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Iconicidad y Representación de las Clases Sociales

Enviado por   •  25 de Abril de 2018  •  1.802 Palabras (8 Páginas)  •  269 Visitas

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Al comienzo de la tercera parte, el narrador da una breve pero penetrante descripción de José Montiel, como un hombre que "no era tan rico como parecía, pero que había sido capaz de todo por llegar a serlo", y en cuya casa no había nada, ni siquiera un "olor que no se pudiera vender". Después de la siesta, llega Baltazar con la jaula mostrando la actitud humilde y decorosa del pobre cuando está frente a un rico. A pesar de que "Baltazar no era un extraño en la casa de los Montiel", pues les había prestado sus servicios de carpintero, "nunca se sintió bien entre los ricos. Solía pensar en ellos, en sus mujeres feas y conflictivas, en sus tremendas operaciones quirúrgicas, y experimentaba siempre un sentimiento de piedad". La mujer de Chepe, admirada por la cosa tan maravillo sa que trae, hace pasar a Baltazar a la sala indignada por la multitud que había venido con él. Con la narración de lo que pasó en la casa, y que constituye estructuralmente el climax narrativo, el autor define el significado central del tema que quiere tratar con esta historia. La mujer de Chepe le dice a Baltazar que Pepe está todavía en la escuela y sin dejar de admirar la jaula, llama a su marido para que la vea. Éste se asoma a la ventana del dormitorio y mientras se termina de arreglar preguntó qué era eso, refiriéndose a la jaula. Ante la respuesta de Baltazar de que era la jaula que Pepe le había mandado a hacer, Chepe Montiel llama a Pepe con un grito que sorprende a su mujer y que hace que Baltazar sienta vergüenza. Cuando el niño apareció, lo toma por los cabellos para que lo mire y le pregunta que si él había mandado a hacer eso. Ante la negativa del chiquillo de responder y después de soltarlo por insistencia de su mujer, Chepe se volvió a Baltazar con una expresión exaltada y le dijo: —Lo siento, Baltazar, pero has debido consultar conmigo antes de proceder. Sólo a tí se te ocurre contratar con un menor. Mientras recobraba su serenidad, tomó la jaula y, sin mirarla, le ordenó que se la llevara y tratara de vendérsela a quien pudiera; pero sobre todo, le pidió que no le discutiera porque el médico le había prohibido coger rabietas.

García Márquez presenta en esta tercera parte, temá- ticamente central, la relación entre ricos y pobres como una inevitable relación económica que conlleva una consecuente relación de poder de una clase sobre la otra. Una relación de poder entre la clase que tiene, representada por Chepe Montiel, cacique económico del pueblo, y la que no tiene: el pueblo que está presente a través de toda la narración y que en multitud acompaña a Baltazar a la casa del rico. En este momento, el autor nos presenta a Baltazar como elemento mediador entre las dos clases, elegido implícitamente por todos por su obra, por su calidad de artista. Para Chepe Montiel, la jaula es una- cosa, que se sale de su dominio. Es una obra sobre la cual él no puede tener ningún control a pesar de todo su poder económico. Para él, a diferencia de todo el resto del pueblo, esta maravilla es un objeto sin valor alguno.

Pero luego se dio cuenta de que todo tenía una cierta importancia para muchas personas, y se sintió un poco excitado. Con esta frase comienza el narrador esta última sección, en la que hace explícita la concientización del papel que él y su jaula habían tenido para el pueblo en cuanto a la relación del pueblo explotado con el cacique explotador. Al ser cuestionado por alguien de si era cierto que le habían dado 50 pesos, Baltazar mintió diciendo que eran 60 lo que había recibido por la jaula. Otro proclamó su triunfo diciendo: Hay que hacer una raya en el cielo porque eres el único que ha logrado sacarle ese montón de plata a don Chepe Montiel. Aunque él sabe que esto es una mentira, Baltazar entiende perfectamente, como todo verdadero artista, que su triunfo es simbólico, que lo que él hizo con su jaula no es el obtener el beneficio económico como piensan ellos, sino el haber podido servir con su obra de instrumento para cambiar las relaciones de poder, el haber podido estar sobre el dominador y haberlo hecho verse y sentirse dominado. De ahí su fabuloso proyecto de mil jaulas de a sesenta pesos y después de un millón de jaulas hasta completar sesenta millones de pesos, para vendérselas a los ricos antes de que se mueran.

El hablante Lirico principal de la historia es el autor Gabriel García Márquez quien Relata los sucesos la obra dándole paso a la interacciones de los personajes.

Este cuento nos sirve para ver como una creación de origen humilde en el caso de un objeto, puede transformarse en insignia de su lugar de origen y como pasa a ser porta voz de calidad de lo que representa ante ajenos, en otros casos, de la gente del pueblo a las clases mas privilegiadas.

¿Qué significa que Baltazar no le ponga precio a la jaula?

En nuestra opinión Baltazar no le pone precio a la jaula ya que podemos notar que el nunca estuvo interesado en una ganancia monetaria, si no en una ganancia espiritual y en el cumplimiento de su trabajo para su cliente.

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