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CARTA A LA ESTUDIANTE QUE INCREPÓ A SANTOS.

Enviado por   •  24 de Marzo de 2018  •  1.483 Palabras (6 Páginas)  •  405 Visitas

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Pero no habrán otros que dirán: Eran solo cuatro minutos lo que duraría la intervención de Sara. Acaso cuatro minutos son lo enormemente suficiente para expresar ante nada más y nada menos el presidente de la Republica y la ministra de educación, que dirían los que saben y leyeron el artículo en referencia.

Acaso no fue coherente en la intervención, no había libertad para abordar temas de actualidad, o era estrictamente problemas relacionados con la Universidad, como ya lo apunté anteriormente en este escrito. Lo importante pienso es que se tenía que aprovechar al máximo los famosos cuatro minutos que le dan para su intervención, por lo tanto me parece lo más lógico que busque respuesta a los múltiples interrogantes que hoy tiene la población universitaria y no universitaria en Colombia.

No cabe dudad que tenía que hacer rendir su tiempo, claro está con la mayor precisión que pudiera hacer su intervención. Los problemas sociales y económicos que tiene el país, también interesan a los jóvenes, y quien más para que diera una explicación, que el responsable de aplicar estas políticas, que lo que han hecho es mantener al país en la absoluta zozobra y viendo como cada día su economía empeora al paso del tiempo, aunque los organismos del estado y algunos medios de comunicación hagan creer lo contrario.

Pienso entonces que Sara Abril fue coherente en su intervención, quería conocer la opinión del presidente con respecto a otros temas, para los cuales el primer mandatario no estaba preparado. El problema se presenta por la poca cantidad de tiempo que le otorgan para su intervención. Me imagino que ella distribuye sus cuatro minutos y decide variar las preguntas para que el presidente las pudiera aclarar.

Porqué se dice que Sara Abril increpó al presidente. Acaso ¿fue descortés en el momento de dirigirse a él? ¿No le permitió el compás de espera para responder?; es preciso aclarar este tipo de interrogantes para tener una mayor claridad sobre el asunto

Nos queda al final la discusión abierta para aquellos que piensan que la estudiante Sara Abril sólo se debió limitar a intervenir con temas relacionados con la convocatoria a la reunión, y aquellos que piensan que ante la presencia de las autoridades en este caso que nos ocupa el señor Presidente de la Republica hay que abordar otros temas de interés general para conocer las apreciaciones y las razones que tienen dichas autoridades para implementarlas.

Es por ello necesario que haya una documentación por las partes involucradas en cualquier discusión para no lucir desentonados o fuera de foco en el caso que se presente un eventual encuentro entre personas que tienen ángulos de observación de la realidad de las sociedades a la que pertenecen totalmente diferentes.

Los sucesos que pasaron en la reunión con el señor presidente y Sara Abril, nos pueden dejar a todos algunas indicaciones que pueden seguirse como modelo, pero que es necesario que se tengan muy en cuenta para poder actuar de la mejor manera y muy convincente de lo que expresamos en las intervenciones de debate. De igual manera el control lo debemos tener nosotros.

Por otro lado, cabe anotar que son claras las observaciones hechas por el director del instituto Alberto Merani, en que los errores de la estudiante no se pueden cometer, apunta el en dos: La de descalificar a la persona, algo que hay que tener muy presente, la persona que actúa como interlocutora ya que no se trata de un enfrentamiento personal, sino de una postura de ideas y es a eso a lo que se debe apuntar; la segunda observación es quizás a la que se le debe prestar mayor atención sobre todo en el crecimiento individual, debido a que no podemos ser incoherentes en la temática expuesta, y no abordar un sinnúmero de ideas simultaneas que puedan ocasionar confusión entre los asistentes.

Nos queda la tarea de definir, al final, si como personas tomamos a bien las observaciones hechas a Sara Abril para el mejoramiento nuestro, o si por el contrario no asumimos esas recomendaciones y actuamos bajo nuestra propia responsabilidad, aun sabiendo que podríamos herir susceptibilidades a nuestros interlocutores.

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