El principito. Reseña

...

Y como comente antes, el principito decidió comenzar un viaje para encontrar amigos y ya no estar tan solo, durante su recorrido conoció a muchas personas, todas inusuales pero que realmente dejaban pensando al lector, en primera un rey que según él era gobernante de todo y todos eran sus súbditos, pero dejo en claro que para ser un rey hay que ordenes que se puedan cumplir, nunca hay que ser irracionales; en segunda un vanidoso, el cual pienso muestra que las personas se rigen muy comúnmente por la estética y que solo quieren ser alabados, puesto que el ego de la gente se eleva con facilidad; en tercera un ebrio que más que la borrachera muestra la falta de control de las personas, como hacer algo que nos perjudica o en este caso nos avergüenza, pero incluso así no dejar ese habito, en cambio nos hundimos en la autocritica y el negativismo, a pesar de que lo único que debemos hacer es cambiar, no lo hacemos; el cuarto fue un hombre de negocios, el cual no hacía nada más que contar las estrellas, porque según él le pertenecían, ya que nadie las había reclamado y por ende eran de él, sin embargo, el hombre de negocios no era útil para las estrellas, no sirve de mucho poseer algo si no le eres útil y viceversa, hay que tener en cuenta eso porque muchas veces poseemos cosas que no nos sirve a nosotros pero puede que a otra persona sí; el quinto, un farolero, lo que yo entendí es que es bueno ser diligente, sin embargo eso no lo es todo, se puede ser un poco flojo también, pero no siempre las condiciones son favorables; y el sexto y último fue un anciano geógrafo, que trato sobre la moralidad de una persona, aunque el anciano se me hacía bastante presuntuoso, tenía razón acerca de la moralidad, ya que él decía que no podía simplemente creerle a alguien que le asegurara que había descubierto una montaña, no sin pruebas y una buena moralidad.

Pero sin duda la reflexión más interesante a mi parecer es aquella que le deja un zorro mientras el principito está en la tierra, ya que el principito cruzo un rosal y esas hermosas rosas eran iguales a su flor, se sintió decepcionado, a que ella le había dicho que era la única de su especie, entonces el principito continuo su camino hasta encontrar a un zorro, el cual le enseño lo que es “domesticar” a si lo llamaba el zorro, es el crear lazos con alguien, al pasar el tiempo con una persona, un animal o planta, puesto que existen muchas personas en el mundo a las cuales no le tomamos la más mínima importancia, pero si se “domestica” a una persona se crean lazos afectivos y una amistad grande, así incluso si hay miles de personas en el mundo una será especial y diferente del resto, y eso es muy valioso, aunque se corre el riesgo de sufrir cuando se crean los lazos afectivos, se gana mucho, amistad, amor, risas, etc. Aun incluso sabiendo que puedes sufrir, tomar ese riesgo es simplemente fantástico.

Ya que “Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”

Terminado de contar sus anécdotas al piloto, el principito lo ayudo buscar, ya que no tenían ni una gota, donde se dio a entender que el encontrar algo con tu propio esfuerzo hace que la recompensa sea más dulce de lo que imaginabas, porque el esfuerzo tiene su recompensa.

Al final, después de pasar un año en la tierra, el principito decide que es tiempo de regresar a su planeta, puesto que había aprendido mucho durante su estadía, el era responsable de su flor y tenía que cuidarla, ya tenía un cordero que le ayudara a librase de los baobabs y había buenos amigos, con una mordida de serpiente en su tobillo y estando junto al piloto, el principito se despidió tiernamente de él, dándole el regalo de la amistad y el placer de haberlo conocido, porque aunque fuera triste la despedida, después cuando uno se consolara, el recuerdo quedaría como un tiempo feliz que pasaron juntos, además cada vez que el piloto mirara las estrellas sabría que el principito estaría en alguna parte riendo, así tendría millones de estrellas riendo cada noche, de esa forma y con esas palabras, el principito cayó en la arena y no se movió más.

Aun así el piloto sabía que siempre podría contemplar el cielo estrellado e imaginar donde está el principito y que está haciendo.

Opino que esta obra deja mucho que reflexionar, especialmente en como vemos la vida, como pensamos y que a veces es bueno volver a pensar como cuando éramos niños, de forma sencilla y simple; hacer cuestionamientos y querer descubrir más cosas, conocer gente nueva y “domesticarse”, pero sobre todo aprender de las experiencias que tendremos.