Ensayo Examen Final: Entre la Muralla, el Espejo y la Ventana

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En mí se ha operado una transformación y el espejo me lo dice. Me siento lleno de energía, de amor a los inmigrantes. Ahora me siento solidario y quiero ver, en el cristal, el poco de color que llevo en la sangre y que la gente no llega a notar. Soy latino y siento orgullo, y por eso soy hermano del boricua, del mexicano, del nicaragüense, del salvadoreño, del guatemalteco. Todos esos paisanos sencillos que a veces me toca atender, son mis prójimos. En este momento de la nación americana, en este país construido de inmigrantes, los más sencillos son los latinos, en especial los mexicanos, de quien el señor Trump quiere alejarse lo más posible.

Me vuelvo a mirar al espejo, ahora por la tarde, después de haber pasado el día atendiendo a gentes de mil colores, que no entran en los cajones del censo, de blanco, negro y mestizo, y latino, y el cuadro se me ha convertido en ventana. A través, quizás escondidos en mis pupilas, veo los tantos rostros con acentos distintos de los WASP (White Anglo-Saxon and Protestant), aunque estos no sean los de clase alta. Mi imagen se transforma en un manifiesto y comprendo que “este acto puede contener un problema étnico, racial y político” (Lalo, La teoría del espejo, 2016).

Y es que ahora veo más al hombre de la calle, al que limpia los jardines, a ciertos pacientes. En estos últimos tiempos me ha llegado su dolor y ha nacido en mí una solidaridad que antes no había conocido y que, incluso, me había negado. Sentir por los otros, por el hombre sencillo. No me creo capaz de escribirle una oda, como lo hizo el poeta, pero comparto ese dolor y ese deseo de conocerlos a todos, a cada uno, porque yo con mis estudios y mi educación, me doy cuenta que soy uno más, con una historia de viaje, de lucha, de ansias de mejoría. Soy lo mismo que todos, con un padre obrero, una madre buena y una voluntad de hacer bien. Quisiera decirle a cada uno: “Ves tú qué simple soy, qué simple eres, no se trata de nada complicado”. (Neruda, s.f.).

Del espejo a la ventana, mis preguntas son decisivas. Son un encuentro de madurez conmigo mismo y con los demás. Es una empatía que me brota cuando escucho las noticias y luego miro a los inmigrantes, a los que son como yo, en el mismo espacio, aunque quizás en otro momento vital, en otra circunstancia. Son cuestiones que me implican como ser social que vive en una comunidad, aunque a veces me engañe el individualismo. Soy, como todos, un hombre simple. Ojalá nunca reniegue de mí, y entienda que cuando los políticos hablan de la cara fea del inmigrante, también se meten conmigo.

Bibliografía:

Lalo, E. (10 de julio de 2014). La literatura: espejo vs. ventana. Recuperado el 17 de febrero de 2017, de samanzanilla: https://adelycac.wordpress.com/2014/07/10/lit-espejo-ventana/

Lalo, E. (19 de noviembre de 2016). La teoría del espejo. Recuperado el 16 de febrero de 2017, de Isla en su Tinta: http://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/lateoriadelespejo-columna-2264357/

Neruda, P. (s.f.). Oda al hombre sencillo. Recuperado el 16 de febrero de 2017, de http://www.poesi.as/pn54027.htm