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La Biblia I

Enviado por   •  2 de Junio de 2018  •  9.402 Palabras (38 Páginas)  •  268 Visitas

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1 Corintios 1:18 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. 2:4,5 “y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”.

(Esto tiene que ver con iluminación, inspiración, poder).

Notas:

- En los últimos 116 años se han encontrado aproximadamente 227 nuevos manuscritos (trozos) que han permitido corregir o reafirmar muchos de los libros ya canonizados. Ahora bien, hagamos un ejercicio, si cambiamos de época en cuanto a todos los sucesos (persecuciones, oscurantismo, quema y destrucción de las santas escrituras), en un futuro no muy lejano la búsqueda de la palabra de Dios seria por ejemplo: ubicar la laptop de Pedro, o el iPad de pablo, o el teléfono de Juan, ¿se pueden imaginar tal hallazgo? es decir que en un solo hallazgo cuanta palabra de Dios se hubiese encontrado o canonizado.

- Revisar Marcos 16:9 en adelante (Biblia Textual)

- Muchas religiones tomaron o quitaron libros de acuerdo a su doctrina

- Jesús y sus discípulos de cada 7 citas del antiguo testamento 1 solamente coinciden con El texto masorético (tradición) que es la versión hebraica de la Biblia usada oficialmente entre los judíos. En el cristianismo se utiliza con frecuencia como base para las traducciones del Antiguo Testamento. Fue compuesta, editada y difundida por un grupo de hebreos conocido como masoretas entre el siglo I y el X d. C. Contiene variantes, algunas significativas, respecto de la versión griega llamada Septuaginta.

CANON: La palabra canon deriva del nombre griego κανών "kanon", que significa "caña" o "vara", o también "norma" o "medida", que a su vez se deriva de la palabra hebrea קנה "kaneh" que se utiliza a menudo como un estándar de medición.

קָנֶה cané de H7069; caña (por erecta); por semejanza vara (especialmente para medir), eje, tubo, vástago, el radio (del brazo), rayo (de una romana o báscula):- , balanza, brazo, cálamo, caña, caña aromática, hueso.

¿Para qué sirve la regla? Para medir, es decir que los libros canónicos son los que sirven para medir según la denominación doctrinal. Y a su vez nos da las medidas necesarias para cumplir los requisitos de medidas.

El estudio de la palabra logos llega a ser de primera necesidad cuando conocemos lo que el NT dice sobre cuál ha de ser nuestra actitud para con ella.

(I) El logos debe ser oído (Mt. 13:20; Hch. 13:7, 44). El cristiano tiene impuesto el deber de escuchar. Entre las múltiples voces del mundo, debe afinar el oído para distinguir el mensaje de Dios. El cristiano nunca se dará la oportunidad de conocer si, previamente, no se da la de escuchar. “Las Escrituras son la carne que el Señor nos da, pero su maná es encontrado en sus cartas vivas, Su pueblo. Él hablará contigo cada día a través de Su pueblo. Abre tu corazón a la manera en que Él es encontrado en el pueblo que es de Él, para que puedas participar del maná celestial. El Llamado (Libro autor Rick Joyner)”

(II) El logos debe ser recibido (Lc. 8:13; Stg. 1:21; Hch. 8:14; 11:1; 17:11). Hay una forma de escuchar que es puramente superficial, es cuando la corriente de palabras resbala sobre el oyente, por no hacerle efecto alguno, o escucha y se desentiende del asunto por considerar que no le sirve para nada. El mensaje cristiano no debe ser únicamente escuchado, sino también introducido en el corazón y en la mente, debe ser incorporado.

(III) El logos debe ser afianzado (Lc. 8:13). Los griegos decían que "el tiempo todo lo borra". Una palabra puede ser oída, aceptada y, más tarde o más temprano, borrada por el paso del tiempo. El mensaje cristiano debe ser deliberadamente retenido. Ha de ocupar en la mente un lugar privilegiado. Ha de pensarse en él, meditarse, para que nunca se pierda.

(IV) El logos es para permanecer en él (Jn. 8:31). Cada hombre tiene su propio círculo de pensamientos e ideas en que vive, se mueve y tiene su razón de ser; en que descansa su vida y por el que dirige sus actividades. El mensaje cristiano debe ser aquello en y por lo que un hombre viva.

(V) El logos debe ser cumplido (Jn. 8:51; 14:23; 1 Jn. 2:5; Ap. 3:8). El mensaje cristiano es más que materia de conocimiento para la mente; es dirección para la vida. Se realiza en la acción, no en la especulación. Demanda obediencia. No es meramente algo para pensar; es una ética y una ley para ser acatadas.

(VI) El logos debe ser testificado (Hch. 8:25; Ap. 1:2). Es algo de lo que toda la vida de un hombre es testigo. Un hombre solamente demostrará que lo ha aceptado, viviéndolo. Sea cual fuere la sociedad de este hombre y el lugar que ocupe en ella, toda su vida y su acción deben decir del logos: "Yo sé que es verdadero, de lo cual doy fe".

(VII) El logos debe ser servido (Hch. 6:4). El logos impone deberes. No es algo que un hombre acepta para sí, y nada más; es algo que ese hombre debe anhelar llevar a otros. No es algo que únicamente trae salud a su alma, sino algo por lo que debe estar dispuesto a consumir su vida.

(VIII) El logos debe ser anunciado. Dos palabras son especialmente usadas al respecto. 2 Ti. 4:2 usa la palabra kerussein, que es la utilizada con referencia a un heraldo que está proclamando algo. En Hechos 15:36 y 17:13 se emplea kataggellein, que es la palabra usada cuando se trata de una declaración oficial y autoritativa. La proclamación debe ser hecha con autoridad y con certeza, porque, cuando anunciamos el mensaje cristiano a otros, no partimos de: "Así digo yo", sino de "así dice el Señor" (ejemplo: un decreto de un rey).

(IX) El logos debe ser hablado con denuedo (Hch. 4:29; Fil. 1:14). Hace algún tiempo se publicó un libro con el sugestivo título de No Más Apologías. Esto bien podría significar que hemos estado demasiado ansiosos de enfrentarnos a medias con el mundo, que hemos tratado demasiado de afinar el mensaje cristiano para los oídos del mundo, que lo hemos aguado y mutilado a fin de hacerlo menos exigente y, por tanto, más atractivo. Debería haber cierta inflexibilidad de calidad en nuestra proclamación del logos.

(X) El logos debe ser enseñado (Hch. 18:11). El mensaje cristiano principia con la proclamación, pero debe seguir con la explicación. Una de las más graves flaquezas

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