiva y podrían ir acumulando oro. Pero al inicio de la Gran Depresión, en septiembre de 1931, Inglaterra decide suspender la convertibilidad en oro de la libra. Progresivamente, la mayoría del resto de países abandonaron el patrón oro. El patrón oro no fue causa en sí de La Gran Depresión, pero no ayudó a disminuir los efectos de la crisis económica.
Consecuencias de la Gran Depresión
Países ricos se vieron seriamente afectados, y más aún los países pobres. Todos fueron víctimas de la situación. Todo se vino abajo. Los precios se fueron al piso. El sistema bancario quebrado casi en su totalidad. El comercio en general disminuyo y con ello aumentó el desempleo, disparándose de manera alarmante.
Recuperación
En 1932 el nuevo presidente, Franklin D. Roosevelt inicio la combinación de recuperación, ayuda y legislación reformista que se conoce como el New Deal. Poco tiempo después, el Congreso aprobaba un impresionante conjunto de leyes. El programa de ayuda a los granjeros, a los pequeños propietarios de casas y a la industria.
El gobierno facilitó ayuda financiera y fomentó un amplio programa de obras públicas para reducir el paro, primero mediante préstamos a los Estados para construir viviendas, carreteras, puentes y escuelas, y luego mediante un programa federal de obras. Para hacer frente a la crisis financiera, se cerraron temporalmente los bancos para volverse a abrir bajo supervisión. El dólar fue separado del patrón oro y devaluado, principalmente para ayudar a los granjeros a competir en los mercados exteriores.
Todas esas medidas pretendían recuperar el sistema capitalista, mediante la mejora del poder adquisitivo y el estímulo de la actividad industrial. La novedad más importante fue el recurso al déficit público. Para poner el dinero en circulación, el gobierno emprendió un gran programa de préstamos y de gastos, el cual parecía el único método de impedir el colapso económico en un sistema capitalista. En tales actividades de recuperación y reforma, el gobierno ejercía un papel que sólo había desempeñado en tiempo de guerra. Las agencias de colocación proliferaron; la nómina federal aumentó; la deuda pública se duplicó entre 1932 y 1940.
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