LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL ACELERA EL PASO LA GLOBALIZACÍON

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Estas medidas adoptadas por el poder político no solo se tradujeron en una expansión de la economía de mercado sino que, lo más importante, dieron origen al surgimiento de una verdadera sociedad de mercado, elemento de por si novedoso y revolucionario para la época.

La reconversión del mercado en la economía de mercado cuenta para su realización con la habilidad del poder político que debe vencer las viejas tradiciones. Es decir, este no es un proceso natural en la evolución de la sociedad moderna, sino una opción política por la que propenden algunos países en circunstancias determinadas.

El segundo cambio tiene que ver con que la Revolución Industrial, al tiempo que libera, expande y reconvierte al mercado, modifica el papel que desempeñan la técnica y la tecnología, que se convierten a partir de ahora en mecanismos fundamentales para el aumento de la productividad, los beneficios y la acumulación de capital. Con esto la sociedad pierde parte de su autonomía para establecer los criterios, mecanismos y proporciones de su desarrollo.

Con el desarrollo tecnológico y el énfasis en la competitividad, la lógica de mercado en su nueva fase, o sea, la economía de mercado, se desplaza y entra a operar en la economía internacional y con las nuevas interpretaciones que se construyen en el ámbito mundial comienza un lento proceso de universalización de la economía de mercado. O sea, la economía de mercado no queda confinada dentro de las fronteras nacionales sino que se convierte en un componente del funcionamiento de la naciente economía mundial.

Mientras que la primera revolución industrial acelero el ritmo de los procesos productivos, el centro de gravedad de la segunda se desplazó a sellar nuevas formas de interdependencia económica entre los pueblos, independientemente de su situación: colonias o Estados soberanos.

Por último, la tercera revolución industrial, acentuó el despliegue de las tendencias transnacionalizadoras, lo que ha implicado un tipo de integración que atraviesa en distinto grado a la mayor parte de las naciones, pueblos o comunidades. Cada uno de estos estadios de la revolución industrial también ha dado origen a disímiles tipos de modernización. Si la primera era básicamente “nacional” y territorial, la segunda estimulo el desarrollo de los vínculos internacionales mientras que la tercera tiende a superar la nación, como elemento de desarrollo nodal.